Capítulo 20.

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Miraba su rostro mientras dormia en mi regazo, era una perfecta combinación de ambos rostros, su nariz tan parecida a la mia, sus ojos tambien pero sus labios y la sonrisa que se dibujaba en ellos y esa mirada aveces calida y otras veces fría, era simplemente perfecta.

– Sun, un nombre bastante extraño.

La niña seguia dormida, habiamos llegado al sitio donde site a su madre, el chofer aparcó el vehiculo, me sentia ansioso, vería a su madre después de todo este tiempo, solo recuerdo la ultima vez que la vi.

Flashback

— Que lindo verlos a ambos juntos. — Dije al ver la escena.

— Pero no estabas inconsciente, me aseguré de que te dieran un veneno potente. — Decia el pelinegro.

— Asi que fuiste tú, crees que si cualquier veneno pudiera matarme sería el señor del oeste, no es así niño, te falta mucho por aprender, solo te digo que la responsable de darmelo ya ha espiado su pecado. — Sonrei mostrando la cabeza de la sirvienta.

Kagome no pudo más que gritar desesperadamente.

— ¡Cynthia, no! ¡Eres un animal! ¡Una bestia! — Decia la joven alterada. — ¡¿Como pudiste?! Era mi amiga.

— Asi que tu amiga. — reí con la cabeza en mis mano. — Aquí tienes. — la lanze a los pies de Kagome.

— Maldito. — Decia el pelinegro.

— ¿Que castigo les debería dar? — Dije riendo maniaticamente.

Me acercaba  lentamente y amenazantemente al par de jóvenes, el joven pelinegro miro a la chica y luego hacía el frente y sacó su espada para luchar contra mi el gran demonio.

El joven me enfrentó, le grito a Kagome que huyera que no se quedara parada ahí sin hacer nada.

La joven se acercó al pozo, pero no pudo evitar mirar hacía atras la pelea de ambos yokais, pero para su desgracia yo le llevaba ventaja al joven y en ese momento pude clavar mi espada en el pecho de Derek y luego la guardaba para acercarme a ella.

Ella miro al pozo y luegi a mi me acercaba lo mas rapido que podia, ella entro en el pozo, pude sujetarla por el kimono, el pozo seguía brillando intensamente,mientras la sujetaba.

— No te me escaparas tan fácilmente.

— ¡Déjame!

La joven se revolvió y logró safarse.

— ¡Kagome! — Grité extendiendo mi mano como si fuese a recuperarla.

Fin fashback

El momento se acercaba, la hora de encuentro llegó, y vi como una mujer de largos cabello negro llegaba al lugar la mujer se veia preocupada, sus lentes de sol no dejaban mirar sus ojos, al mirarla mi corazón latio fuertemente, acaso esa era ella  los años la habian puesto mas hermosa, queria acercarme a ella, pero debia confirmar, mandé al chofer a preguntar,  los vi hablar por un momento hasta que se acerco al vehículo,  entro en el y al verme ella se acerco a mi, mi corazón latio fuerte otra vez, no podia creer que la tuviese al frente de mi despues de tantos años, pero su atención solo iba hacia mi niña, las veía reencontrarse la niña abriendo sus ojos y luego sonriendo al verla.

Ambas se abrazaron y dijeron palabras de amor, pero a mi no me miraba, asi que decidí hablar.

– Hola Kagome.

– Chofer, podría sacar a mi hija a tomar aire.

– ¿Por qué quieres sacar a la niña? – Pregunté intrigado.

El chofer se llevó  a la niña sin decir nada, mire por la ventana a ver a donde se llevaban a mi pequeña, cuando de pronto el ardor en mi mejilla me hizo mirar a la mujer que tenia al frente, quien lloraba a mares.

–¿Quien te dio permiso de venir a meterte en mi vida? Y llevarte a mi hija

La escuchaba hablar y gritarme en mi cara, me acerque a ella, pero ella se alejó de mi.

– ¡No te acerques!

No le hice caso y la abrace en contra de su voluntad.

– Perdoname, por favor.

Su Prisionera [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora