—Y bien, ¿donde estamos?
—No lo sé...
Aparecimos en la cima de una colina con vista a una ciudad amurallada aún mas grande que la anterior y también más llena de seguridad en las puertas. Incluso parecía que ni siquiera era el mismo país, pues aunque yo podía leer lo que decían los carteles, Lirenia no.
—¿Si quiera hablaran el mismo idioma? —me pregunte mientras nos acercábamos.
—No creo —contesto Lirenia—. Pero lo dudo, casi todos los países usan diferentes idiomas, aunque la moneda es la mismo en la mayoría de ellos.
Que bien eso es bueno.
—Por cierto —Lirenia se volteo hacia mi e hizo una pequeña reverencia—. Gracias por salvarme.
—No fue nada, solo pagaba un favor —le respondí.
Y era cierto. Aunque también estaba el hecho de que sentía que debía cuidarla y si tenia pensamientos de abandonarla, estos desaparecían casi de inmediato.
No estaba enamorado de ella ni nada por el estilo, sino que en mis estados, por algún extraño motivo, había aparecido un título demasiado problemático.
[Sumo sacerdote de Lirenia]
—Eh, eres humana, ¿verdad Lirenia?
—Si claro, ¿porque lo preguntas?
—No, por nada...
Era obvio que esto era un plan de ese maldito de Sueño, pero que quería era el problema.
Bueno, lo único que tengo que hacer es buscar un método de quitarme ese titulo y asunto finalizado.
No, también esta el hecho de como regresaré a casa. Dios mio esto esta cada vez esta peor.
Bien antes que nada debo asegurarme de:
-Pasar desapercibido por los héroes.
-Evitar que Lirenia diga que es la hija de ese tipo.
-Conseguir un trabajo o algo que hacer. El oro no durara para siempre.
-Y buscar como volver a casa. Iba a ponerme a jugar un nuevo videojuego, diablos. Seguro cuando regreso Maya ya lo habrá borrado de mi computadora o peor, se lo habrá adueñado por completo.
Al fin llegamos a las puertas de entrada, donde seis guardias vigilaban una larga fila de personas, en la cual nos tuvimos que formar. Todos los que entraban eran revisados minuciosamente. Si que eran rudos con los que llevaban cosas extrañas.
No quitaban armas, pero a veces arrebatan las bolsas de algunos de los que intentaban entrar y la arrojaban a un almacén. ¿Será que les quitaban el oro?
Los carruajes y carretas no tenían mejor suerte. La mayoría pasaba bien, pero de vez en cuando arrestaban a alguien y liberaban a varía personas que estaban dentro. ¿Serían esclavistas?
Estaba un poco asustado cuando llego nuestro turno de entrar. Digo, el espectáculo que vi haría orinarse a cualquiera. Pero conforme me acercaba me fui dando cuenta de algo muy extraño.
[??? Nivel 5 humano]
[??? Nivel 4 bestia]
Todos los guardias, incluso los comerciantes y la gente de a pie, tenían el mismo cartel. ¿Sera acaso que se oxido la habilidad?
Aunque si lo pienso bien, solo a Lirenia y los héroes les vi el nombre, con los demás que me cruce ni me fije.
Eso me pasa por no prestar atención.
—Oye Lirenia —susurré—. ¿No los niveles de esos tipos son muy bajos? Solo son de cinco como máximo.
—¡¿PUE...?! ¡¿Puedes ver sus niveles?! —Lirenia casi grito, por suerte se contuvo en el ultimo momento.
—Si, ¿que los demás no?
—Eso es imposible mas que con una maquina evaluadora o algún artefacto similar.
Lirenia me miraba con evidente sorpresa. Creo que mejor pregunto las cosas, no vaya a ser que haga o diga algo que nos delate.
—Y-y con respecto a los niveles —continuo Lirenia—. Eso es normal. La mayoría de humanos no pasa del nivel quince en su vida, con mucho entrenamiento puede que hasta nivel veinte, pero nada mas.
"Aunque he escuchado que los héroes escalan hasta mas del sesenta. Ellos son monstruos.
Que bueno, al parecer estoy dentro de lo normal. Por ahora.
—¡A, si! He escuchado que los sumos sacerdotes escalan hasta el noventa. Pero no hay muchos y deben ser escogidos por un dios. Uno por cada dios.
Eso es malo. No, esperen, ella no es un dios. Por ahora.
—¡Ustedes! ¡Muestren sus pertenencias!
Sin darnos cuenta llegamos a los guardias. Uno de ellos nos hablo con mucha rudeza. Yo no llevaba nada y Lirenia solo una bolsa de cuero con algunas monedas. Era normal, dejamos aquella ciudad a toda prisa.
El guardia nos miro con el ceño fruncido, pero le regreso la bolsa a Lirenia y nos apresuro a entrar. Oh, que bien, no nos cobraron peaje ni requerí identificación.
—¡¡Argh!!
—¡Alguien! ¡Ayuda!
Una conmoción inicio detrás de nosotros. La verdad no quería ver, podría ser contraproducente, pero Lirenia jalo de mi manga y me llevo hasta allá. Eso me recuerda, debo comprar ropa nueva, no me vayan a confundir con los héroes.
—¡Alguien! ¡Por favor ayuden a mi hermano!
Una joven con algunos aspectos de zorro, miraba suplicante a la multitud mientras sostenía la mano de un joven parecido a ella. El chico tenia marcas negras por todo su cuerpo y escupía sangre.
—Dejalo ir —un hombre robusto puso la mano sobre el hombro de la chica—. No hay cura para el envenenamiento a menos que lo sane un alto sacerdote y ninguno en esta ciudad sabe purificar.
—¡Gabriel! ¡Curalo por favor! —me suplico Lirenia en voz baja, parece que entiende lo que pasa aunque no sepa lo que dicen.
[Habilidad purificación adquirida]
¿De nuevo Sueño? Esta bien, capto el mensaje.
La verdad es que me importa poco si el chico vive o muere, sin embargo le pesaría a mi conciencia si no hago aunquesea un intento de salvarlo y además Lirenia me lo pidió, a ella no puedo decirle que no.
¡Maldito título!
Bueno, si no funciona pues ni modo y si lo hace, no pasara nada.
Me acerque a él y como la vez anterior solo pensé en sanarlo. Una luz blanquecina lo cubrió a la vez que sus heridas sanaban y las marcas desaparecían.
Eso está bien, al parecer soy bueno en esto y sin lucirme de mas.
—¿Que hizo?
—¡Lo sano! ¡Y sin recitar un hechizo!
—¡Eso es imposible! ¡Solo los sumos sacerdotes pueden usar magia sin cantar!
—No inventes, ¿Que haría un sumo sacerdote fuera de su templo?
—¿Y a que dios sirve?
Los murmullos incrementaron cuando el chico abrió loa ojos y se miro las manos como si hubiera ocurrido un milagro.
Demonios, por eso quiero saber las reglas de este mundo.
Tome a Lirenia de la mano y me escabullí en la ciudad.
¡Hay que pasar desapercibidos maldita sea!
[Has alcanzado el nivel 5]
¡Demonios!
ESTÁS LEYENDO
Lirenia libro 1: La sombra de los cuatro.
AdventureGrabriel es un chico con pocas preocupaciones en la vida, un día, mientras llegaba tarde al colegio, fue transportado a un mundo de fantasía por alguien a quien nombra Sueño. Poco después se entera que fue llevado a ese mundo para servir como el sum...