¿Qué haré? ¿Qué puedo hacer? Estaré atrapada aquí para siempre, no. No quiero eso, tengo miedo, no quiero estar aquí.
Con todas mis fuerzas trato de quitar encima aquel hombre, por más que trataba no podía, es muy pesado pensé.
Este se ríe y me susurra al oído: - No soy tan pesado.
Al decir eso me hizo temblar ¿Cómo supo que pensé eso?. Luego de unos segundo deja de reírse y se quita de encima y se para, luego me mira desde arriba.
- ¿No piensas pararte del piso? – Dijo luego de un minuto.
- S-sí. – Nerviosa y con un poco de temor a que me vuelva hacer lo mismo, al levantarme di unos pasos para atrás, para mantener distancia.
- ¿Por qué te vas tan lejos? Ven. – Ordeno.
- No... ¿Cuándo podre irme de aquí?
- No seas insistente, ya te dije las condiciones para irte ¿no?
- ¿Puedo preguntar algo más? –Pregunte, en mi voz se podía escuchar que estaba muy nerviosa y tenía miedo.
- Ya lo hiciste. – Dice y forma una sonrisa burlona.
- S-sabe a qué me refiero.
- Dime, ¿qué quieres saber? ¿Los secretos del mundo? ¿Cómo lograr la paz mundial? ¿Qué hay más haya fuera en el universo? ¿Dónde queda la fuente de la juventud eterna? ¿Dónde está Narnia? No es broma, existe.
- Tú, eres el causante de los secuestros de aquellas chicas en el pueblo, ¿no? – Sospechaba de él, estaba casi segura de que él era el culpable, no ganaría nada con ello, pero, quería saberlo, como si lo necesitase.
- Que pregunta tan aburrida, más bien ni es una pregunta es más que nada una afirmación. Como sea ¿y qué si es así? ¿Qué harás con esa información? ¿Decirle a la policía? Quisiera ver eso, seguro creerán que te volviste loca.
- Si es así d-deberías parar con eso, si en el caso eres tú el c-culpable, muchas familias están sufriendo. – Dije tratando de no tartamudear y sonar lo más segura posible.
Al decirle eso su rostro cambio totalmente, se veía enojado, pero luego empezó a reír, y se acerco a mí. Tomo mi barbilla y dijo con una sonrisa picara:
- ¿Intentas decir que contigo estaré satisfecho y no necesitare a más nadie? – Manipulo totalmente lo que dije.
- ¡N-n-no! No quise decir eso. – Dije avergonzada.
- Sí no me aburres, no lo haré más. – Y así de una forma admitió que es el culpable.
- N-no quise decir eso. Solo, solo...
- Me estabas dando una orden, y odio que seres inferiores a mi me ordenen, así que mejor mantente callada –Dijo mientras su sonrisa se borraba y apretaba con una sola mano, y con mucha fuerza, mis mejillas.
Trague saliva, no quería hacerle enojar, aunque creo que ya lo hice, en una situación como esta lo hago enojar y estoy muy jodida y punto. No puedo actuar de manera impulsiva, pues estaría cavando mi propia tumba. Prácticamente sería un suicidio, no sé de lo que es capaz este ¿hombre? ¿Demonio? O lo que sea que él sea. Dedo tener cuidado. Es lo más razonable, ¿no?
- Ya que te quedaras un tiempo, muy largo, en este castillo te daré una habitación, a menos que quieras dormir en cocina –Dijo y se aparto de mí.
Este tipo da mucho miedo, además de que me pone los nervios de punta, no por su aspecto, al menos no del todo, si no su bipolarida, parece como si no fuera estable, como si en cualquier momento fuera a explotar y me fuera a clavar un cuchillo o degollar me limpiamente, ¡Cielos, que miedo! No pienses en eso, no pienses en eso... repetía una y otra vez en mi mente.
- Oye –La voz ronca de aquel hombre hace que me sobre salte –. ¿No pensar qué? –preguntar con un tono de voz más suave.
- ¿Cómo es que lo haces? –Pregunte sin pensar, apto seguido me tape la boca.
- ¿Umm? –Confundido me mira, luego de unos segundos, como si supiera a lo que me refería, dice: –Hablas de eso. Un truco barato. –Dice y se empieza a caminar hacia la puerta sin más. Sin decir o emitir alguna palabra o sonido.
Unos minutos después en el pasillo
Luego de haber salido de aquella habitación él no volvió hablar, tampoco es como si él tratase de establecer alguna conversación, cuando trataba de establecer una rápidamente era cortada con una mirada de su parte... que incomodo ha sido todo.
Luego de unos segundos él para en frente de una puerta, la puerta esta vieja y tiene arañazos hechos por una bestia, o eso parece, esto me hace temblar.
Él abre la puerta, el polvo y un olor añejado invade mis fosas nasales. Él se hace a un lado y con la cabeza me indica que pase. Era un cuarto muy simple, una cama al lado de esta una pequeña meseta con unos retratos encima como decoración, un armario, un espejo, dos ventanas y al lado de unas de estas había un sillón pequeño. Al adentrarme más en la habitación noto que las sabanas están decoradas con manchas, Se ve muy lindo pensé.
- ¿Por qué no te acercas más? –Fueron sus primeras palabras luego de salir de aquella habitación.
Lo mire y luego me acerco a la cama, sabanas blancas con manchas de distintos tamaños color... carmesí.
Di unos cuantos pasos para atrás y él me sostiene por los hombros y susurra: - Muy bonito ¿no?
Cierro los ojos y niego muy rápido con la cabeza, entonces dice: - Mira bien tú nueva habitación –Luego me obliga abrir los ojos, lo primero que noto es que el piso, de madera por cierto, tiene arañazos como los de la puerta, las paredes también tienes manchas de sangre, el sillón...
- Ya para –Dije como si fuera a llorar.
- ¿Tienes miedo? No te preocupes –Dijo y hace que de una vuelta para quedar frente a frente – No te pasara nada si no me aburres o traicionas.
- ¿Traicionar te?
Este no dice nada y deja de agarrarme. – Ya es muy tarde, ¿por qué no duermes?, en el armario hay ropa para que te cambies por la mañana, ¿o quieres estar en pijama todo el día?
- Pe-pero, la sabana tiene s-sangre.
- ¿Y? El piso también tiene sangre seca, y por lo que veo no te está importando eso.
- ¿Eh? –Dije aterrada.
- Buenas noches, ___.
- Espere.
- ¿Qué quieres?
- ¿Qué paso aquí?
- Unos que otros asesinatos o torturas, pss ni se para que tengo el calabozo –Dijo con tanta serenidad y como si fuera lo más normal en el mundo, tal vez un su mundo es normal.
- ¿Voy a dormir en la escena de un crimen?
- Sí –Dijo y se dio la vuelta para irse.
- ¡Espere!
- Inframundos... ¿Qué quieres? Tengo mucho que hacer –Dijo sin mirarme.
- ¿Inframundos?
- Ustedes los seres humanos dicen cielos, nosotros los demonios, entidades oscuras y demás decimos inframundos, bien, ¿eso era todo? Adiós.
- N-no era eso.
- Si no quieres hacer que pierda mi paciencia dime que quieres.
- S-su nombre.
Escucho un suspiro de su parte y voltea para mirarme: - Zalgo. Pero para ti, soy Señor Zalgo, Lord Zalgo o simplemente Lord.
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Come Here
Fanfic"Ella ve en sus ojos soledad y tristeza. Él ve en sus ojos un alma pura que necesita profanar" Esta historia la veremos a través de los ojos de ____ Perez, una chica de 17 años que va a pasar el mismísimo infierno al lado de un demonio, literalmente...