Me desperté muy temprano pues mi hermosa bebé tenía la audición para el solo entre las once de la mañana y la una de la de tarde, dependiendo de la ficha y número que le designaran por lugar; y obviamente yo no me lo perdería por nada. Bueno, lo realmente importante en el asunto era que conociendo como conozco a Kar, no se tomaría la molestia de maquillarse, sólo se pondría el hermoso vestido blanco que compramos por la tarde del día anterior, y puede que lo combinara con unas horribles tennis estilo converse y eso no lo podía permitir, no sería para nada una amiga de fiar si no me adelantara a su gusto e hiciera todo lo posible por persuadirla a lucir mejor, ella no lo comprendía todavía, por eso era mi deber instruirla en detalles así que no consideraba que se tomaran en cuenta para una audición pero que ciertamente se evaluaban, la imagen dice mucho de una persona y mayor aun tratándose de un evento importante, claro, no tanto como el talento pero igual cuenta aunque fuera sólo una audición. Me arreglé no tanto porque el centro de atención era mi bebé, me maquillé con colores claros y naturales, un poco de rubor, delineador y me retoqué las pestañas; me puse un outfit casual y me peiné dando sólo un poco de volumen a mi cabello para formar hondas.
Llegué a casa de Kar como a las siete de la mañana y en la entrada me encontré con sus padres quienes estaban por subir al auto. Los saludé.
—Buen día, papis de Karly...— los llamé como suelo hacerlo a veces, ellos no me habían visto aún pero inmediatamente me prestaron atención.
—Buen día Bella— respondieron sonrientes en un coro impresionantemente coordinado. Escucharlos así me pareció encantador, como si se encajaran el uno al otro tal cual esos collares que se parten en dos o más y cada persona conserva una de esas partes, lo que a su vez me dio una buena idea para reglar el día de nuestra graduación.
—Karly aún está durmiendo, sube a su habitación y por favor dile que la alcanzaremos en la academia, tenemos que atender unos asuntos antes y por ese motivo no iremos con ella. Michael vendrá como a las diez a recogerlas— comunicó la mami de Karly.
—Oh, entiendo. No se preocupen yo le diré. Que tengan un excelente día —dije. Ellos asintieron, me agradecieron y entraron al auto. Me quedé de pie para verlos partir y les dije adiós con la mano hasta que el portón de entrada se cerró.
Subí rápido la escalera, por no decir que corrí, mientras tarareaba el nombre de Karly. Me emocionaba mucho eso de la audición, estaba por completo segura de que ella obtendría ese solo, porque simplemente era la mejor de la academia. Si se dedicara a practicar de lleno, creo que ya tendría el nivel de su mami.
Abrí la puerta de su habitación y me quedé petrificada en la entrada, la escena ante mi era algo abrumadora, preocupante ¡Terrible!
—¡Karly!— grité desde la entrada. Impulsivamente corrí a su cama y me lancé para caer de rodillas. Ella estaba como en trance, temblaba debajo del edredón exageradamente grueso, sudaba frio, lloraba en silencio. Se encontraba en posición fetal, cual niño en busca de protección de su madre. Yo la sacudí con suavidad y al ver que no respondía, entré en nerviosismo, con cuidado subí su cabeza a mi regazo y la seguí meciendo; las manos me temblaban. Ella tenía la mirada vacía, en sus ojos verdes se podía ver que estaba muy atemorizada, algo la asustaba, pero en la habitación no había nada —Karly— la volví a llamar pero ella seguía sin reaccionar.
Fue cuando no pude más y me puse a llorar, no sabía qué hacer para sacarla de ese estado tan deplorable. Observé despacio la estancia en busca de indicios que me pudieran aclarar lo que sucedió. Nunca la había visto tan perdida de sí misma, de hecho, nunca había visto a nadie así jamás salvo a mi abuela cuando se sentaba en aquella mecedora de la casa de retiro en las montañas y tomaba el té con sus dos amigas que eran la maseta de lirios y la pajarera vacía; en definitiva no era una comparación alentadora. Me percaté de que las luces estaban encendidas aun. Lo que me hizo suponer que posiblemente se encontraran así desde la anoche. Palmeé una vez y se apagaron. Volví a observar a Karly minuciosamente, tenía ojeras que indicaban que no durmió mucho.
ESTÁS LEYENDO
Viviendo entre Sombras: Preludio de los Sueños
General FictionKarly guarda un secreto que teme revelar. Siempre ha sido una chica normal y no quiere que nadie llegue a pensar lo contrario, por eso, a pesar de su miedo ha decidido permanecer en silencio. ¿Qué pasará cuando Karly se entere de que sus pesadillas...