Avance 12

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-Como te decía... No hay nada fuera de lo normal en esto. Siempre han estado ahí, pero como eres un idiota despistado nisiquiera los notas- reclamó con su típico tono de molestia.

-Pero yo no los había visto tan grandes...- le contestó observando el gran portal que tenía enfrente.

-Inky, debe haber una sobrecarga de energía en los universos... Deberías deshacerte de algunos que sólo estorban-

-¡Ni hablar!- respondió rapidamente a lo que Error frotó sus "sienes" tratando de no enojarse con su pareja.

-Alguien que me diga qué hago aquí- intervino Cross que se encontraba tirado en la fría nieve de Storyshift.

-Oh Cross, bueno, eso es porque Error creía que tu eras el que estaba abriendo estos portales- señalo a el destructor y al portal al mismo tiempo. El destructor bajo la mano del pintor tomandola con ambas manos con molestia.

-¡Fuiste tu el que dijo que podía ser el imbécil de Cross!¡No me eches la culpa!- reclamó, a lo que Ink le mostró su lengua colorida.

-Yo he estado con Dream, no entiendo cómo puedes sospechar de mi Ink- usó un tono muy calmado.

-Bueno estos portales se parecen a los que tu haces- mencionó extrañado por la actitud tan serena del guardián.

-No he sido yo- recalcó levantándose.

Los tres, entonces, se prepararon para irse del universo y decirle a Storyshift!Chara que no se preocupara por aquellas fallas.

-Por cierto, felicidades por Lux, Cross. Hace poco me enteré- habló el pintor mientras caminaban para llegar a Snowdin.

El guardián se sobresalto y un gran sonrojo se mostró en su rostro. Este pensaba que nadie sabría de su hija hasta que la presentara (cosa que Dream aún no quería hacer), pero no contaba con que el mismo soñador le dijera a sus amigos.

-G-gracias Ink, Lux es una hermosa niña- dijo ocuitandose en su capucha; un gesto bastante tierno para Ink, por lo que le dio unas palmadas en la espalda sin disimular su risa.

-Claro que es una niña hermosa, no sacó la horrible cara de su padre. Pobre niña sí se hubiere parecido al estúpido de Cross- dijo Error en voz alta totalmente celoso.

El mencionado no se iba a quedar callado y molesto, se dirigió al creador.

-Pobre de ti Ink- se burlaba fingiendo pena, tomando del hombro al creador- tus hijos tienen toda la cara fea de Error- al decir esto, volteó a ver al destructor con una gran sonrisa en su cara por los berrinches que hacía el negro esqueleto.

Entre el pequeño enfrentamiento, los mayores no notaron que alguien los vigilaba desde un punto alto del bosque cerca de Snowdin.

-¿Por qué le tienes que espiar?¿No es tu padre?- preguntó muy aturdido Goth.

-Porque ahí esta Cross... Sabes que no me agrada- Palette recargaba  su espalda en un frondoso tronco.

-Aún no lo entiendo, deberías estar feliz porque tus padres estén bien- mencionó con disgusto.

-¡Tu que vas a saber de cómo me debo sentir!- gritó.

El semidios abrió las cuencas sorprendido.

-Pal...-

-Lo siento Goth- bajo su gorra ocultando sus ojos.

-¿Q-quieres ir a mi casa? Tal vez estas muy estresado y-

-No- interrumpió.

-B-bueno- el de capucha blanca no sabía que hacer- tal vez mamá haya regresado y lo esté preocupando, debería irme-

-Te quería pedir un favor antes de que te vayas- Palette se acercó a Goth.

-Lo que sea sí te hace sentir mejor-

-¿Puedes regalarme la flor que encontraste aquel día?- de nuevo, el semidios se sorprendió por la petición.

¿Para qué la quería?


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A través del gran portal de Underswap, un pequeño esqueleto corría apresurado, a través de la fría nieve que contrastaba su naranja bufanda.

Sin tener discreción pasó directamente a la casa de los esqueletos en Snowdin, obteniendo miradas extrañadas y de temor.

Swap!Papyrus observo la escena desde la puerta de su casa pero no espero que aquel misterioso chico se detuviera enfrente de él.

-Dejame pasar a donde esta- dijo entrecortado por el cansancio.

-Ey amiguito no se de que-

-Sé que lo tienen aquí- interrumpió con lagrimas en sus cuencas.- por favor...-

-Lo siento pero no puedo dejarte pasar hasta que llegue Ink... No sé quien eres y no me voy a arriesgar- Papyrus cambió el color de su cuenca en señal de advertencía- no me hagas trabajar chico, y no me hagas dañarte que me agradan tus gustos por el color-

Cen se acercó a Papyrus y de una forma astuta lo esquivó para entrar a la casa y correr directamente a donde sabía que estaría Lotus.

Cuando lo encontró, lagrimas de desbordaron de sus cuencas y en su desesperación le abrazó.

-Lo siento mamá...- decía entre lagrimas.

El mayor tardó en subir con él, pero al ver la escena no pudo atacarle.

Enseñándole de mi dolor (Geno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora