La mudanza que le cambió la vida cap. 22

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CAPITULO 22

(Narra Abraham)

Me tiré en la cama, miré al techo, pensativo.

Ya está. Estoy saliendo con Oihane, es la chica más dulce que he conocido nunca aunque le guste mucho hacerme rabiar.

Sonreí bobamente.

-Heeeeey. -Gonzalo se tiró encima mío.

-Tío ¿que haces? -le aparté.

-Venga va, suéltalo.

-¿Que suelte qué?

-Estas saliendo con Oihane, ¿no?

-No.

-¡Venga ya! -me dio con un cojín en la cara. -Se os ve muy...

-¡Cállate!

-Venga tío. Dímelo.

-Sí.

-¿Si qué?

-Que si estoy saliendo con ella, y estamos muy bien así que si no te importa no te entrometas... que yo no me entrometí nunca en lo tuyo con Anabel.

-Oleeé. Jajajaja. No tranquilo, no diré nada.

-Gracias.

-Hombre, ya has tardado en venir. -Alex entró en la habitación.

-Otro…-me levanté de la cama y me acerqué al frigorífico a por un poco de leche fría.

-¿Qué pasa? –gruñó Alex.

-Que Abraham y Oihane están juntos. –soltó Gonzalo como quien no quiere la cosa.

-¿En serio? ¡Bua tío, lo sabía! Enhorabuena. –me dio una palmada en la espalda.

-Menos mal que no se lo ibas a decir a nadie eh. –le dije a Gonzalo.

-Perdón… ¿Quién lo sabe ya?

-Vosotros dos, bueno Oihane seguramente se lo haya contado a Cris y a June.

-Ah bien. –Gonzalo.

-Sí, pero como tu sigas así se va a acabar enterando todo el camping. –reí.

-Oye… -gruñó él.

-Tío ¿sabes que mañana es el cumple de Oihane no? –Alex cambió de tema.

-¡Hostia! –me sobresalté. –Es verdad… No le he comprado nada…

-Da igual, improvisa. –dijo Gonzalo desde el sofá con la boca llena de magdalena.

-Lo intentaré. Y traga antes de hablar. -reí.

*************AL DIA SIGUIENTE****************

(Narras tú)

-¡Buenos díaaaaaaaas! –June saltó sobre mi mientras dormía.

-¡Felicidadeeeeeees! –Cris apareció por detrás con un pequeño pastel.

Si, se nota que hoy es mi cumpleaños.

-Venga, arriba. –Cris tiró de mi brazo y me sentó en la mesa de la pequeña cocina.

-Gracias chicas. –les dije frotándome los ojos del sueño.

-A ti. –June dividía el pastel en tres trozos.

-¿A que hora os habéis levantado para preparar esto?

-Hace hora y media. –dijo June con chocolate del pastel por las comisuras de la boca.

Miré el reloj. Son las nueve.

-¿Has conseguido levantara June de la cama las siete y media de la mañana? –pregunté a Cris.

-Sí hija, sí.

Ambas reímos.

Desayunamos tranquilamente y cuando terminé me dirigí al baño.

-Eh, no hay tiempo. –me interrumpió Cris poniéndose en la puerta del baño.

-¿Tiempo de qué?

-¡Nos vamos de compras!

-Sí, y hemos quedado con las chicas en quince minutos.

-¡Pero no puedo ir sin lavarme los dientes y… con este pelo! –grité.

-Cómete un chicle.

Cris me metió forzosamente un chicle de menta en la boca mientras June me cepillaba el pelo.

Nos vestimos las tres rápido y salimos. Ane, Nerea y Anabel ya estaban fuera.

-¡Felicidadeeeeeeees! –Ane me dio un abrazo enorme mientras Anabel y Nerea me tiraban dieciséis veces de ambas orejas.

-Graciaaas.

-¿Vamos? –preguntó June.

-¡Vamos! –dije.

-¿Los chicos no vienen? –preguntó Nerea.

-No, se quedan. –dijo Anabel dándole un codazo, del cual no pillé el sentido.

Llegamos al centro comercial, teníamos que comprar algo bonito, vamos a ir a cenar esta noche a celebrar mi cumpleaños.

Yo no sabía que comprar, por lo que le pedí consejo a Cris, nadie sabe mejor que ella sobre cosas elegantes y a la vez cómodas.

Me eligió una camisa color blanco roto, floja con gomas debajo por lo que me la podía poner a la altura que yo quisiera. También me señaló unas bailarinas del mismo color, pero no me convencían.

Como calzado elegí al final unos tacones de unos ocho centímetros de altura color mar, al igual que la falda de tubo que escogí.

Me lo probé todo y según mis amigas me sentaba genial, pero June decía que me faltaba algo. De pronto vino con un bolso de mano del mismo color que la camisa, precioso, este también me lo compré. Les di las gracias a todas y les ayudé a elegir lo suyo.

Ane lucía un vestido azul cielo que le llegaba justo por encima de las rodillas. Con este unos zapatos de tacón blancos, algo mas bajos que los míos, pero no mucho más, y un bolso colgado únicamente de uno de sus hombros blanco también, iba preciosa.

Anabel llevaba una camisa parecida a la mía pero de un color mas blanco. Por debajo una mini-falda amarilla y como calzado unas bailarinas blancas. Se negó a llevar bolso de ningún tipo, según ella “le incordian”.

June iba preciosa también, compró un vestido azul marino, escotado pero no demasiado. Calzaba unas bailarinas del mismo color y un collar de perlas, falsas claro está.

Cris, tan comodona como siempre, vestía unos shorts amarillos junto con una blusa de tirantes anchos del mismo color que la mía, blanco roto. De calzado llevaba unas bailarinas amarillas también y un bolso de mano blanco. A pesar de ir simple iba muy guapa.

Nerea quiso lucir un vestido verde hierva pegado por arriba y mas suelto de cadera hacia abajo. Unos zapatos de tacón mas altos que los míos, blancos, decidió no llevar bolso.

Pagamos las cosas compradas y nos dirigimos a la cafetería del centro comercial a tomar algo.

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AVISO:

Esta Semana Santa estaré fuera, por lo que no podré escribir. Gracias a todos los que leéis y votáis, un besazooo. (@Oihane_7058)

La mudanza que le cambió la vida (Abraham Mateo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora