Capítulo 6

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Abril 26
09:30 a.m.

Luego de un minuto, Samara llega por fin (de hacer unas compras temprano en el tiempo que Milly dormía) y abre la puerta. Hace mucho ruido, al haber metido la llave por la cerradura y candados, por lo que Pirata un perro Pitbull color blanco con manchas negras (o viceversa; similar en colores a una vaca común), ladra desconociendo a Samara. Hasta que ella gira la perilla y le habla diciendo que es ella.
—Soy yo, pastelito. Soy Sami.
Del modo que él de inmediato guarda silencio.
Pirata, es el perro guardia del edificio. No oficialmente. Pero sí vive en una esquina por la entrada, y a veces lo suben a la primer-planta en el balcón, adonde tiene tejado y puede ver hacia todas partes para continuar vigilando el lugar; aunque es un alarmista. Y también puede ver por todas las ventanas de los distintos departamentos. Entre ellos, el de Canela.
Ga'lard lo va a ver inacabadamente. Estos se llevan bien. Lo que es bueno. Solamente que también quisieran pasar un rato con Canela jugando. Sólo así sería perfecto.
A base del cielo tempero, la casa se vuelve más oscura en su interior al no tener ninguna luz encendida.
De repente, Canela aprovecha durante el momento en que Samara ha entrado para salir por la puerta hacia el balcón y ver a Pirata de cerca. Él, siendo un enorme perro a comparación de la pequeña chihuahua: no hace por intentar dañarla. Al contrario; es un buen amigo de ella. Aún por comunicarse oralmente, sin verse seguido.
No le hace nada.
—¡Canela! ¡¿Te metes?!
Entonces Samara enunció algo molesta al darse cuenta que Canela la ha evadido.
Empero, Canela no hace caso omiso. De ese modo, Samara va por ella y la levanta súbitamente, cargándola, después de darle una fuerte nalgada, quizás, bien merecida.
Como siguiente, cuando la tiene en sus brazos, la regaña más todavía «por el mal que hizo al salirse». Según la mujer.

Mari y el muro entre nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora