Magos y Semidioses

León suelto en Manhattan

Nico Di Angelo era en teoría el único hijo de Hades vivo, después estaba Hazel pero ella era hija de Plutón entonces ¿cuenta? digamos que no. Así que en teoría, él era el único hijo de Hades vivo. ¿Interesante? la verdad es que no. ¿Por qué les digo esto? Por qué Nico al ver que tanto Percy y Annabeth eran terribles manejando, y siguiendo indicaciones, decidió llamar a su chofer esqueleto, regalo del dios de inframundo.

—¡La verdad es que me siento más cómodo en el dragón! -anunció Ron al ver que Percy y el esqueleto no manejaban tan diferente.

—Weasley, el es un chofer... oh al menos lo fue -le dijo Nico quien se sentía más seguro a bordo con alguien que no tiene dislexia al ver los carteles de deténgase o niños caminando.

El esqueleto solo los dejaría en cuanto vean a un monstruo lo suficientemente lejos como para seguirlo sin ser comida rápida.

A Percy nunca se le hubiera pasado en la cabeza el hecho de que en un momento de su vida mestiza estaría persiguiendo a un monstruo... bueno, la verdad es que ya lo había hecho.

—¿Y cómo lo seguiremos? si somos un montón de semidioses y el monstruo no nos olé es que no es muy monstruo -dijo Piper.

—Yo pensaba que en cuanto veamos uno lo sigamos hasta que nos detecte, nos escapamos o lo enfrentamos y si seguimos vivos iremos por donde se supone que iba -le respondió Annabeth y Grover quien estaba masticando una lata las interrumpió.

—Yo puedo oler a los monstruos, solamente tendría que seguir su rastro.

—Por eso trajimos un sátiro -bromeó Percy.

—Esperen... siento algo... -Grover intentó levantarse de su asiento pero no pudo.

—¡ALTO! -gritó Hazel de golpe. y el auto paro de sopetón haciendo que todos casi se hagan unos moretones en la cara, la romana señalaba hacía la ventana y todos miraron. Allí a dos manzanas había una figura enorme de color marrón, lucía una enorme melena e irradiaba poder, al mirarlo todos se dieron cuenta de que era: El León de Nemea.

El trío de oro ya se había cruzado con una criatura: Hidra de Lerma. pero el León de Nemea era eso, un león, enorme y a pesar de que estaban a una distancia considerable eso no evitaba estar asustados tan solo verle la sombra.

En cambio Percy Jackson ya se había enfrentado a este monstruo en otra ocasión, cuando tenía 14 años en la búsqueda de Annabeth y la diosa Artemisa se cruzó junto a Grover, Thalia Grace, Bianca Di Angelo y Zoë Belladona al León de Nemea. Ya sabía enfrentarlo pero sabía que sería mejor no acercarse mucho.

Percy les contó a todos los presentes su breve encuentro con ese monstruo, en momentos ya tenían un plan... no muy bueno, pero era un plan.

—Bueno -anunció Nico al chofer- hasta aquí, nos vemos.

El chofer le hizo una reverencia a Nico y todos bajaron. Cuando todos bajaron el auto se alejó, dejándolos en la ciudad de New York a las 3 de la madrugada.

El León de Nemea no era muy del olfato que digamos, avanzaba a dos manzanas enteras delante de ellos y no volteaba en ningún momento, así que todos los chicos y chicas simplemente los seguían intentando no llamar la atención.

se habían separado en los grupos que habían hecho antes de irse: Leo, Piper y Ron iban sobre Festo siguiendo al León De Nemea lo suficiente para que no los note.

—Ten cuidado, Leo -dijo Piper viendo que se acercaban mucho. El hijo de Hefesto hizo que el dragón se elevará un poco más.

—He Ron... ¿es muy difícil ser mago?-le preguntó Leo a Ron quién iba atrás de Piper. La verdad es que a Leo le interesa bastante cómo sería ser mago, todo el tiempo estaba junto a los hijos de Hécate para ver si hacían magia pero nada.