...Prólogo...

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Los personajes que aparecen aquí son obra de la gran Naoko Takeuchi, la historia es creación de mi loca imaginación.

Prohibido copiar, transcribir, alterar, almacenar o publicar esta historia en cualquier plataforma o grupo, sin mi autorización previa y por escrito.

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...Prólogo...

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Cuando Haruka entro en la habitación, intento poner la mejor sonrisa en sus labios, pero lo cierto era que no se sentía de buen humor.

Las cosas se habían complicado demasiado en las últimas semanas, y a él como líder le correspondía hacer cosas que en muchas ocasiones no eran de su agrado, pero que simplemente se esperaban de él.

Lo peor de todo era que sabía que después de lo de Andrew, no estaba en condiciones de ser testarudo, ya había traído demasiado daño a su clan después de proteger a Andrew y a Lita, y aunque no se arrepentía de ello, tampoco deseaba causar más desgracia para los suyos.

―Estoy lista ―la voz suave y tímida de Serenity lo saco por unos momentos de sus pensamientos.

Ella era la razón por la que su conciencia lo había aguijoneado con violencia toda la noche.

Él la miro con atención, demorándose sin pudor en sus bellos ojos azules, los bordes se habían vuelto plateados, lo que solo significaba una cosa; había estado demasiado concentrado en sus deberes que la había descuidado sin ningún reparo, no era la primera vez.

―¡Estas hambrienta! ―reprimió con dulce suavidad, ella le provocaba aquello, siempre había sido así, la dulce Serenity provocaba en él una extraña y también desconocida dulzura.

Ella agacho ligeramente la mirada, negándose a que la mirara a los ojos, estaba avergonzada.

―Estoy bien ―dijo con suavidad al tiempo que se arrodillaba frente a él, lista para alimentarse.

Haruka no podía perder más el tiempo, se sentó frente a ella en la cama de la rubia y le ofreció su muñeca sin preámbulos.

Ella tomo su brazo con sus pequeñas manos y lo miro un instante, como pidiendo permiso, antes de centrarse en la muñeca. Sus labios cálidos se acercaron lentamente hasta que el sintió el pinchazo.

Comenzó a beber con avidez y Haruka intento dejar su mente en blanco, permitiendo que ella tomara lo que necesitara.

Al otro lado de la habitación, Andrew, su hermano, los observaba sin decir palabra, su apuesto rostro tenía un semblante tan confortable y aliviador que le hacía comprender que no todas sus decisiones eran erróneas.

Andrew era inmensamente feliz, los observaba porque era su deber, pero Haruka estaba seguro de que él deseaba estar con su compañera, Lita.

Pero el protocolo marcaba que debía de haber una persona haciéndoles compañía a la hora de la alimentación y aunque Serenity era su hermana, él respetaba aquellos códigos desde siempre.

Hasta hacia solo unos meses, Andrew había tenido la obligación de alimentar a una hembra al igual que él. Había alimentado a Usagi desde que ella había necesitado ser alimentada, pero eso se había terminado cuando se había vinculado a Mamoru Chiba.

Y lo cierto era que Andrew ahora tenía la obligación y el placer de alimentar a su propia compañera.

Si las cosas hubieran sido diferente, si Usagi fuera un miembro directo de la primera línea de sangre, no habría tenido que recurrir a lo que sabía haría.

Serenity ya había sufrido demasiado en la vida, su padre la había despreciado desde siempre sin ningún reparo, e incluso muerto seguía atormentándola, había sido despreciada y rechazada, y aquello había convertido a Serenity en una hembra tímida y silenciosa.

Pero Haruka iba a ser honesto, le diría la verdad a Serenity, y simplemente la dejaría elegir. Aunque conociendo como conocía a su hermana, ella haría lo que él le pidiera.

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Esclavos de la pasión: Parte II.- PromesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora