Enseñándole de mi dolor (Geno)

Tan lejos y tan cerca

Geno y Goth habían llegado a la casa de Toriel y, sin embargo, nadie se encontraba ahí.

El mayor de bufanda buscó por casi todas las habitaciones del recinto, pero no logró encontrar a nadie. Él estaba seguro de que su amiga Toriel se debía encontrar ahí, pero luego una idea pasó por su mente: Tal vez ella podría estar con Asgore en su castillo o en cualquier otra parte.

Unos segundos después de que esa idea surgió, pensó que era ridícula, pues la reina no iba a perdonarle tan fácilmente sus actos al rey o quien sabe...
 
Decidió tomar un descanso en el sillón junto a la chimenea mientras su pequeño curioseaba entre los libros de la mayor. 

-Sólo hay libros de caracoles, ¿qué son los caracoles?- preguntó intrigado abriendo la gruesa carátula de uno.

-Debe de decir en alguno de los libros- dijo cerrando sus cuencas.

-Ah, si- respondió leyendo el contenido del mismo.

-Goth, nos quedaremos aquí lo que resta del día ¿Te parece?- esperaba que su respuesta fuera un pequeño berrinche y estaba preparado para ello.

-Esta bien- respondió sin más, causando un gran alivio en Geno.

Pero a pesar de que él era el que más lucia tranquilo, estaba desesperado por volver a ver a su prometido.

("No quiero que pienses que he roto mi promesa... Reaper quiero verte... Pero dame un poco de tu paciencia. Estoy seguro que nos volveremos a ver...")

Pensaba mientras su mirada se fijaba en el semidios.

("Es verdad... No le he dicho, ¿deberia...?")

-Goth... Necesito decirte algo-