AmeOnna

64 9 13
                                    



Según le explico Yuko, nadie de la casa esperaba que llegara tan rápido por lo que ni siquiera tenían un futón listo para él, así que, por lo menos esa noche, tendrían que compartir el suyo, en ese momento pudo sentir como sus mejillas se encendían, nunca había dormido con nadie que no fueran sus padres o Mari, además no era propio que un hombre durmieran en la misma cama que una mujer si no estaban casados, o por lo menos eso es lo que había escuchado decir varias veces a su madre y hermana, ¿Qué pasaría entonces? ¿Tendría que casarse con Yuko después de eso? ¡Pero si aún eran unos niños! ¡Eso no era posible! ¿o sí?

-Yuri ¿Qué ocurre? – Dijo la niña sacándolo de sus pensamientos mientras se acomodaba, dejando el espacio suficiente para que el otro se acostara a su lado – Es hora de dormir, mañana debemos de levantarnos temprano para hacer nuestros deberes, así que ven, acuéstate de una vez-

-Si- dijo con un pequeño tartamudeo, acercándose aun de manera tímida, sentándose en una esquina del futon

-Dije acostarse Yuri...A-C-O-S-TA-R-S-E- Aclaro la niña tras una breve risa - ¿Aun sigues triste por lo de tu hogar? ¿Es eso?-

-Bueno...-

-Vamos, vamos, no tienes por qué preocuparte...mmm tal vez tus rasgos son un poco rudos y eres algo más alta que cualquier chica que haya conocido, pero estoy segura que cuando crezcas y puedas usar maquillaje te verás realmente linda, además...tu pelo negro es precioso, nunca había visto uno tan bonito, serás una buena geisha Yuri-

-¿Niña?...es decir...Yuko...¿Por qué quieres ser una geisha? ¿Qué es lo bueno de ello?-

-Bueno..la verdad Yuri, es que yo no conocí a mi familia, he vivido aquí desde que puedo recordar, nunca tuve un lugar que pudiera llamar hogar además de esta okiya, pero si lo hago bien, si soy una geisha reconocida, Lilia me adoptara y este será definitivamente mi hogar -

-Entiendo- Yuko parecía ser una buena persona y gracias a ella el poco tiempo que había estado en ese lugar se sentía menos solitario y frio, de hecho agradecía no estar solo en aquel desconocido lugar.

-¿Cómo era tu hogar?- pregunto la castaña tras un breve silencio – dijiste que tenías una hermana, supongo que también una mamá y un papá...una casa, ¿Cómo era?-

-Ellos...Bueno...mi padre, solía sonreír mucho y era muy gracioso, sobre todo cuando bebía sake, sus mejillas enrojecían- dijo colocando sus manos en sus propias mejillas – entonces se comenzaba a bailar y cantar con los clientes que visitaban el onsen-

-¿Un onsen?- exclamo la niña sorprendida y abriendo sus ojos de par en par

-¡SI! ¡Era el más grande de Hasetsu! Y muchas, muchas personas venían todos los años al festival de verano, entonces en mi casa habían lámparas de colores, cometas y mucha mucha comida deliciosa, todos decían que mamá era la mejor cocinera y...- al momento de nombrar a su madre, de nuevo ese velo de tristeza se hizo presente por uno minutos, mientras un nudo en la garganta impidió de pudiera volver a hablar por unos segundos – Mi mamá...era muy linda...siempre me cantaba antes de dormir y se sentaba junto a mi cama cuando tenía miedo o llovía...pero ella...pero ella- dijo limpiando sus ojos con su manga, no quería que Yuko lo viera llorar nuevamente- Ella murió...hace poco...entonces fue mi hermana quien me cantaba y dormía conmigo, ella siempre decía que cantaba muy mal – soltando una suave risa – Pero nunca dejo de hacerlo siempre que se lo pedía, ni de tranzar mi cabello cada vez que quería animarme...ella siempre que pensó que no me daba cuenta que mientras lo hacía lloraba...quizás porque extrañaba a mamá, y no quería que yo me sintiera tan triste como ella- abrazando sus rodillas ¿Dónde estaría Mari en ese momento? ¿Ella tambien ya estaría durmiendo en un sitio seguro? ¿También había encontrado alguien con quien hablar de Hasetsu? ¿De mamá? ¿De papa? Y lo más importante ¿Volvería a verla alguna vez?

Entre CerezosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora