Capítulo 20: Castiel

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Eran casi las cinco de la mañana y habíamos estado durmiendo con Ansley solo por ratos. A pesar de que solíamos pasar todos los días juntos en clase parecía nunca ser el tiempo suficiente para ninguno de los dos. Me quedé mirándola mientras dormía, viendo como su pecho subía y bajaba con sus respiraciones, acariciando sus hombros desnudos con las puntas de mis dedos. Definitivamente podía acostumbrarme a esto, a nosotros. A ella despertando a mi lado.

― ¿Qué haces? ―murmuró mirándome con los ojos entrecerrados, con su voz soñolienta.

―Son las cinco, deberíamos levantarnos para ir a tu casa.

―Puedo irme sola.

―Claro que no, yo puedo ir a dejarte.

No dijo nada más, solo sonrió y se sentó en la cama para luego sentarse a horcajadas sobre mí.

― ¿Qué haces? ―pregunté yo está vez.

―Solo quiero quedarme unos minutos más contigo.

Pasé las palmas de mis manos por su torso, acariciando su piel, dibujando su figura en mi mente. Ansley se inclinó más hacia mí, apoyando su pecho sobre el mío, acariciando mi cabello con sus manos. Comencé a besar su cuello mientras sus manos bajaban por mis hombros, apretándolos.

―Castiel ―susurró, su voz sonaba casi desesperada.

No respondí porque creí que solo se trataba de un suspiro y seguí besándola, pero de pronto el agarre de sus manos en mis hombros de volvió más fuerte y su respiración más errada.

―No. Mierda. ―gimió cayendo por completo sobre mi pecho.

―¿Ansley? ―La tomé por los hombros levantándola, estaba pálida, sus ojos cerrados fuertemente.

Débilmente se hizo a un lado y se dejó caer en la cama, estaba llorando y se acurrucó a un lado apretando sus puños.

―Ansley ¡¿Qué está pasando?! ―Entré en pánico, me congelaba al verla así sin saber que hacer.

―Mierda. No puede ser ―abrió los ojos mirándome fijamente. Su rostro estaba desesperado, ella estaba sufriendo. Lagrimas caían por sus mejillas y con sus pequeñas manos se aferraba a mis brazos.

― ¿Qué hago? ―mi voz temblaba―. ¿Llamo a tus padres? ¿Te llevó a un hospital?

Negó con la cabeza, su respiración se agitaba cada vez más, era como si estuviera luchando por respirar. Mierda.

―Mierda, Ansley ¡¿Qué mierda está pasando?¡ ¡Mamá! ¡Mamá!

En aquel momento no pude pensar en nada más que llamar a mi madre. Llegó casi enseguida y sus ojos se abrieron con sorpresa al ver a Ansley retorciéndose en la cama.

―Por Dios ¿Qué pasa, Castiel? ―Corrió hasta la orilla de la cama y tomó el rostro de Ansley entre sus manos. ―Está muy fría. Despierta a tu padre, iremos al hospital de inmediato.

Corrí hacia la habitación de mis padres para avisarle a papá, en menos de cinco minutos estaba levantado, esperando el auto mientras mamá vestía a Ansley. Ya casi no se movía, seguía apretando los puños. La tomé entre mis brazos y la cargué hasta el auto, subiéndome con ella en la parte de atrás.

Mis padres no dijeron una sola palabra sobre Ansley pasando la noche conmigo, solo estaban preocupados por ellas al igual que yo. En el camino la recosté sobre mis piernas, su respiración seguía siendo errada, pero tenía sus ojos abiertos, mirándome.

―Vas a estar bien... ―murmuré. ―Desde el hospital llamaremos a tus padres.

―No, no, por favor no ―negó con la cabeza furtivamente―. Nathaniel, dile a Nathaniel.

Apenas podía escucharla, pero había oído claramente lo que estaba diciendo. Sin embargo, no era momento para preguntar ni para fruncir el ceño. No tenía una jodida idea de lo que estaba pasando, si Nathaniel podía darme respuestas entonces lo llamaría.

Al llegar al hospital mis padres se encargaron de todo el papeleo, a mí no me habían dejado entrar así que solo me quedé en la sala de espera. Le había enviado un mensaje a Nathaniel, el cual no había tardado en llegar.

― ¿Cómo está Ansley? ―Fue lo primero que me preguntó.

― ¿Qué mierda le pasa a Ansley y por qué tuve que llamarte a ti? ―hablé agresivo, pero en voz baja, lo último que quería era que me echaran del hospital.

―No tengo el derecho a decírtelo. Es un secreto de Ansley no mío ―respondió mirándome, suspirando cansado. Quería partirle la cara, pero siguió hablando. ―Pero no apoyo esta estúpida idea de Ansley de mantener todo en secreto, no está bien, no es lo correcto.

― ¿De que hablas? 

Corazón de melón: Please, don't love meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora