El baile ya había comenzando y Mía aún no se presentaba, las luces coloridas que se hallaban en la parte superior del salón, era lo único que le permitía a Alec buscar a la chica de las notas entre esa multitud.
Él estaba bailando con Gretel, una chica de ojos verdosos que combinaban con su largo vestido, pero aunque la reina de Inglaterra se encontrara frente sus narices, su mirada seguía buscando a alguien más.
De pronto las luces color violeta iluminaron a una pareja recién entrando al lugar, eran Mía y Tony.
Las diferentes tonalidades de rojo y morado hacían ver a la joven radiante, mientras que su acompañante, el "Rey de los deportes", solo se tragaba los mocos.—Espero y no le tome de la mano...—Se dijo Alec a sí mismo.
La joven que acababa de llegar le estaba mirando, y poco a poco ambos estaban acercándose uno al otro, hasta que el joven que por acompañante llevaba a Gretel puso los pies en la Tierra.
—¡¿Qué diablos estoy haciendo?!—Se preguntó Alec y volvió a dirigir su mirada en dirección a la muchacha que estaba bailando con el.
No podía, no podía tener nada con Mía, tenía que hacerlo por Sam. Desearla era algo prohibido, aunque el hecho de que esto fuera así solo hacía que la amara aún más.
Tal vez es cierto, y lo que no se puede tener es lo que más se desea. O eso era lo que pensaba el chico esa noche de otoño.
[...]
El baile seguía su curso y Tony no paraba de insistirle a Mía para que bailaran e impresionaran a todos en el establecimiento.—Vamos nena, tenemos que bailar.—Pedía el chico deportista a la chica parada en seguida de él.—¡No me digas nena!—Chillaba la joven haciendo una mueca de exagerada.
Así fueron las primeras horas, hasta que Tony logró su cometido y su compañera accedió a bailar un vals.
La música lenta inundaba los oídos de todos, mientras que Tony y su "nena" se tomaban de las manos para comenzar a moverse al ritmo de la delicada pieza. Pero no eran los únicos en la pista, Alec y Gretel también estaban allí, lo que puso a Mía un poco agitada.
—Eres muy buen bailarín, nene.—Soltó ella al joven que anteriormente le había llamado nena cuando Alec y su chica se aproximaron un poco.—¿Nene?—Preguntó el deportista divertido.
Mientras que el muchacho que estaba con Gretel hacia una cara de disgusto. Para luego decir:—Me encanta tu vestido, Gretel.—Logrando dejarla roja cual tomate, al igual que a Mía, solo que a ella por los celos.
—Nene, déjame decirte que me encantan las cintas de tus zapatos.—Agregó la joven con la intención de atacar.—Gracias Mía.—Respondió Tony deslizando su mano, bajando desde la cintura de Mía hacía su trasero.
En lo que esto estaba sucediendo Alec solo podía mirar mientras sostenía a Gretel, como desearía que aquella mujer fuera su chica de las notas, suspiro y dejando sola a su acompañante se acercó hasta Tony para arrebatarle de las manos a la persona con la que estaba bailando y echarse a correr.
Mía no podía estar más confundida, había pasado de vivir el momento más incomodo de su vida con Tony a correr de la mano con Alec para llegar a parar a un aula que estaba desolada.
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Alec...¿Me odias?
Short StoryAlec odia a Mía. Y Mía hará lo posible para averiguar la causa de este sentimiento, por más doloroso que esto pueda resultar. ✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨ Por favor no copias ni adaptaciones ❤️