Su Prisionera [EDITANDO]

Chapter 21.

–  ¿Perdóname? Acaso estás loco. – Grite rompiendo el abrazo, y golpeándolo.

– Por favor tranquilizate...

– ¿Como diablos me tranquilizo? MATASTE A MI AMIGA Y AL AMOR QUE TUVE EN AQUEL ENTONCES, ME TRATASTE COMO UNA BASURA Y AHORA ME ROBAS A MI HIJA, DIME COMO PODRIA PERDONARTE. – Grite con las lagrimas a flor de pie.

– Quiero demostrarte que puedo ser diferente, solo dame la oportunidad, cambie Kagome, aprendí de mis errores.

– Mientes, solo quieres volver a utilizarme. Dame a mi hija me voy de aquí.

– No es solo tuya.

– Apenas la conoces joder, deberias estar muerto ahora mismo y no aquí molestando ¿Por que demonios apareces ahora?

El peliplata miró seriamente a la mujer de cabellos negros, la mujer lo miro llena de ira, sus sentimiento todos revueltos por dicho encuentro, el hombre no podia evitar querer hacerla callar, como la hacia entender que no queria lastimarla.

– No vas a ir a ningún lado. Ya ha pasado mucho y no me perderé un segundo de la vida de mi hija.

Dijo amenazante el caballero de largos cabellos mientras miraba a la mujer de manera fría.

– Comprendo que ya no desees estar conmigo, pero mi hija no va a ningún lado, de aqui a los registros civiles para hacerla portadora de mi apellido y si no vienes con ella lucharé por su custodia, pero mi hija ya no vivirá en lugares que no esten a la altura de su raza.

– SI SERÁS IMBECIL, A MI HIJA NUNCA LE HA FALTADO NADA Y NO NECESITA NADA DE TI.

– Estas consciente de que al ella llevar mi sangre corre peligro solo con existir.

Decia el hombre de piernas cruzadas tomando la copa de vino que estaba a su lado.

– Deseas probar.

– No quiero nada que venga de ti Sesshomaru. – Pronunció la mujer mirando hacia la ventana.

– Mudate a mi mansión, prometo no molestarte, a menos de que tu misma lo desees.

La mujer lo miró seriamente y luego Pronunció lentamente.

– Se que eres su padre y quieres estar con ella, pero estamos bien sin ti, nunca nos ha hecho falta nada y espero no necesitar nada.

– No quiero que estes conmigo, solo quiero tener a mi hija cerca.

– Te permitiré visitarla y que ella te visite siempre y cuando ella lo desee pero ni ella, ni yo viviremos contigo, no confio en ti.

– Comprendo, esta noche dejame invitarlas a cenar ¿Que dices?

– No lo sé. – Miro hacia el exterior por la ventana de nuevo.

La niña y el joven chofer volvieron al lugar la niña subio y se sento al lado de su madre y le dedico una sonrisa.

– Parece que tu madre no quiere ir a cenar al lugar que te mencione Sunny.

– Mama, por favor. El me prometio que iriamos los tres, puedes, puedes.

La mujer miro a la niña y luego miro al hombre al cual le dedico la mas fria de las miradas, si las miradas mataran el yokai estuviese muerto y enterrado.

– De acuerdo.