La pregunta es: ¿Cómo volvemos?

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Esa noche, Harry y Ron se quedaron con Percy en la cabaña 3. Era linda pero había un terrible olor a pescado que al parecer Percy no notaba.

—Elijan una cama y duerman, o lo que hagan -dijo Percy, no creía que los magos durmieran en camas, ¿y si no dormían siquiera? ¿y si tal vez tenían un hechizo para no tener nunca sueño?

—Somos magos, no vampiros -le dijo Harry, sonriendo. Percy se acostó sin decir nada, tal vez podían leerle el pensamiento...

—¿Cómo es que llegamos aquí? -preguntó Ron, en forma retórica. Harry le entendió pero Percy no, al parecer.

—Pues es un auto ¿no viste?

—No me refiero a eso -le espetó el pelirrojo y Percy hizo que le cayera un chorro de agua. -Eres un crío ¿sabías?

—Si, ja ja -dijo el semidiós y Harry se partió de risa.

Ron se levanto y salió de la cabaña, prefería no dormir con el chico del agua.

Mientras, en la cabaña de Afrodita, Piper y sus hermanos y hermanas se encargaban de hacerle un hiper-mega-súper-cambio de look a Hermione.

—Oh, ese no te favorece, querida.

—Hum... me parece que este es mejor.

—¡Naranja no!, ¡Rosa!

todos esos comentarios, ponían a Hermione de los pelos de punta. No podía decir nada, su educación y su agradecimiento hacia Piper McLean no se lo permitía. y Piper no sabía qué decirle a sus hermanos, había llevado a una bruja a su cabaña y ellos, totalmente emocionados no pudieron evitar una rápida sesión de moda.

—Ni es tan bonita-espetó Drew, la hermana menos favorita de Pip... de todos. Antes, ella era la jefa de la cabaña, hasta que Piper le quitó el puesto, desde entonces se llevan como una patada.

Hermione aún no encontraba la forma de salir de esa incómoda situación, no sabía nada de mitos pero por lo que parecía, Afrodita no era su diosa favorita.

—Hey, creo... que ya está bien... -dijo, intentando salir de la situación. Preferiría dormir hasta con Annabeth, bueno... tal vez no, pero no en esa cabaña.

tocaron la puerta. Todos miraron hacia allí, no es común que a media noche aparezcan visitas.

Piper, como buena jefa de la cabaña, fue a ver quién era.

Un pelirrojo en pijama había en la puerta. Hermione nunca se había sentido tan feliz de solo ver a Ron a mitad de la noche.

—He... en la cabaña 3 no se puede dormir, por el olor a pescado -aclaró Ron antes de que Piper lo dejara pasar, olía horrible a pescado.

—No hay problema, siempre hay lugar para uno más aquí si quieres. -dijo la castaña semidiosa.

—Gracias-Ron miró a Hermione que se veía hermosa, y ella... pensó que Ron miraba a las demás chicas que también se veían hermosas... y solamente están por irse a dormir.

—Será mejor que te des una ducha, pelirrojo -dijo coquetamente una de las hermanas de Piper. Ron no sonrío, sino que se sintió incómodo, pero accedió a usar el baño.

Hermione frunció el ceño automáticamente en dirección a la chica que dijo eso a Ron. ¿Cómo se atrevían a mirar así a su futuro novio? ya que técnicamente no eran novios, Ron aún no le preguntaba nada...

—Bien, será mejor que nos vayamos a dormir, sino después habrá arrugas -dijo Piper y muchos de sus hermanos ahogaron un grito. Las arrugas no eran un tema que se toma a la ligera.

Todos estaban ya en la cama, algunos dormidos. Pero Hermione esperaba a Ron, ya había planeado que decirle cuanto saliera del baño «Estoy esperando a que salgas... tardaste años», justo salió el pelirrojo ya cambiado, le sonrió y ella no tuvo el valor de decirle lo que había planeado.

Se saco el maquillaje que le habían hecho los hijos de Afrodita y se puso un pijama. Salió del baño y la cabaña estaba oscura, camino a ciegas hasta donde estaba la cama que le había ofrecido Piper y se acostó.

—¿Hermione? -susurró Ron, en la cama continúa a la de ella.

—Ron, tienes que dormir, mañana volveremos a casa -dijo Hermione, intentando no levantar la voz.

—Buenas noches.

—Buenas noches.

Al otro día, Harry se despertó con un chorro de agua salada en su cabeza, no se había dado cuenta que estaba todo empapado. Algo le decía que Poseidón no lo quería ahí.

—Cuanto lo siento -le dijo Percy- Pero al menos dormiste en mi cabaña y no en la de Zeus, ese te tira un rayo sin piedad

Jason, quien los había oído desde la mesa de Zeus, le tiro un pan a Percy.

—¡Hey!

—¿Quieres que te maten, Hermano?

—¡Dejen de pelear! -les grito Annabeth a Jason y Percy, que actuaban como unos críos.

Hermione y Ron se habían sentado en la mesa de Poseidón, pero ninguno dijo que Ron había dormido en la cabaña 10.

—Buenos días campistas -dijo Quiron una vez que llegó a la mesa principal, el Señor D, también estaba ahí, ya le habían informado que tenían a unos huéspedes muy poco comunes.-Hoy es día de captura la bandera, así que después del desayuno harán los equipos y terminarán sus tareas diarias, si, cabaña de Ares, se les permitirán las espadas especiales que hicieron los hijos de Hefesto -al decir esto, la cabaña 5 salto en victoreos, mientras la cabaña 9 y los demás presentaban quejas ya que los artefactos nuevos solamente los habían probado los hijos de Ares.

—Todos podrán usar las nuevas espadas -aclaró Quiron- y hoy se van nuestro amigos, Harry, Hermione y Ron -El trío de oro se miró, si, se tenían que ir.

Al terminar de desayunar todos se fueron, excepto Percy, Annabeth, Jason, Piper, Hazel, Frank, Leo, Quiron y el Señor D; Ellos despedirían a los magos.

Todos se estrecharon las manos, Exepto Percy y Piper, quienes habían abrazado a Los tres magos.

—Fue un gusto tenerlos aquí -les dijo Quiron y ellos sonrieron.

—Puede que nos veamos de nuevo-dijo Percy y Harry asintió, a ninguno les gustaba las despedidas.

Hermione agarro la mano de sus dos amigos y al visualizar Londres, El Ministerio de Magia, donde habían estado la última vez, desaparecieron.

Cuando volvieron a aparecer, no era como recordaban, estaban en un centro comercial.

—¿alguno visualizo un centro comercial? -preguntó Hermione, Ron y Harry negaron con la cabeza, todos querían ir al Ministerio... ¿como es posible que terminaran en pleno pasillo de cereales?

Los tres salieron del Centro Comercial, tenía escrito las letras «Carrefourt Dónde todos compran» en la pared a diez metro de distancia al suelo.

Entonces todos entendieron, no podían ir al Ministerio de Magia, porque en ese mundo, en el que estaban ahora, no existía el Ministerio, solamente un Centro Comercial llamado Carrefourt

Magos y Semidioses Donde viven las historias. Descúbrelo ahora