Treinta noches con John. [McLennon]

Noche 8: Vídeo Pt. 2

Realmente la mejor palabra para definir la separación de la banda era divorcio. Pero no era tanto mi divorcio con los chicos, sino en particular con Paul. 

   Nos habíamos convertido en esa clase de parejas que por cualquier cosa se tiraban los platos directo al rostro, y ahora todo lo que quedaba era tomar nuestras cosas y hacer nuestras vidas por separado, aunque eso doliera más de lo esperado. 

   Nunca habría creído que quien le pondría fin a nuestra relación sentimental sería Paul. Siempre creí que yo lo dejaría cuando consiguiera a una bella chica o algo así, pero para mi sorpresa descubrí que estaba perdida y completamente enamorado de él. 

   ¿Y cuál fue su respuesta cuando le propuse vivir juntos?: No puedo hacerlo, John.  

   Eso marcó el final de todo. Su negativa a querer estar conmigo a pesar de que sabía que tenía mi corazón para hacer lo que quisiera con él, a pesar de todos los años de relación en secreto y a pesar de que siempre dijo amarme tan locamente como yo lo hacía. Pero claro que no, Paul no me amaba tanto como siempre me dijo. 

   Eso había sido demasiado para mí. No podía seguir viviendo viéndolo cada día, mirando cómo era que se enamoraba lentamente de Linda, mirando cómo le sonreía cuando sus miradas se cruzaban mientras deseaba ser yo quien le respondiera. 

   No, era demasiado. 

   Yo tenía a Yoko, y la amaba profundamente. Pero no era nada como lo que aún sentía por Paul, tan profundo y tan dentro de mí que quemaba. 

   Ahora sólo nos dedicábamos a tomar nuestras cosas, guardarlas en cajas y salir huyendo de una vida donde había sido plenamente feliz. Y eso era justo lo que estaba haciendo en ese momento. 

   Había ido a lo que alguna vez había sido la casa Beatle para recoger cualquier cosa que quedara de mí en ella y posiblemente quemarla, cuando encontré un vídeo. 

   Tenía escrito John y Paul con mi letra desigual, pero no tenía ni idea de qué mierda tenía dentro. Tenía cuatro años que nadie vivía en esa casa, y todo lo que había ahí eran cosas que ni siquiera recordaba. 

   Coloqué el vídeo en mi reproductor y me senté a ver qué era lo que había en la cinta. Primero aparecí yo en un avión, al parecer había tenido problemas para encender la cámara por mi cara, pero después sonreí un poco y enfoqué a Paul, que estaba dormido a mi lado, con su cabeza recargada en mi hombro. 

   —Paul se ve lindo mientras duerme ¿No? —pregunté, enfocando su cara de bebé adormilado y notando que éste tenía una pequeña sonrisa en el rostro—. A Paul también le gusta verme dormir, dice que me veo más atractivo —comentó mi yo del pasado—. Yo digo que siempre me veo guapo, igual que Paul. Paul siempre se ve bien, pero es su actitud pasiva. Aunque igual lo amo.

   En ese momento una turbulencia golpeó el avión, logrando que mi toma se desenfocara y también que Paul despertara por el golpe que se había dado. 

   —¿Qué crees que haces? —preguntó Paul. 

   —Estaba burlándome de ti —contesté yo, y la toma se fundió a negro. La imagen se retomó después de unos segundos, donde todo lo que se veía era mi cama, conmigo enfrente de la cámara moviéndola de un lado a otro. Cuando logré enforcarla comencé a desnudarme, y cuando finalmente estuve en calzoncillos llamé a Paul. 

   Éste subió de mal humor hasta mi habitación, donde se negó a tener sexo conmigo, aunque después lo convencí, ya que la cámara había captado a Paul sobre mis piernas mientras acariciaba y tiraba de mi cabello con los ojos cerrados.