Esta semana me han pasado cosas extrañas, todo empezó desde que compré la dichosa bola de cristal brillante.
Sin explicación alguna, todo lo que deseo se cumple al momento.
Como el martes pasado, cuando el profesor de química me regañó por llegar tarde al experimento, yo deseé que se quedara pelón y al instante su cabello desapareció de la nada, dejando sorprendidos a todos mis compañeros, incluida yo.
También está lo que pasó el día de la fiesta de mi fastidiosa prima.
Estaba alardeando sobre su novio y ya me había hartado, rogué al cielo que se callara de una maldita vez, segundos después ella enmudeció, sus papás se preocuparon y terminaron cancelando la fiesta para llevarla al hospital. Luego de tres días logró hablar de nuevo, pero antes de eso yo dije en voz alta que ojalá lo hiciera para que mis tíos no estuvieran preocupados.
Aún no sé por qué sigo cargando con esta cosa a cada lado que voy.
He decidido ponerla a prueba.
Ahora me encuentro en el jardín trasero de mi escuela, donde casi nadie se pasea por aquí.
No quiero que las personas me tiren de loca, ya tengo suficiente con mi reputación de rarita como para agregarle a la lista que ahora soy una especie de bruja.
-A ver bolita mágica, si eres tan mágica pondrás un helado de aguacate en mi mano.- Fue lo único "exótico" que se me ocurrió al momento.
Cerré mis ojos y no sentí nada.
Decidí abrirlos despacio.
-¡Ja! Lo sabía, obvio no tengo nada en mi... ¡Carajo!- Sacudí mi mano tirando el cono de helado al suelo logrando embarrarme los dedos con el brusco movimiento. -¿Será posible...?- Probé el ahora líquido escurriendo de mis dedos. -¡Oh por Dios! Sí era de aguacate y lo peor es que sabía bueno.- Hice un puchero.
-Te haré la prueba final para poder creer en ti.- Le dije a la esfera mirándola fijamente.
Si alguien me viera hablar con una bola de cristal seguramente pensaría que se me "zafó un tornillo", o que soy una loca que quiere conquistar al mundo, solo falta un gato a mi lado para darle más énfasis.
-Cerraré los ojos y cuando los abra frente a mí tendré al amor de mi vida.- Declaré y cerré los ojos.
Desde que entré al colegio, hace seis meses, he tenido un pequeño crush con la capitana de las porristas, es guapa, popular y tiene buen cuerpo; aunque ella no sabe de mi existencia supongo que esta bola me ayudara a que nuestro amor se realice.
-¿Cómo llegue aquí?- Escuché una voz grave y decidí abrir mis ojos.
-Al fin llegaste amor de mi vi...da...- Me corté al instante. -¿Qué haces tú aquí?- Pregunté de forma hostil.
¿Qué hacía ella aquí?
-Lo mismo me pregunto, estaba en el baño a punto de...- Se calló sola. -Y de la nada termine aquí.- Continuó con un expresión extrañada.
-Esta cosa debe estar defectuosa.- Murmuré.
-¿Qué dices?
-Nada que te importe cerebrito, ahora largo de aquí.- Realice un movimiento con mi mano como ahuyentándola.
Volví a cerrar los ojos.
“Okey bolita, te daré otra oportunidad, quiero ver frente a mí al amor de mi vida, la persona que me amará para siempre.”
Abrí mis ojos con lentitud y...
-¿Aún sigues aquí?- La miré feo.
-Intenté irme, pero algo me lo impidió, no sé qué pasó.- Explicó.
-¡Esta cosa no sirve!- Exclamé con enojo y ella me miró confundida. -¿Qué tanto me miras Jauregui? ¿Acaso te gusto?
Ella bufó y soltó una risita irónica.
-Por supuesto que no.- Se acomodó sus enormes lentes, dio media vuelta y al fin se fue dejándome sola.
ESTÁS LEYENDO
Deseo concedido... ¿Don o maldición?
FanficCamila Cabello una adolescente de 18 años, verá su vida cambiar después de entrar a una extraña tienda y comprar una esfera misteriosa... #Humor #46 en Historia Corta (Septiembre 2017) #43 en Historia Corta (Octubre 2017) #104 en Humor (Noviembre 2...