Capítulo 19: Ansley

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Si Castiel estaba con otra, si para él yo no era importante, si no podíamos formar una relación amorosa...Todas esas cosas estaban bien, podía aceptarlo. Pero nunca antes me he enamorado, nunca sentí algo por cualquier persona, por lo cual no sabía si esto que sentía por él era normal; moriría, pelearía con demonios, soportaría espinas clavadas en mi corazón por Castiel, porque de todas formas mi corazón ya estaba bastante jodido para que siquiera me importara tener una que otra cicatriz.

En mi camino hasta su casa pensé un montón de cosas y diferentes opciones, pensé en contarle todo, pensé en alejarme de él por completo, pensé en matar a mis propios sentimientos y hacer de cuenta que realmente no sentía que podía morir por él. Pero justo ahora no podía ignorar el hecho de que le necesitaba malditamente mal, y si esto es todo lo que puedo tener de él, lo tomaría.

Lo tomaría y me aferraría a ello con garras y dientes.

Podíamos ser solo esto. Él podía ir con otras chicas por ahí, no me importaba. Yo sólo quería disfrutar lo poco que me quedaba y si ser su segunda opción era a lo único que podía optar, tomaría con gusto aquel papel.

Estaba jodida, lo sabía. En cualquier otro escenario mis propias acciones y pensamientos me parecerían ridículos pero ahora... ¿Qué más podría hacer?

Mamá enloqueció en el momento en que crucé la puerta, no había pensado en una buena excusa así que solo le dije que estaba en casa de Rosalya y me dormí allí sin darme cuenta. Por un momento pareció creer mi historia pero no estaba del todo segura. De todas formas, me mandó directamente a mi cuarto.

Me encerré en mi habitación y preparé las cosas para ir al instituto en un par de horas; sin embargo, no podía sacarme a Castiel de la cabeza, aún sentía sus labios en mi boca y sus manos por mi piel, su sabor, su aroma, todo de él seguía estando impregnado en mí.

Al ir a su casa mi intención no era acostarme con él pero al final una cosa llevó a la otra y antes de darme cuenta ya estaba en su cuarto, necesitandolo cada vez más cerca. Me senté a los pies de mi cama cerrando los ojos, viendo su rostro, dibujándolo en mi mente mientras una punzada atravesaba mi corazón.

Rebusqué entre las cosas de mi mochila hasta encontrar el número del último doctor que había visto, partí en dos el pequeño papel y lo tiré a la papelera. Iba a morir, era casi un hecho pero no iba a dejar que una cirugía me matara. Ahora sólo quería ser una adolescente despreocupada, comer hasta hartarme, beber hasta emborracharme y hacer el amor con Castiel hasta que este maldito corazón se vuelva nada y me mate.

Tal vez si lo ignoraba, se iría.

Tal vez sólo estaba siendo demasiado inmadura.

Ya no importaba. Me estaba mintiendo a mi misma pero las mentiras eran mucho más lindas que la horrible verdad. La verdad no me salvaría ni me haría disfrutar.

Mis padres se aseguraron de decirme mil veces antes de llevarme al instituto que estaba castigada hasta nuevo aviso, no dije nada ya que discutir con ellos no me llevaría a nada.
Al pasar por el pasillo vi la puerta de la sala de delgados abierta, Nathaniel estaba allí de espaldas organizando un montón de papeles, era mejor mantenerlo lejos de mí, no lo quería metiéndose en mis asuntos. Seguí mi camino hasta llegar a mi casillero, Castiel estaba allí.

―Así que has venido al... ―sus labios atacaron los míos antes de que pudiera terminar la frase.

Apoyé mi espalda en la taquilla y le seguí el beso. Cuando besaba a Castiel podía sentir la sangre fluyendo a través de mí, me sentía viva. Cuando él me besaba no importaba el futuro, ni mi corazón ni lo que pasaría, solo importaba el momento. Jadeé por la falta de aire y él se echó para atrás riendo.

Corazón de melón: Please, don't love meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora