9. un fin de semana para nada normal

59 14 0
                                    

-Que calor, definitivamente necesito darme un baño con agua fría y si se puede, con unos cuantos hielos de más- Se queja Zenia, dando movimiento de abanico con la mano. Se encontraban fuera de la academia esperando a alguien, ¿Quien sería? Solo eso lo sabía Zenia, después de todo era la que había dado la idea de que ellas se quedaran en su casa, pero el pequeño detalles era que no les había informado quien las iba a recoger y llevarlas hasta el lugar.
Todas las chicas estaban quejándose, apoyadas en las maletas de cada una y con un sombrero de verano que las hacía lucir demasiado bien, la mayoría de ellas, llevaban puesto shorts y blusas holgadas desde tonos pasteles hasta oscuros excepto Zenia quien llevaba un enterizo de flores azules y rojas que le llegaba cinco dedos más arriba de la rodilla,  y lo acompañaba con unas botas de cuero color marrón.

- En mi vida no vuelvo a correr como lo hice hoy, ¡Dios! Estoy sudando, parezco un caballo.- Dice Scarlett demostrándole a las chicas lo exhausta que estaba de tanto correr para recoger las maletas e irse. -Por cierto ¿Quién es el encargado de recogernos? Porque no quiero estar un minuto más aquí esperando, siento como si me fuera a derretir, necesito estar en un lugar fresco y tú, bien lo sabes, Zenia...- En ese preciso momento los ojos de Scarlett se abren como platos y sus mejillas se ruborizan hasta tal punto de parecer un tomate.

Al hablar Scarlett, un Audi convertible de color azul rey se acerca hasta el lugar donde se encontraban las chicas con las maletas en el suelo y un chico de tez un poco menos blanca que la de Zenia sale del auto haciendo una mueca y quitándose sus gafas de sol.

-Llegas tarde.- dice Zenia mostrándole su reloj con seriedad.

-No te preocupes querida hermana, solo llegué cinco minutos tarde.- responde el chico con una sonrisa de oreja a oreja y detallando lentamente a las chicas que venían con su hermana.- Al parecer tenemos más huéspedes de lo que suponía.

- Como sea, tuvimos que pasar el puente de la academia y esperar  esos "cinco minutos" que tú dices, mientras sufríamos de calor y sed hasta tal punto de casi morir, ¿Sabes todo lo que tengo que aguantar por mi cabello?.- Se queja Zenia con una mano puesta en el pecho, luego dirigiéndola hasta su cabello y poniendo voz dramática.

-No te quejes mucho, deja de ser tan dramática, no es mi culpa que tengas un cabello tan... Voluminoso.- Dice esto último tocando su cabello y agrandando el espacio hasta tal punto de parecerse al de Zenia.

- Deja de hacer eso con tus manos, demostrando cuanta cantidad de cabello tengo, además, mi cabello me hace ser única e inteligente.

Todas las chicas ignoraron el discurso entre los hermanos, estaban en fila con las bocas abiertas al ver al hermano de Zenia, era todo lo opuesto a ella, alto, un poco musculoso y serio, parecía un año mayor que ellas, definitivamente era todo lo contrario a su hermana, sus ojos miraban de izquierda a derecha al unísono tratando de compararlos, después de todo desde su tono de piel hasta el color de cabello, todo era diferente en ellos, comenzando por la estatura, después de todo Zenia era más pequeña e incluso a comparación de las chicas ella no le podía ganar en estatura a ninguna de ellas, ni siquiera en tacones se igualaba a ellas.

-Como sea- suelta interrumpiendolas del trance en el que se encontraban.- Entren antes de que me arrepienta y las deje acá un rato más, ustedes deciden.- Dice abriendo la puerta del coche y colocándose de vuelta las gafas.

-¡Oye! ¿Cómo demonios crees que vamos a entrar en el auto? Sólo caben cinco personas y somos seis, sin contar nuestros equipajes.- Refunfuña Zenia señalando el auto.

-No te preocupes, hermanita, ya lo tenía pensado desde le momento en el que me dijiste lo que ibas a  hacer este fin de semana, además, no entiendo por qué ustedes tienen tanto equipaje, como si fueran a irse a vivir de por vida en algún lugar.

Brillando bajo las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora