(Este capítulo es algo diferente a los demás, espero les guste.)
Ella.
Ella era diferente a todas las demás chicas de su edad.
Las otras besaban cualquier sapo.
Ella solo esperaba a un principe que la rescatara.
Las otras salían a fiestas.
Ella prefería quedarse en su casa leyendo.
Las otras preferían los días soleados.
Ella amaba la lluvia.
Las otras querían compañía.
Ella quería estar sola.
Las otras querían atención.
Ella quería que no la notaran.
Las otras gritaban.
Ella susurraba.
Las otras estaban bien.
Ella ni siquiera tenía vida.
Las otras querían rosas.
Ella prefería girasoles.
...
Una vez, una jóven me contó sobre su forma de ser.
Y llegó a contarme que amaba los girasoles.
Yo le cuestioné sobre aquél hecho tan extraño.
Ya que normalmente las jovencitas preferían las rosas.
A lo que ella me contestó que éstos antes mencionados, eran; grandes, fuertes, independientes, admirables, y su belleza era rara. Tan sólo le bastaba con ver un campo lleno de ésta belleza tan peculiar, como para sentir una especie de relajación y admiración al mismo tiempo.
Pero no era solo eso.
No.
Había más.
Ella, me contó también que los girasoles no eran tan independientes como lo pueden parecer.
Ellos -como su nombre los dice-, necesitan al sol.
Necesitan sentir su flamante y reconfortante calor.
Necesitan sentir la deslumbrante luz que éste desprende.
Pero por otro lado está la luna.
Que aunque puede no ser primordial para los girasoles, es la prioridad del sol.
Todos estos hechos me llevaron a pensar lo siguiente:
El girasol necesita al sol.
El sol necesita a la luna.
La luna necesita al sol.
¿Quién necesita al girasol?
¿Será que el no es importante?
Cuestioné a la que un día fue una jóvencita que prefería pasar desapercibida leyendo en su casa mientras llovía.
-Yo...Yo necesito al girasol. Al igual aquélla niña yo amo los girasoles. Ella. Ella es mi girasol.- Me repondí a mi misma en medio del centro comercial ganandome algunas miradas de desaprobación, pero no me importaba. No si era por ella.
Ella se había convertido en toda una dama, con muy buenos principios, perfecta ortografía, la gramática más abundante, un gran corazón, una belleza incomparable y un cuerpo hermoso y envidiable.
Y si.
Ella.
De ella se trata esta historia.
Ella es la persona de la cual estoy perdidamente enamorada.
Y me gustaría decir que ella es como la describí anteriormente.
Si lo es.
Claro que no con todo el mundo.
Solo conmigo.
Los demás sólo dicen que es un caso perdido.
Es una más.
Yo veo algo totalmente diferente en ella.
La amo.
Amo a mi girasol.
-Anónima

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Anónima (Camren)
Fiksi Penggemar"Tu cara se ve como el cielo. Tus labios el mismo infierno. Tus caderas son un limbo. Y tu nombre mi perdición."