Enseñándole de mi dolor (Geno)

Lección Intermedia 10

Caía la tranquila noche en aquel silencioso lugar; una agradable sombra se posaba en cada rincón cubriendolo con suavidad, sin prisa, y sin embargo, en su casa, el de bufanda apretaba su pecho. Tenía miedo.

La herida en su cuerpo empezaba a arder, dolía como sí hubiere sido hecha instantes antes  por aquel demonio y, era tanto su dolor que, incluso gotas carmesí se derramaron en el piso junto con sus lágrimas. Lloraba en silencio apoyando sus puños en la pared y su rostro con la mirada baja tratando de controlar su temblar.

Quería ser fuerte, pero ya no podía fingir esa preocupación... Sus pensamientos sólo podía confirmarlos su compañero pero tenía miedo.

Observaba el anillo gentilmente colocado en su dedo; el ver el objeto que unía su vida con el dios le daba fuerza para hablar con él y asegurar sus sospechas.

Caminó por los obscuros pasillos de su casa hasta llegar a la habitación en la que dormía junto con Reaper observando con tristeza la puerta de la habitación de su hijo quien posiblemente descansaba. Entró a sus aposentos y notó al dios con un tranquilo semblante, también dormía; Geno dió un paso atras...

Aún no preguntaría...

Tal vez nada malo pasaría sí... dejaba eso para después; ahora sólo quería buscar el calor de su amado. Se acurrucó entre sus brazos y cerró sus cuencas intentando conciliar el sueño; el contrario lo atrajo a su cuerpo en un sobreprotector abrazo. Las lágrimas del de bufanda volvieron a brotar y buscando ayuda a sus dudas hundió su rostro en la negra túnica.

-Reaper... Sí esto es un reset... yo... - sollozaba con fuerza - no se... no quiero que así sea...- la idea lo destrozaba, pero los susurros del dios lo sorprendió.

-No me importa si esto es un reset, quiero volver a vivirlo todo contigo- susurro con una suave voz - Viviré contigo todas las vidas que tenga, moriré por ti y viviré para ti una y otra vez hasta que tomes todo de mi y no quede nada que se vuelva restaurar- sonreía sosteniendo con delicadeza la cabeza del de ropas blancas quién no pudo evitar romper en llanto con miles de sentimientos en el.