The Hill's

Prólogo

Principios de la Edad Media — The Hill's 

—¡BOZHENA! — Grita un hombre en medio del caos que se produce en el centro de The Hill's, un reino que hasta ese día había estado lleno de vida y que en ese preciso momento era el mismísimo infierno.

El lugar estaba destrozado, las cabañas estaban ardiendo, había personas heridas gritando por ayuda y otros corrían sin tener en cuenta que no tenían oportunidad de salir victoriosos.

Los más fuertes defendían el reino con sus habilidades, unos se podían teletransportar, otros dominaban la tierra y el viento, y los más poderosos eran hombres lobo, sin embargo estos últimos eran muy peculiares ya que algunos eran hechiceros.

Ninguno de estos seres había tratado de escapar porque era una cuestión de honor defender su territorio, la tierra sagrada que ellos amaban.

Los Backs estaban atacando The Hill's, el reino más poderoso de todos los siglos, para poder someterlos y dominarlos a su antojo. Los Backs eran muy buenos guerreros que con el paso del tiempo se fueron sumergiendo en la oscuridad por la avaricia y el deseo de poder, y prepararon un ataque para dominar el reino.

—¡BOZHENA! —Vuelve a gritar el mismo hombre, corriendo en medio del caos, y evitando a Backs que luchaban contra hombres lobo y otros seres; era un señor mayor, de unos 60 años, que junto a Bozhena eran los mejores hechiceros de todo el reino.

—¡SIR VIKTOR! —Grita una mujer de la misma edad corriendo como podía hacia el señor, llamado Sir Viktor.

Sir Viktor va hacia ella y la aleja de toda la destrucción y el peligro. Se alejan hacia el bosque donde se detienen.

—Los Backs están por todas partes, nos están derrotando —Dijo Bozhena, histérica. —Son demasiados y hay muchos muertos y heridos, además, han entrado al palacio.

Sir Viktor abrió los ojos como platos.

—¿Al palacio? —Preguntó Sir Viktor en voz baja.

—Si, estaba dormida cuando todo inició. —Dijo Bozhena, tratando de calmar su respiracion. —Salí corriendo hacía el palacio y cuando llegué los Backs estaban entrando y destruyendo todo a su paso, entré por la puerta oculta y fuí en busca de los reyes pero llegué demasiado tarde.

Sir Viktor no podía creer lo que estaba escuchando, el palacio era impenetrable, él mismo había reforzado la seguridad cuando era solo un aprendiz, ese había sido su boleto para ser uno de los hechiceros principales del reino de The Hill's.

—Bozhena —Sir Viktor agarró la mano de Bozhena y la llevó mucho más dentro del bosque donde se habían parado y se escondieron detrás de unas rocas. —¿Está segura de lo que dice?

—Muy segura —Contestó Bozhena.

—Si han entrado al palacio entonces estámos perdidos, los Backs tomarán en su poder estas tierras para toda la eternidad, esto será un desastre —Susurró Sir Viktor —Bozhena, no podemos permitir que eso suceda, tenemos que impedirlo a como de lugar —Dijo rápidamente Sir Viktor.

De pronto, escucharon pasos.

—Son ellos —Susurró Bozhena mirando por una pequeña hendidura entre las rocas, sin embargo, Sir Viktor ya lo sabía antes de que ella pronunciase la primera letra y la tomó de la mano para enderezarse con ayuda de su viejo báculo, que no era más que una especie de rama de árbol rota de la cual nunca se despegaba. 

—Vamos, corre —Dijo Sir Víktor —Tenemos que evitar que los Backs dominen The Hill's para siempre.

Corrieron todo lo rápido que la edad les permitió sintiendo unos pasos detrás de ellos.

Llegaron a un claro, a la distancia se veía una hermosa cascada y en el centro del enorme claro habían unas piedras ovaladas muy grandes rodeando una más pequeña que estaba en el centro, la cual estaba llena de símbolos desconocidos hasta para Bozhena y Sir Viktor. Se decía que fueron los Dioses quienes tallaron esos símbolos con sus propias manos.

Bozhena y Sir Viktor corrieron hacía allí sin pensarlo. Sus mentes estában maquinando, no paraban de pensar que podrían hacer para evitar que los Backs dominaran el reino de The Hill's por toda la eternidad, de generación en generación.

—¡Eso ese! —Murmuró Bozhena con la voz agitada sacando de sus pensamientos a Sir Viktor.

—¿Qué? —Preguntó Sir Viktor volteando a mirarla.

Bozhena estaba dejando a la vista un colgante que tenía una gran piedra preciosa azul en forma de diente se león. Sir Viktor, a pesar de que conocía a Bozhena desde hace muchos años, nunca había visto dicho collar.

—Haremos un conjuro —Había dicho Bozhena cuando llegaron al centro de las piedras y se ocultaban detrás de una de las piedras ovaladas que rodeaban a la más pequeña y llena de símbolos—Con ésta piedra preciosa, la he estado guardando por si algo como esto sucedía, y... —Dijo Bozhena rápidamente. Miró hacía los lados y se fijó en el báculo de Sir Viktor—...y su báculo.

Sir Viktor miró su báculo con pesar pero comprendió, agarró la piedra preciosa, la insertó en una hendidura en la superficie del báculo y se lo tendió a Bozhena.

—Per virtutem autem quae data est mihi a Deo, Ego Bozhena Voynsh, Inquam, qui Backs non dominantur The Hill's nam omne aeternum quod, qui natus olim potentissimum esse eos et in terra et regnabit pace.¹ —Dijo Bozhena mientras ambos agarraban el báculo con los ojos cerrados y la piedra preciosa empezaba a brillar.

—¡ALTO! —Gritaron trás ellos dos Backs.

—Que lo que los dioses han construido no lo destruya la codicia del hombre —Concluyó firmemente Sir Viktor mirando a Bozhena. Soltaron el báculo y este quedó suspendido en el aire y brilló más fuerte antes de apagarse y alejarse quedándose suspendido sobre la piedra llena de símbolos en el centro del lugar.

—Demasiado tarde —Murmuró Bozhena con una pequeña sonrisa, mirando hacia los Backs quienes habían escuchado y visto todo pero no pudieron intervenir.

***

¹''En virtud de un poder que me ha dado Dios, Yo Bozhena Voynsh, digo que los Backs no dominaran The Hill's por toda la eternidad porque un dia nacerá un ser muy poderoso quien los destruirá y la paz en esta tierra reinará.''