Teoría 17

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Los llantos eran constantes y sonoros, el de bufanda trataba de callarlos con suaves movimientos pero era inútil.

-Ya, ya Goth- tenía al pequeño entre sus brazos, se encargaba de acunarle pero no era muy bueno en esa tarea.

El pequeño esqueleto tenia 3 semanas de edad, y estaba envuelto entre obscuras cobijas; tenía lagrimas en sus cuencas, sus manos se aferraban a la suave sabana y su voz se volvía ronca del esfuerzo que hacia al llorar.

Geno no sabía como parar el desconsuelo de su hijo, no había pasado mucho tiempo con él desde que "nació", pues lo había dejado a cargo de su novio, Reaper; y ahora mismo, deseaba que se encontrara con él para ayudarle; su niño se lastimaria si seguia sollozando de esa forma.

Como si los deseos se volvieran realidad, el dios apareció detrás de él.

-Hola amor~-

-¡¿Dónde estabas?!- gritó por lo bajo.

-Fui a traer a Paps, ya sabes, el me ayuda con mi pequeña bolsa de huesos- recibió una mirada fulminante del contrario - ¿No ha dejado de llorar? - lo observo por encima del hombro de Geno y con su dedo índice limpió las lagrimas de las pequeñas cuencas.

-¿Qué te parece, tonto?- estaba frustrado.

-Se más paciente con él, bae- lo tomó de los brazos del de bufanda regalando una sonrisa al bebé.

-¿Desde cuando eres tan paciente con alguien?- reclamó Geno, quién ahora, solo observaba.

-La paciencia es mi mayor virtud como dios de la muerte~Ademas es nuestro hijo- decía con orgullo mientras sacaba de su túnica un biberón con un líquido naranja.

-¿Qué es eso?- preguntó de inmediato.

-Al chico le gusta el jugo-  Goth tomó con sus diminutas manos el vaso y lo llevó a su boca con alegría, aún con lagrimas en sus cuencas.

Los llantos se convirtieron el suaves gimoteos, y la calma se convirtió en culpa. Geno se sentía culpable de no saber nada acerca de su hijo.

Enseñándole de mi dolor (Geno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora