Capitulo cuatro

6.6K 262 9
                                    

◀ Cuarto de Urgencias ▶

Me levante con pesar de la cama y me aliste para ir al hospital. En esta ocasión escogí un scrub blanco, parecido al que había utilizado ayer. Realicé mi rutina usual de la mañana y salí de mi habitación con la intención de hacer algo de comer.

Ally seguía durmiendo, y en ese momento la envidiaba demasiado. Me preparé unas tostadas, les puse mantequilla y mermelada, me serví jugo de naranja y comí tranquilamente, era temprano aun.

Luego de recoger y limpiar todo, tomé mis cosas y salí del departamento. Le dejé un mensaje al celular de Allison, avisando que iba camino al hospital y que la vería en la tarde.

Llegué al hospital justo a tiempo, aún no iniciaba mi turno pero de todas maneras fue al área que me fue asignada el día de hoy: urgencias. Me gustaba urgencias, aunque dependía mucho del día. A veces era muy movido, y había casos de todo un poco. En otros momentos, no llegaba casi nadie y era bastante tranquilo.

Les explico, en la sala de urgencias, habían consultorios para atender casos que no eran tan graves, pero que necesitaban un vistazo en el momento. Y detrás de estos consultorios, habían camillas para recibir a los pacientes que si necesitaban asistencia de inmediato.

Durante la mañana, lo más que atendí fueron niños con crisis de asma, por lo cual les di los medicamentos adecuados y vi notoriamente como mejoraba. Además de eso, algunos dolores de panza y resfriados. Lo usual.

Estaba haciendo el informe del día, ya que mi turno estaba acabando, cuando una chica entró a mi consultorio exaltada.

—¡Necesitamos su ayuda! —dijo la chica con notable preocupación

—¿Qué sucede? —pregunté levantándome y siguiéndola

—Mi nov...mi amigo, estábamos...en, en...el. Dios. Ayudenos por favor —dijo a punto de llorar

Cuando llegamos a la entrada de urgencias, vi cómo llevaban a un chico de no más de diecisiete años en una camilla. Su cabeza sangraba mucho. Lo mire preocupada y me acerque a uno de los auxiliares, quien apenas me vio, hablo:

—¿Bea Rodríguez? —preguntó y asentí —necesitamos tu ayuda, la doctora de urgencias no podrá llegar a tiempo y eres la que nos puede ayudar en este momento. Nos han recomendado que fuéramos contigo.

—Vale, ¿no está el doctor Llanos en turno —Pregunté mientras caminaba junto a la camilla y revisaba que el chico no tuviera más heridas en su cuerpo

—Si, lo llamamos. Fue él quien nos dijo que te buscáramos, nos dijo que hoy estabas en turno de urgencias y que confiaba en ti —explicó

Yo asentí —Vale, vamos a llevarlo a la camilla ocho —dije señalando la última camilla, que era donde estaban los implementos para suturar y curar heridas

—¿Es muy grave? —preguntó la chica, que venía detrás de nosotros

Me di la vuelta para verla, le sonreí para tranquilizarla —No puedo asegurar nada por el momento, corazón. Haremos todo lo posible para que esté bien ¿si? —puse una mano en su hombro —mientras, espéralo en la sala. Miss Jennifer te llevará —dije dándole una seña a la enfermera que estaba detrás de ella

—¿Digame? —pregunto la Miss

—Podrías llevarla a la sala de espera —indiqué —y si es posible, llamar a los familiares de...

—Lucas —dijo la chica

—¿Y tu nombre cuál es, corazón? —pregunté

—Alexia —respondió, notaba el nerviosismo y la preocupación en su voz

TAKEN → Antoine Griezmann ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora