♡ La niña de mis ojos 3: Emancipación (Sailor Moon) SAGA FINALIZADA

CAPÍTULO XIV: Rini

NOTAS: Muchas gracias yanetsi86, missminaSaturn, a todos los votos de sandy0010, JessyPrinss. FenixQueen, IlselZayass, Cc_2005, Creep_Moon, AalejandraMuse, RinyLopez, chiodechiba, sailormoonydarien, StarCadence02, jenni12344677, EstheliitaaLopez, Esthpany10, YssaReyes4, user36292126, SandyLiChiba, Alainamoreno, un gran abrazo!!!

Sepan disculpar todos los horrores en la lectura, porque sé que los hay. A veces parece que estuviera escribiendo con los codos XD

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DARIEN POV

Una angustia rara, repentina, acompañó cada latido de mi corazón y por cada paso que daba más inseguro me sentía. Paré mi caminata frente a la puerta matrimonial, tomándome algunos segundos antes de llamar, como si estuviera anticipándome por instinto a una situación que no quiero ver.

Cuando estuve lo suficientemente seguro, golpeé mis nudillos suavemente en la tabla y al instante siguiente abrió la persona que menos esperaba encontrar.

-Oh, Darien... -susurró Armando con aparente sorpresa, aunque su rostro no denostaba expresión alguna.

Creí ver algo diferente en su mirada y la inseguridad se instaló en mi pecho.

-No pensé que fueras a regresar tan pronto... -respondí.

-Y yo no esperaba encontrarte casi a la medianoche en mi habitación... -me rebatió sonriendo de medio lado, y mis extremidades se sintieron frías, porque creía ver en ese simple gesto un recuerdo lejano de un milenio de antigüedad.

Vacilé por unos segundos y cuando finalmente hallé mi voz en mi garganta, pregunté sin rodeos:

-¿Y Serena...?

-¿Estás buscándola a ella?

-Sí, quiero verla -admití con valentía.

Supongo que mi hermano no le debe alegrar que yo vaya a visitar a mi ex novia durante la noche.

-Ella está durmiendo -respondió con expresión aburrida.

-Despiértala...

Algo dentro de mí me decía que no debía acobardarme.

Armando me contempló con seriedad, pero abrió del todo la puerta de su dormitorio, invitándome a entrar.

-¿Por qué no mejor la intentas despertar tú? -me dijo con sorna, y con la confianza arañando sus palabras.

Me permití un instante para meditar sobre su comportamiento, que resultaba de por si bastante sospechoso. Peché sin querer su hombro contra el mío cuando entré y enseguida capté una energía extraña desplazarse por cada rincón de ese dormitorio, sin embargo no acaparé mi atención en eso porque de por sí toda la mansión se sentía igual. Caminé con suavidad algunos cuántos pasos. Paré de golpe y mis ojos se mantuvieron absortos sobre la cama. Allí descansaba Serena, con sus largos cabellos desparramados, la clavícula al descubierto y sus brazos por encima de su cabeza. Sólo una fina sabana cubría su desnudez, mientras dormía apacible ignorando por completo mi presencia junto con mi destrozado corazón.

Perdí la sensibilidad en las piernas. No las sentía cuando mi mente me pedía irme de allí. Verla de ese modo generó como una explosión dentro del núcleo de mi alma. ¡Ah! Definitivamente había generado destrozos en mi ser más interno. Qué dolor tan punzante y, al mismo tiempo, ¡tan masoquista! Porque por más que quise no pude apartar mis ojos de ella y de su cubierta desnudez.