“Rumores”
Los cuchicheos se escuchaban por los fríos pasillos del instituto, las miradas penetrantes de las chicas dirigidas hacia mí como si los rumores fueran ciertos, pero solo son esos, rumores. No hice nada malo y estoy consciente de ello, me están juzgando sin conocer la verdadera historia.
Tal vez ya me habían tachado de puta, quisiera que ellos tuvieran empatía, que todo el mundo te juzgue sin razón alguna, se, siente feo. Las palabras pueden dejarte hecho pedazos.
Usualmente las personas te reconocen por tus errores la gran mayoría no se da cuenta de tus virtudes.
Fácil encontrar lo que está mal, difícil encontrar lo que está bien, es fácil criticar, ¿no?
Solo quisiera desaparecer como quisiera que los rumores lo hicieran de una vez.
Camine distraídamente intentando hacer que sus miradas se alejaran por un momento de mí.
Nunca en mi vida me había importado lo que los demás personas pensaran sobre mí, pero este no era uno de los casos, no merecía ser juzgada, creo que nadie lo merece, ya me habían condenado.
Me coloque junto con mis cosas sobre un pupitre a lado de la gran ventana viendo el aire mover las hojas de los árboles, el cielo era nublado y triste.
Saque mi bolígrafo y juguetee escribiendo garabatos sin sentido, unos zapatos se colocaron en frente de mi pupitre, subí mi mirada con miedo.
Me encontré con el rostro preocupado de Jackson.
-Emily, ¿está todo bien?- trague pesadamente mientras asentí con mi cabeza, pero al parecer mis ojos me delataban.
-Todos están hablando sobre…- lo interrumpí con enfado.
-Lo sé Jackson, pero, yo no hice nada.- dije mirándolo con seriedad y con un poco de enfado.
Jackson hizo un gesto extraño y habló.
-Esta mentira llegó a los oídos de Justin, no sabes cómo lo tomo.- antes de marcharse, se acercó y se inclinó un poco para depositar un beso en mi cabeza.
Susurre para mí misma, “No me importa”
Suspire y vi entrar a Victoria con su séquito.
Ella me miro con burla mientras soltaba una falsa carcajada a sus amigas.
Tras estar toda la clase perdida en la ventana intentando desaparecer sonó el timbre, todos salieron rapidez del aula, recogí mis cosas con delicadeza de no olvidar nada, colgué mi mochila en mi hombro justo antes de salir por aquella puerta la maestra me llamo.
-Señorita Crawford, la vi un poco distraída en mi clase.- dijo mientras quitaba sus anteojos y los colocaba en su escritorio.
-Lo siento, no es un gran día profesora.- dije haciendo una mueca.
El rostro de la profesora Sullivan no era la más convincente pero me dejo salir de aula después de aquella corta conversación.
Tras las clases no me había topado con Justin ni con Dereck, supongo que no sé cómo los vería, Justin se insinuó y Dereck dijo que me amaba y no le correspondí aquella oración que hizo que mi corazón dejare de latir por un momento.
A Regina la había encontrado en Química pero no pudimos hablar, el profesor nos llamó la atención sobre guardar silencio si no nos mandaría a la oficina de la Directora Carrington y eso era lo último que me faltaba en este día, tras un regaño de mi madre.
Desearía estar en este momento en los brazos de mi madre lloriqueando sobre mis problemas y recibiendo cariñitos, como un cachorrito, me sentía sola aunque tuviera a Jackson y a Regina de mi parte que todo el instituto no te crea se sentía horrible y peor si la persona que crees que amas tampoco lo haga.
* * * * *
El profesor Jenkins me había pedido que fuera con la profesora del taller de arte a entregar un reporte sobre algún alumno.
Acomode mi falda color azul rey y fui abotonando mi blusa con el logo del instituto.
Iba tan distraída que no había caído en cuenta quien se encontraba solo en el pasillo.
-No entiendo porque te abotonas la blusa, de igual manera eso no quita lo que ya eres, una putita barata.- su ronca voz llegó a mi corazón, pude sentir como algo dentro de mí se quebraba con lentitud como un frágil vaso de cristal al chocar contra el suelo, obviamente yo era el vaso y Justin era la persona que me había dejado caer sin compasión alguna.
-No me conoces, no sabes nada de mí, tu no lo entiendes.- tras decir eso mis ojos se cristalizaron y lo mire con furia.
-Por lo que me he enterado, tuviste sexo con el mal nacido de Dereck.- cruzo sus brazos bajo su pecho mientras se recargaba en la pared y me miraba con una mirada tan vacía, tan fría una mirada sin sentimiento alguno.
-Puedo explicarlo.- dije en un hilo de voz intentando acercarme a él, el me sujeto de las muñecas con rudeza y me miro a los ojos.
-Lo malo de ti es que me quieres explicar cuando ya no quiero escuchar.- sus palabras fueron frías y distantes, como si fuéramos unos completos desconocidos, como si lo hiciera con toda intención herirme, sin duda sus palabras eran dolorosas.
Su amor era como una espada, una espada de doble filo, podía ser tan brillante pero a la vez podía ser tan peligrosa.
-Ese es el problema, tu no quieres escuchar mi versión de la historia, no crees en mí, pero ya que lo pienso el que ha caído bajo aquí es otro.- me solté con fuerza de su agarre, mis lágrimas se estaban por asomarse por mis ojos.
-¿Por qué dices eso?, tú fuiste la que casi se tira dos tipos en una noche.- se acercó a mí y me acorralo en la pared sus brazos quedaron a cada lado de mi cabeza y su rostro estaba a milímetros de mi cara.
-Porque tú eres el estúpido que se quiso acostar con esta “puta”.- lo desafié con mi mirada, el bajo su mirada a mis labios y luego regreso a mis ojos un brillo se asomó por sus ojos mieles.
-Después de todo, sigues siendo jodidamente sensual.- pude sentir como sus labios chocaban brutalmente con los míos, nunca me había besado de esa manera, con tanta furia y enojo. El oxígeno se estaba terminando así que separo sus labios de los míos, y tomó aliento para decir las palabras más horribles que podía escuchar.
-No entiendo porque intentas negarlo, eres una puta.- mi corazón se paralizo en ese momento pensé ¿Por qué todavía no he muerto?, la ira corrió por todo mi cuerpo, con furia coloque mis manos en su pecho y lo aleje de mi con mucha ira.
-¿Eso es lo que estás haciendo? ¿Tratas de hacer que te odie?, porque, créeme lo estas logrando.- el bufó para luego soltar la risa más hermosa que había escuchado, pero, era una risa vacía sin sentimientos.
-Felicítame, he ganado otro logro insignificante en mi puta vida, ¿Dónde esta mi óscar?- preguntó con burla y superioridad, pero aún con una mirada vacía.
Su burla fue la gota que derramo el vaso, el vaso exploto en miles de pedazos.
-¡Te odio! ¡Odio tu puta personalidad de mierda! ¡Odio como me haces sentir! ¡Odio que me confundas tanto! ¿Pero sabes que es lo que más odio? Que aún te amo.-Grite con fuerza sin importar que todo el instituto se diera cuenta, pero todos tenemos sentimientos por demostrar.
-¿Y sabes qué? ¡Yo también merezco un jodido premio nobel de la paz porque aún no te he golpeado!- cuando termine de decir eso, me di la vuelta camine por el pasillo, tome la perilla de la puerta para salir del edificio esperando que Justin protestara o que intentara detenerme, que hiciera algo, trague saliva y con un fuerte dolor en el pecho salí de ahí.