|Capítulo 8 | Felices fiestas| Contenido sexual

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- ___, ___, ___... - Escuche a Zalgo atrás de la puerta.- Abre la puerta.

- ¿Eh? No quiero...

- No te estoy preguntando si quieres o no, es una orden. 

Pasaron varios segundos y de repente veo un líquido negro en el piso, que luego se transformo en Zalgo, lo primero que note es que tenía sangre seca en su labio inferior, me asuste, no le pegue tan fuerte... Me pare de repente, estaba temblando.

- Ah niña.

Se acerco a mi y me tomo por el cuello. - Vuelves a desobedecer me y te ira mal.

Estaba desesperada, cansada de todo esto, no quiero seguir con esto, no quiero seguir viviendo con una persona como él, quiero a mi familia.

- ¿Más mal que estar aquí contra mi voluntad? ¿¡Puede ser peor!? Odio esto, quiero volver a casa, no quiero estar aquí y mucho menos contigo aquí. Eres un bruto, por eso aquella persona que amabas trato de escapar. ¡Eres horrible! - Me mordí el labio luego de decir eso, todo lo que dije era cierto, pero, no se que clase de persona es él, puede matarme, sin dudar, por esas simples palabras, además, de la cachetada de antes...

- Jajaja... - Se empieza a reír sin control y luego aprieta más su agarre.- Ahora si te lo haz ganado.

Abrí los ojos como plato al decir eso, empiezo a forcejear para que me suelte algo que solo hizo que aumentara su agarre, de repente la habitación había cambiado por completo, parecía un calabozo, solo había una colchón tirado en el suelo, viejo y con una sabanas sucias. Me tiro al suelo, lo miro y este me mira con desprecio. 

- Te quedaras aquí por un largo rato, que te diviertas - Dijo con una sonrisa cínica en su rostro. Con lagrimas en los ojos lo mire mal, este se acerca a mi y me vuelve agarrar por el cuello.- Sí, esa es la mirada que estaba buscando, odia me, detesta me, que surja el deseo verme morir algún día.

- ¿Qué quieres de mi? 

- Ya te lo había dicho antes, eres mi juguete.

- Que repugnante. 

- Eso no cambia nada linda, no te dejare ir, nunca, seras mía hasta el final de tus días, luego, buscare a otra.

- En serio yo te... No me agradas, prefiero morir a ser un juguete para ti. 

- ¿Oh?¿En serio? Bueno, si te suicidas seguirás aquí, conmigo.

- ¿Qué?

- ¿Recuerdas?¿Inframundo? El limbo para otros, si te suicidas tú alma se quedara aquí, ya que el suicidio es algo llamado pecado. Así que no tienes opción, me obedeces y mueres en paz  o te suicidas y tu alma sera mía hasta el fin de los mundos.

- A ti te encantaría eso. Que me quedara hasta el fin de los tiempo contigo.

- ¡Que arrogancia! ¿De donde haz sacado tanto valor para hablarme así, humana inferior.

- Dices algo pero tus ojos dicen otra cosa, esos ojos tan... triste.  Te sientes tan solo que te gustaría que me suicide y me quede aquí. 

- Eres reemplazable, así que, no me importa si eres tú o alguna otra persona que este a mi lado.

- Así que admites que te sientes solo... Nadie en su sano juicio se quedaría contigo a voluntad. Eres desagradable...

 Eres desagradable

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