Una chica caminaba apurada, se le hacía cada vez más tarde y no encontraba por ningún lado alguna tienda donde pudiera comprar un regalo.
Estaba molesta, pues su mamá la mandó a comprar el dichoso obsequio para su prima, la cual no le agradaba, una hora antes de la fiesta.
Su madre le advirtió que no se tardara... ¿Era en serio? ¿Cómo se atrevía a decirle eso conociéndola?
El sentido de la orientación no se había desarrollado en la castaña.
Iba sumergida en su propio mundo, desde pequeña siempre había sido distraída.
Cuando se percató de que estaba en un lugar completamente desconocido para ella le dio un poco de miedo, se había perdido.
El cielo nublado anunciaba que pronto llovería, incluso el día aparentaba ser más tarde, lo cual no encajaba con la vista que tuvo de un día soleado al salir de su casa hace una media hora atrás.
La calle desierta de ambos lados no le fue de mucha ayuda.
Visualizó a unos cuantos metros de ella una extraña tienda, decidió entrar para preguntar cómo podría volver a su casa.
Su fachada exterior era como la de cualquier otra tienda, pero en su interior guardaba cosas poco comunes, antiguas.
-¿Hola?- Nadie respondió a su llamado.
Se puso a curiosear alrededor, al fin y al cabo era una tienda, compraría ahí el regalo de su prima.
En el fondo de aquel lugar un destello de luz captó su atención, se acercó y encontró una esfera brillante, la tomó en sus manos y la observó con detenimiento; no tenía idea alguna de que tipo de joya era, pero supuso que le gustaría a su superficial prima.
-¡Hey niña! No toques eso.- La reprendió una anciana que salió de la nada. -Espera, ¿cómo tienes la esfera apocalíptica en tu mano?- La mujer de mayor edad se sorprendió.
¿Esfera apocalíptica?
Dicho nombre hizo que se prendiera un foquito rojo de advertencia en el cerebro de la adolescente.
Bueno, no importaba el nombre, lo importante era que había encontrado un regalo y ahora podría volver a casa.
-Responde niña.- Insistió.
-Sólo la tomé de este cojín.- Contestó con simpleza.
-Es imposible, nadie ha podido levantarla en décadas, inclusive siglos.- Los ojos de la viejita se abrieron más de la impresión. -Eres la elegida, la esfera te eligió. Por años muchas personas han intentado llevársela pero nadie ha logrado levantarla con sus propias manos como si no pesara...
-En realidad es muy liviana...
-No me interrumpas niña.- La regañó.
La castaña soltó una carcajada.
-¿Está tratando de decirme que soy como el "Rey Arturo 2.0" del siglo XXI?- Preguntó con ironía.
-No te burles niña, tener esa reliquia en tu poder significa una gran responsabilidad...- La anciana siguió hablando, pero la adolescente no le prestó atención, la estaba aburriendo con su sermón.
-¿Cuánto cuesta?- La cortó, se le hacía tarde.
-¿No has entendido las consecuencias que te puede traer...?
-Me lo va a vender ¿si o no?- Dijo fastidiada.
-Dáme 10 dólares.
La castaña le entregó el dinero.
-Perfecto, gracias y hasta nunca señora loca.
-Te lo advertí niña, es mejor que tengas cuidado.
-Sí, sí, lo que diga.- Le dio por su lado. -Cielos, las personas adultas están chifladas.- Dijo para sí misma cuando ya se encontraba afuera de aquel raro local. -Ni siquiera le pregunté dónde puedo tomar un bus o algo que me lleve a la dichosa fiesta.- Bufó, detestaba perderse. Miró su reloj. -Ya es tarde, si tan sólo estuviera la fiesta a la vuelta de la esquina, pero no, con mi mala suerte seguro estoy en un país diferente.- Expresó con pesimismo.
Un destello de luz salió de la esfera, del cual la castaña no se percató.
Al dar vuelta en la esquina se encontró frente a la casa de su tía.
-¿Qué demonios...?
-Mija, ya era hora de que llegaras.- Camila pegó un brinco del asustó. -Compraste el regalo, ¿verdad?- La miró seria. -Ponlo en la mesa de regalos y felicita a tu prima.- Ordenó.
La castaña aún no salía de su estupor.
-Cálmate Camilita, no está pasando nada extraño, sólo fue una coincidencia, nada más.- Intentó tranquilizarse. -Espero sea un buen regalo, de lo contrario mi estupenda prima se quejara y mi madre me regañara.- Dijo observando la esfera. -Viéndolo bien, ya valí, es algo muy sencillo, no le gustara, ¿ahora dónde encontraré un nuevo regalo?- Preguntó a la nada y mirando al cielo.
Un nuevo destello se hizo presente y a sus pies apareció una bolsa de regalo.
Cuando Camila bajó la vista al suelo se percató del obsequio.
Miró hacia los lados y no encontró a nadie, le echó un vistazo a la bolsa y se dio cuenta que contenía un kit de maquillaje.
-Supongo que esto servirá, tal vez hoy estoy de suerte.- Sonrió y se dispuso a hacer lo que su mamá le había mandado.
.....
Aclaraciones:
● Su autora (es decir yo xD) tiene el humor algo ácido :'v y muy (pero de verdad MUY) estúpido v:
● Los capítulos serán cortos, al igual que el fic no será tan extenso.
● La historia es completamente mía, como todas las que he escrito :v
● Espero sacarles aunque sea una leve sonrisa :)Hasta la próxima ;)
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Deseo concedido... ¿Don o maldición?
Fiksi PenggemarCamila Cabello una adolescente de 18 años, verá su vida cambiar después de entrar a una extraña tienda y comprar una esfera misteriosa... #Humor #46 en Historia Corta (Septiembre 2017) #43 en Historia Corta (Octubre 2017) #104 en Humor (Noviembre 2...