Capítulo IV

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Llegar a la escuela después de que la famosa Cenicienta hizo su aparición en el baile fué mejor de lo que yo me esperaba. La gente comentaba de ella, si, pero no a los niveles que yo había esperado desde un principio. Jade me comentó que tenía varias teorías de quién podía ser la chica. Río para mis adentros de tan solo pensar en que no tiene la menor idea que era yo. Entro al salón de la clase que corresponde y me siento en mi respectivo asiento, la pelimorada toma el asiento a mi lado e igualmente se sienta, saca dos libros pocos conocidos para la gente juvenil en general, deja uno sobre la mesa y el otro comienza a leerlo calmadamente. Varios chicos la miran mientras lee las páginas, algunos solo se le quedan mirando un instante, el que llama mi atención es uno de cabello rojo y ojos verdes. A él sé que lo he visto en algún lado.

-¿Se puede saber que has hecho para obtener tantos chicos en una noche?.-Pregunto descaradamente. La pelimorada levanta su libro observando a cada chico hasta que llega al pelirrojo y baja la mirada.

-Lo mejor que pude haber hecho, los rechacé a todos.-Dice encogiendose de hombros.-Ademas, solo quiero a una persona, y esa es Jorge.-Agrega mordiéndose el labio nerviosa.

-¿Por casualidad es pelirrojo y ojos verdes?.-Ella siente volviendo la mirada a su libro.

-Sé que estaba mirandome, pero ambos somos muy cobardes.-Agrega pasando una de las páginas.-Hablé con el en baile, es una de las personas más consideradas y dulce que he conocido, pero no lo merezco.

-¿Acaso no estás cansada de decir que no mereces a las personas?.-Le pregunto totalmente seria.

-Se parece a alguien que yo conozco.-Comenta una voz sentándose justo al frente de ambas.-Tan acomplejada como siempre.-Dice y mira a ambos lados.-Tengo algo que contarles.-Ambas asentimos.-Después de clases busquenme en el área del jardín y hablaremos con más calma.

-Pareciera que vas a contarnos un secreto de la CIA, no nos asustes.-Comenta Jade. Mi piel se torna blanca, espero no sea lo que estoy pensando.

-Creanme, es mucho mejor, se trata de una chica.-Dice. Jade me mira como si se le fueran a salir los ojos. No, para nada es lo que piensa.

-¡Oh! En ese caso estaré...-Se corrige ella.-Estaremos encantadas de escucharte.-Dice con una sonrisa.

Intento no tocarles el tema durante el siguiente periodo pues lo que menos quiero es que me noten extraña. La simple mención de la chica misteriosa me aturde, el oír que toda la escuela comenta de su aparición estelar el día del baile me hace creer que cualquier persona se dará cuenta de que era yo y vendrán a decirme cosas agresivas e inclusive a criticarme y lo que menos quiero es que le rompan las ilusiones que tiene acerca de la chica de vestido azul claro a Cameron. Solo imaginen la forma en la que se van a poner mis hermanas. Decido copiar la clase que está dictando el profesor analizando cada palabra, incluyendo lo que voy a hacer en el momento en el que cuente quien soy, en el que pueda decir todo. La siguiente hora suena, y por ende la del descanso en la que Cameron nos comentará acerca de su nueva amiga. Junto con Jade ambas nos acercamos al jardín, Cameron está sentado en un banco cercano a un árbol con un libro en la mano, leyéndolo como si fuera el más interesante del mundo. Nos mira y levanta la cabeza, echa el libro a un lado y suspira nervioso.

-Aquí estamos.-Dice Jade sentándose a su lado.-¿Qué es lo que nos tienes que contar?.-Cierro​ los ojos nerviosa. Si es lo que estoy pensando estoy muerta.

-¿Te pasa algo?.-Pregunta Cameron preocupado. Niego rotundamente.

-Solo un dolor de cabeza, pero luego se me quita.-El asiente no muy convencido. A veces detesto que me conozca tanto.

-¿Entonces?.-Pide Jade.-Cuentanos.

El asiente.-¿Ustedes saben que el día de ayer fue el baile?.-Asiento a medias.-Pues conocí a una chica.

Cinderella. «Cameron Boyce»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora