CAPITULO 1
*Narras tú*
¡Qué estrés! Me voy en media hora y sigo sin encotrar mi camiseta favorita, no puedo más.
-¡Mamááá! –Llamé gritando a mi madre.
-Hija yo también tengo cosas que hacer, ven tu aquí que no soy tu sirvienta –Me dijo mi madre completamente ofuscada.
Yo, desesperada por no encontrar mi camiseta fui corriendo hacia la habitación de mi madre, donde se encontraba.
-Mami, por favor, dime que has visto mi camiseta.
-¿Qué camiseta? ¿La azul celeste lisa? Si es esa está en el colgador
-No, no, esa no es, es la de rayas azules, la de Bershka. –respondí esperando una respuesta positiva.
-¡Ahh! Creo que está en mi armario en el tercer cajón.
-¿Cómo? ¿Y qué hace ahí mi camiseta mamá? *Fijo que se la ha vuelto a poner ella…* -pensé.
-Ehh… Esto… Pues… me la puse ayer para ir a trabajar y se me olvidó dejarla en tu armario, lo siento cariño –dijo mi madre con tono de disculpa.
-Está bien mamá… ¡Pídeme permiso que luego me vuelvo loca buscando!
Miré el reloj, ya eran las cinco y cuarto y me iba a las cinco y media. Cogí mi camiseta y salí corriendo hacia mi habitación. Logré ponérmela dándome algún que otro trompazo, pero valió la pena, me sentaba genial. Me miré al espejo y me sonreí a mi misma iba a echar de menos mi vida en Bilbao pero me espera algo diferente allí, en San Fernando.
Ya estaba lista y aun faltaban trece minutos, así que cogí mi móvil y llame a mi mejor amigo para despedirme. Él se llamaba Josu, tenía dieciseis años, uno más que yo. Alto de pelo castaño. Era muy divertido y simpático, siempre te sacaba una sonrisa, pasara lo que pasase, irme y no volver a verle sería muy duro.
***LLAMADA***
-¿Si? –contestó él con tono cansado.
-Joooossuuuuu. –respondí amablemente.
-Hey Oihane, ¿qué tal?, ¿a que hora te marchas?
-Pues no muy bien que se diga… Ahora, en diez minutos exactamente, te llamaba para despedirme…
-Ah, o sea que ya no nos veremos más ¿no? –noté cierta tristeza en esa pregunta.
-No… Bueno, claro que sí pero hasta verano del año que viene no me dejarán volver a Bilbao…
-Oihaaaaaneeeee –Oí a mi madre llamarme a lo lejos.
-Josu te tengo que dejar, me voy ya, te quiero feo, hablamos cuando llegue.
-¿Ya? Está bien… Adiós Oihane, te quiero. Un abrazo enorme.
***FIN DE LA LLAMADA***
-Oihaneeee –volvió a gritar mi madre ya desesperada.
-Voy mami.
Cogí mis cosas y fui corriendo a la puerta, mi madre y mi padre ya estaban listos, miré hacia atrás, me quedé observando unos segundos lo que ya no volvería a ser mi hogar.
-¿Estas lista cariño? –Me preguntó papá al percibir tristeza en mi mirada.
-Lis…Lista papi. –Mentí.