Capítulo 9

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Anteriormente

Cuantas llamadas pérdidas debería de tener, cuantos mensajes y notas ahogadas, esperando a que dé señales de vida, pero no... no iba a contestar, no iba a darles una esperanza. Todo esto era culpa de esas dos personas que me criaron en un mundo lleno de codicia y ambición, frías sin sentimientos y sin saber lo que era amar.

Limpié enseguida una lágrima que se deslizaba por mi nariz, era inútil llorar por un mundo tan frívolo como en el que vivía y a decir verdad, mes sentía completamente llena viviendo junto a Mark.

Limpié enseguida una lágrima que se deslizaba por mi nariz, era inútil llorar por un mundo tan frívolo como en el que vivía y a decir verdad, mes sentía completamente llena viviendo junto a Mark

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Estaba atestada y me sentía inútil. Los días pasaban y yo seguía con el cuerpo pegado a la cama, pero aún así... el remedio parecía causar efecto y mis ánimos y síntomas mejoraban notoriamente.

Era día jueves por la mañana y el sol brillaba con toda su intensidad. Mi cuerpo estaba inquieto bajo las sábanas, rogando salir de aquella habitación. Sensación la cual no había experimentado desde que la fiebre se había apoderado de mí.

Medí mi temperatura y al parecer se encontraba normal. ¡Genial!

De un salto, me puse de pie y busqué ropa en el placard. Sabía que tampoco podría andar desabrigada por la vida, así que un jeans y una polera de mangas tres cuartos estaría a la perfección.

Aproveché el hecho de que Mark estuviera regando las plantas del jardín delantero y corrí hacia el baño para darme una corta ducha. Sequé mi cabello y maquillé mi rostro, dejándolo despejado de cualquier síntoma de resfriado.

Ya parecía como nueva, sin ojeras, sin la voz ronca y sin que mi cuerpo se quejara con cada roce de la ropa.

Corrí por las escaleras y salí con desesperación de la casa. ¡Aire! Por fin.

En silencio, caminé hacia mi novio y le di una gran sorpresa al abrazarlo por la espalda.

Como era de esperar, dio un salto y dejó caer la manguera entre las plantas.

— ¡Charlie! —Se volteó y sonrió entre un suspiro— ¿Qué hace usted aquí señorita?

—Sonrió con los ojos brillantes.

— ¿Qué no ves? Me siento de maravilla el día de hoy —Rodeé su cuello con mis brazos y lo miré a los ojos. Habíamos dejado de hacer eso hace tiempo.

—Eso parece... luces espléndida —Sonrió posando sus cálidas manos en mi cintura.

—Dios... —Cerré mis ojos dejando que el suave y tibio viento tocara mi piel y me hiciera sentir viva nuevamente— extrañaba el aire limpio —Carcajeé y abrí mis ojos para encontrarme con los suyos.

—Y yo extrañaba poder verte tan animada como el día de hoy. El jarabe que te dieron es muy efectivo —Sonrió y besó mi mejilla.

— ¿Solo un beso en la mejilla y nada mas? Esperaba algo más apasionado —Enarqué una ceja y alejé mis brazos de él para poder cruzarlos sobre mi vientre.

Mi lugar eres tú©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora