Ahora todo en el orfanatorio estaba tranquilo, había pasado un tiempo de que Jungkook hyung no me tocaba, no me hablaba, ni siquiera me miraba.
Varios chicos habían salido ya de aquél lugar, eran adoptados o simplemente cumplian los 19 y tenían que irse pues Jungkook decía que a esa edad las personas eran autosuficientes y podían depender por sí solas.
A mí sólo me faltaban tres años, sólo tres agustiantes años para largarme de aquél lugar. Sabía que esa sería la única manera de salir pues ninguna persona adopta a niños que ya pasan de los 8 años y yo, bueno, ya tengo 16 y a pesar de que yo era el más pequeño, yo no podía tener una familia pues yo era propiedad de aquél lugar y su dueño.
—Yoongi-ah, ¿Qué tanto piensas?
—Nada.
—Yoongi-ah, ¿Por qué te has vuelto tan serio?
—No lo sé.
—¡Yoongi-ah! Por lo menos mírame cuando te pregunto algo.
Rendido, solté el lápiz sobre el papel dejando que rodara por todo el escritorio.
—Bien, ¿Qué es lo que quieres Hoseok?
—¡Yah! No seas tan formal, ya te he dicho que me digas de nuevo Hobi ¿Recuerdas? Como cuando éramos pequeños.
—Pero ya no somos unos niños, Hoseok.
—¡Yah! Que amargado.
—¿Podrías callarte? —Volví a tomar el lápiz para regresar a mi asunto.
—Te dejaré en paz hasta que me des un besito —Se estiró de la cama hacia el escritorio recargando ambos codos y posando su rostro en ambas manos —Chu~
Desde unos meses atrás Hoseok ha estado detrás mío. Decía que desde que cumplí los 16 me había vuelto muy atractivo y que gustaba de mí.
No mentiré, nos hemos acostado un par de veces. Nos hemos besado miles de ocaciones, pero nunca hemos tenido algo como una relación. Era absurdo, ilógico y estúpido, pues lo único que nos unía era una gran amistad y el deseo carnal, no más.
No había sentimientos de por medio y yo podía lidiar con eso.
Nadie lo sabía, además de Namjoon y Jackson pues ése tipo de contacto estaba prohibido según el reglamento.
Es gracioso que ni el propio dueño respete sus reglas ¿No es así?
—Si te beso ¿Dejarás de joder?
—Ah, que cruel —Así era él de insoportable —Pero sí, dejaré de joder si me das un besito.
Me acerqué un poco a su cara, quedaban unos pocos centímetros entre nosotros. Podía sentir su agitada respiración en mis labios, pero la puerta se abrió e hizo que nos separarámos de golpe.
—Hmmm, muchachos —Era él, ahí estaba él. Tan elegante, tan tranquilo como siempre, con una sonrisa en la cara —Hoy es un día especial, así que requiero que estén preparados y arreglados para la comida.
Yo estaba si entender la situación, su visita repentina al dormitorio era inexplicable.
—En especial tú, Yoon Gi —Me sonrió, ya no recordaba el blanco de sus dientes.
Y salió, sin decir otra palabra, sin siquiera mirarme de nuevo.
—Tsk, es tan detestable ¡Hey! Yoongi-ah, dejémos ésto para después.
—¿Uh?
—¡Ah, tan distraído! Como sea, será mejor que te apresures —Revolvió mi cabello y salió de la habitación.
Tanta conmoción me estresaba.
🐱
A las tres en punto se nos obligó a ir al comedor, todos respectamente arreglados y en "nuestro lugar" que nos pertenecía en la mesa, el mío se hallaba a lado derecho de Jungkook y sólo en ocaciones especiales como ésta se dignaba a comer con nosotros.
La mesa se sentía un poco vacía pues ahora sólo quedábamos 7 adolescentes ahí.
El ruido del coche estacionandose se hizo presente, unos pasos retumbaron por todo el comedor revelando a hyung que recién llegaba de muy buen humor.
—¡Niños! Hoy es un día especial, tenemos un nuevo residente en nuestro hogar.
Un niño de aproximadamente 12/13 años entró por la puerta. Tenía las mejillas regordetas, labios gruesos y rosados, sus ojos eran pequeños y rasgados. Llevaba puesto un suéter enorme que dejaba apenas ver sus pequeños deditos.
El niño era malditamente hermoso.
—Bien, presentate pequeño.
—¿Uh? —Lo miró asustado un par de segundos y luego se dirigió hacia nosotros con sus ojitos llenos de miedo —Yo-Yo, soy Park Jimin, tengo tre-trece años.
Todos se limitaron a sonreír y recordé cuando recién entraba, a mí me despreciaron descaradamente. Me sorprendía que no le hicieran un desplante así y ahora cuando él era el menor.
—Yoon Gi —Me llamó Jungkook.
—¿Uh?
—¿Podrías hacerte a un lado? Ése ahora es el lugar de Jiminnie.
—¿Eh? Pero éste ah sido mi lugar desde hace años hyung.
—¿Acaso estás poniendo en cuestión mis ordenes Yoon Gi? Recuerda que puedes ser castigado.
Sentía rabía ¿Cómo podía hablarme de tal manera? Apreté los puños fuertemente y no me quedó otra opción que moverme del asiento.
Ambos pasaron de mi lado, Jungkook empujándome ligeramente. Sentía ganas de explotar en miles de pedazos, quería romperle la cara.
La furia me consumía.
Sólo podía sentir la mirada temblorosa del nuevo. Al ver su cara pude notar que detonaba miedo, estaba asustado, sus manos seguían temblando debajo de aquél suéter.
—Hey, ¿Estás bien? —Susurré.
—Eh...
—¿Acaso hay algo que quieras decir Yoon Gi? —La fría voz de Kook retumbó por todo el salón.
—No, señor.
—Bien, entonces come.
Quería golpearlo, masacrarlo, asesinarlo. No podía creer que alguna vez había llegado a tener algún tipo de afecto a aquél personaje.
Pero dejándolo de un lado, no podía dejar de pensar en el chico de a lado. ¿Por qué estaba tan asustado? De cierta manera el comportamiento de Jimin me perturbaba.
Podía ver su ansiedad, su tristeza reflejada en sus pequeños ojos, sus pies moviéndose costantemente y sus uñas se encajaban en las piernas ¿Qué le sucedía a éste niño?
Jungkook atendió una llamada y aquél niño seguía con aquél comportamiento así que lo único que se me ocurrió hacer fué tomar su mano.
—Te puedes lastimar —Le sonreí débil.
—Bueno... yo
—No te preocupes, pero no deberías hacer eso, te lastimarás aún más.
—Es que yo-yo no puedo evitarlo.
—Uhm, ¡ya sé! —Saqué una goma de mi pantalón —Cuando tengas esos sentimientos sólo rasca la goma en ves de tus piernas —Volví a sonreír.
Sus ojos de repente se abrieron, su boca estaba ligeramente abierta, su cara me desconcertaba un poco.
—Gra-gracias, hyung —Susurró.
La palabra hyung retumbó en mi pecho, pero ¿Por qué?
Volví a mirarlo pero sus ojos estaban clavados en aquél borrador.
