Capítulo 7: Malos momentos.

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"Te quiero de una forma tan especial que no hace falta verte ni tocarte para que mi amor crezca... Solo basta cerrar mis ojos y saber que existes"

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A las afueras de la famosa ciudad Nuevo Mundo, justo en las calles de la zona residencial East Blue se encontraba Monkey D. Luffy, por alguna extraña razón su corazón le dolía y mucho, finas lagrimas caían de sus ojos rodando hacia su mejillas para finalmente caer en el piso cambiante.

La imagen de Law besando a esa chica le dolía y le daba repulsión ¿Por qué se sentía así? ¿Acaso todo eso se debía al sentimiento tan confuso llamado "amor"? ¿Cuánto llevaba corriendo como loco?

-¡Como puedo ser tan estúpido, era obvio que no se fijaría jamás en mí!- se auto regañaba tratando de darse ánimos mientras corría en dirección a su casa- ¿Y si solo se trataba de un mal entendido? No, no lo creo se veía muy feliz junto a ella- más lagrimas caían y de un momento se encontraba en el parque para finalmente chocar con una chica muy familiar.

-¡¿Luffy?!- una dulce voz lo hiso reaccionar para encontrarse con un par de ojos azul marino, una peli azul de cabello corto con gran habilidad con la katana y sobre todo hermana de su mejor amigo.

-¿Kuina?- pregunto temeroso de la respuesta, aunque era obvio que era ella.

-Claro tontito ¿Aparte de Tashigi, a quien me puedo parecer?- contesto de broma, pero al ver el semblante triste del menor de los D. volvió al tema-¿Qué ha pasado? ¿Por qué estas así?- interrogaba sumamente preocupada.

-Eto..yo..yo solo recordaba una historia que me contaron mis hermanos hace años...si...eso es jejeje- contestaba con una clara mueca que delataba muy fácilmente que no sabía mentir.

-Sabes que no puedo obligarte a decirme nada- contestaba abrazando- Pero ten en cuenta que Zoro y yo odiamos verte así- decía Kuina mientras que el monito correspondía al abrazo.

-Muchas gracias, realmente hoy ha sido un día bastante pésimo, creí que él me quería- contestó sin pensar.

-¿él? ¿A quién te refieres, Luffy?- se arriesgó a preguntar.

-Bueno, en estos momentos no importa, lo que más quiero es descansar- respondió Luffy sumamente cansado.

-Entiendo, bueno te acompañare a casa- no se ofreció más bien fue como un aviso que no lo dejaría ir solo- Además me queda de paso para ir a visitar a Mihawk-sensei y a Shanks- finalizo regalándole una tierna sonrisa.

- Ya veo, pues vamos- respondió sin ánimos el moreno

El camino no fe tan incómodo con pensó Luffy en un principio, aunque sabía que Kuina no era tan parecida a su hermano, Zoro, esta le daba ánimos y le platicaba una que otra cosa vergonzosa de su amigo para sacarle una sonrisa e incluso recordaron cuando jugaban en el parque o a hacían una que otra travesura, pero no sirvió de mucho pues en esos momento su pecho aun dolía.

-Mira Luffy ya casi llegamos- avisaba la peli azul señalando la "casa-mansión" del monito.

-Sip shishishi parece que llegamos- medio sonrió- Bueno, espero verte otro día saluda a Mihawk y Shanks de mi parte- decía mientras se acercaba a la puerta.

-Claro, también le mandaré tus saludos al cabeza de alga de mi hermano- se despidió para finalmente dejar solo al monito en la gran mansión.

Como siempre la casa estaba vacía, su padre salía salir mucho por negocios, sus hermanos aun no regresaban, su abuelo de seguro estaba en una misión y su madre...no se encontraba en este mundo.

-Luffy-sama, bienvenido a casa- respondía una joven mucama al ver devuelta a su joven amo.

- ¡Ah! Margaret, lo siento estoy algo distraído que no me di cuenta que estabas aquí- respondió apenado al no reconocer rápidamente a una amiga-en estos momento solo quiero descansar un rato, me retiro a mi habitación. -

En un abrir y cerrar de ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora