IV

1K 79 64
                                    


—¡Señor Wilde! —dijo Beatriz. Apuró su paso para estar de frente a la pareja policiaca. Tenía tantas cosas que preguntar, inquietudes que no pudo sajar el día anterior por problemas de tiempo y que en esta ocasión si podía.

Ella era muy perspicaz; una estela de misterio siempre la seguía a todos lados, su belleza divina era algo que los demás deseaban o envidiaban. Los observó, supuso entonces lo que ellos estaban haciendo, se dio cuenta por los restos de grama que estaban esparcido por todas sus ropas, aun así no se dejó llevar por las primeras impresiones pues en dos ocasiones se había equivocado trayendo resultados desalentadores para ella.

—¿Señorita Beatriz? ¿Qué hace en este lugar? —preguntó Nick, estaba sorprendido.

—Estaba buscando una buena noticia para el periódico, mi jefe me dio la oportunidad para hacer una columna de cualquier tema que fuera de interés para los demás animales. Justo estaba en búsqueda de esa noticia y ¿qué cree?

—Me imagino que ya la encontraste, ¿puedo preguntar cuál es? —dijo. Observó a Judy justo después de hacer la pregunta, los ojos de ella estaban clavados en él, como diciendo que era su oportunidad para conocerla mejor.

Judy dio unos cuantos pasos hacia atrás, quería irse, ya le había causado muchos problemas a Nick como para estropearle esa oportunidad de oro. Dio como dos pasos, pero la fina y delicada voz de Beatriz la detuvo.

—Oficial Hopps, ¿ya se va? Espero que no sea así... hacía tanto tiempo que quería conocerla en persona, no sabe lo mucho que la admiro, la verdad me ilusioné tanto cuando Nick me dijo que podía hacerlo en una cena, y me entusiasmé más cuando me dijo que podía conocer a su esposo.

«Espera, ¿esposo?» pensó Judy.

En ese instante, el tiempo se detuvo para Nick, sintió una especie alerta de peligro que provenía desde lo más profundó de su mente. Volteó a ver a Judy. Ella ya lo estaba viendo y sus ojos prefiguraban la ira y un aura de rabia fue sentida solo por él. Tuvo miedo.

—¿Señor Wilde? ¿Se encuentra bien? —Beatriz ignoró todo lo ocurrido es ese preciso segundo.

—¿Y-yo? ¡Claro que estoy bien! ¿No se nota? —Por una extraña razón, Nick, justo al momento de conocerla, le dijo que podía conseguirle una entrevista exclusiva con Judy y su esposo, aquel que nadie conoce. Ese fue el motivo por la cual Beatriz no podía rechazar la cita de Nick, además de otras que también tienen que ver con la escasez de zorros machos en la ciudad.

—Antes que nada —habló Judy para desgracia de Nick. Solo unas palabras bastaban para que todo se echara a perder para él, se arrepintió de todo lo que había apostado—, es un placer en conocerte. Por lo visto el tonto de mi compañero no nos ha presentado de manera formal. Soy Judy Hopps. Por lo visto creo que es innecesario que te diga mi nombre.

—Señorita Hopps...

—Basta de formalidades, puedes llamarme Judy.

—¿Judy? De acuerdo, Judy. Soy Beatriz Villamizar. Un placer en conocerte.

—Beatriz, también es un gusto en conocerte —sonrió—. Aunque Nick no me dijo que querías conocer a mi ESPOSO será todo un placer en presentártelo. —Todavía en esas últimas palabras había un rastrojo de furia.

—Nick ¿Por qué no le dijo? —dijo angustiada. Miró a Nick a los ojos de forma triste y culpable.

—No-no me dio chance de decirle, salió demasiado tarde de mi departamento ayer por la noche que... —Nick se dio cuenta demasiado tarde. El miedo por la ira de su amiga, los nervios que tenía por tener a la chica que le gustaba de frente y además los estropicios que su mente le estaba jugando, fueron un detonante de esas palabras que podían ser mal interpretadas por cualquiera, más aun sabiendo lo cercano que eran los dos.

Zootopia: PrimaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora