Su Prisionera [EDITANDO]

Capítulo 9: Los Celos de el demonio.

Capítulo 9: 

Celos del demonio (Parte 2.)

Aquél demonio que hacía mis días un infierno había como desaparecido de la noche a la mañana, ese cretino después de aquella vez no lo había vuelto a ver. Cynthia decía que había tenido que salir de sus tierras para enfrentar a un enemigo pocos eran capaces o lo suficientemente valientes como para enfrentar al frío demonio pero quien lo hacía no vivía para contarlo.

Dos semanas habían pasado luego de mi último encuentro con ese perro demonio, rondaba los jardines del castillo explorando el lugar pues llevaba ya seis meses en este lugar y aún no lo exploraba completamente por su amplitud. Miraba los diferentes tipos de flores que había en el me entretuve con una singular flor que llamó mi atención era tan hermosa y a la vez delicada.

- Es una gardenia. -Respondieron a mis espaldas provocando que diera un pequeño brinco del asombro.

- Derek. - Dije al ver a la persona que había irrumpido en mi admiración de la flor.

- El mismo. - Dijo con una sonrisa típica de él.- Que bueno verte de nuevo pequeña torpe.- Posó su mano sobre mi cabeza desordenando mis cabellos.

- No hagas eso, por que seas más alto que yo no significa que puedas burlarte grandísimo tonto. - Contesté con un ligero sonrojo en mis mejillas.

- Bla, bla, bla digas lo que digas siempre serás una enana. - Dijo para que yo me abalanzara sobre su cuerpo golpeándolo con mis manos.

- Idiota - Grite mientras lo golpeaba, él me miraba seriamente esquivando mis golpes hasta que todo pasó demasiado rápido y me encontraba bajo su cuerpo y sus labios sobre los míos no pude resistirme a ese beso y le seguí hasta que recordé todo lo que había pasado en este castillo las veces que Sesshomaru había abusado de mi y cada uno de esos momentos me hicieron recordar que yo no valía la pena, como pude me lo quite de encima y salí corriendo hacia mis aposentos dejando a un muy confundido joven yokai sin saber que había hecho mal.

Corrió por los pasillos del castillo hasta llegar a su habitación de un portazo cerró la puerta y camino hacia la cama dejando caer en ella, se sentó y con sus manos cubrió su rostro, por que había salido así, debió quedarse, pero sabia que no podía pues no tenia nada que darle a ese chico si se quedaba con el, entró en el baño y se encerró allí, llenó la tina y se sumergió en ella olvidándose de sus penas.

Sesshomaru punto de vista.

Había llegado al castillo luego de largos días de ausencia solo queriendo ver a la tonta humana que había despertado interés en el, no lo admitiría pero la ultima vez que la tomó no solo pensó en el sino que también quiso que ella sintiera placer al sentirlo tocar y disfrutar su cuerpo. Él admitía que la había hecho sufrir sin ella ser responsable de nada pero el rencor y las ganas de vengarse de su hermano por haberle quitado lo que una vez quiso por ser un sangre sucia, su familia aquello que era tan importante para el, Inuyasha se lo había arrebatado todo de sus manos, los hanyous solían perder el control de sus acciones.

No podía olvidar cómo la hizo gemir esa noche antes de irse y dejar el castillo, Kagome. El no sabia si la quería o sentía algo por ella no lo sabía pero si estaba seguro de algo y era que se había vuelto adicto a esa torpe humana, el cómo su cuerpo lo envolvía cuando el la hacia suya pues si esa humana era suya y solo él podía disfrutar esos labios y ese frágil cuerpo.

Había preguntado dónde se encontraba la humana y le habían dicho que en los jardines, no se esperaba lo que vería en ese lugar a la humana siendo besada por otro, su cuerpo se llenó de un sentimiento inexplicable quería acabar con la vida de aquel pequeño idiota que se atrevía a tocar lo que era suyo y a esa humana la haría entender que ella, su cuerpo, su mente, todo le pertenecía a él y a nadie más si tenía que encerrarla lo haría si tenía que obligarla a permanecer a su lado, cumpliría su promesa, pero de qué iba a ser suya lo sería.