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Un muchacho de traje estaba tras el ramo de rosas, y al quitarlo de en frente lo ví.
Era Joel, se veía tan apuesto, llevaba un traje negro y un aroma delicioso.
Abrió la puerta de la limusina para que pudiera entrar.
-GRACIAS, le dije en un tono melódico y él me ofreció esa sonrisa suya tan peculiar y que tanto me encanta.
-¿A DÓNDE VAMOS?, le dije.
-NO COMAS ANSIAS, respondió dándome un beso en la frente.
A los 30 minutos mas o menos nos detuvimos.
-LLEGAMOS, dijo.
Abrió la puerta y me ofreció su mano para salir y me cubrió los ojos con las manos, se oía el sonido del mar.
-¿LISTA?, preguntó hablándome al oído, lo cuál envió una electricidad a travéz de mi cuerpo.
-LISTA, le dije.
Quitó sus manos, permitiéndome poder ver.
-FELIZ ANIVERSARIO, dijo.
Estábamos en el muelle, y un yate hermoso tenía colgado un cartel enorme de la proa que decía: "Felíz Aniversario" y rosas por todas partes.
Volteé hacia él y le dí un beso.
-GRACIAS, le dije.
-¿SUBIMOS?, dijo.
-¿PODEMOS SUBIR?, pregunté.
Me ofresió su mano y comenzamos a subir al yate, tenía una mesa en el centro con la cena lista, todo el yate estaba repleto de rosas, recorrí todo el lugar elogiando las flores, hasta que Joel dijo:
-BIEN, ESPERO NO CHOCAR.
-¿QUÉ?, dije, pero antes de voltear,  el motor del yate se encendió.
-¿QUÉ HACES?, ¿SABES CONDUCIR ESTA COSA?, le dije aproximándome hacia él.
-ESO LO AVERIGUAREMOS, dijo riendo.
Estaba preocupada al principio pero después de 10 minutos noté que podía controlar el yate.
Lo abrazé y le hacía cosquillas en la cintura y él solo gritaba y reía, porque no podía soltar el manubrio de dirección.
-¿A DÓNDE MADAME?, dijo haciendo una cara graciosa, de las muecas que tanto me gusta.
-AL FIN DEL MUNDO, le dije mientras ondeaba en mi mano un abanico imaginario para no quitarle la emoción al momento.
-COMO ORDENE, dijo y cambió la dirección.
Ambos sonreímos.
Después de conducir por lo que fué casi media hora, ya nos habíamos alejado lo suficiente para no poder ver mas que mar a nuestro al rededor, entonces puso el piloto automático.
-LA CENA SE ENFRÍA, dijo.
Nos sentamos el uno frente al otro y al terminar de cenar abrió una botella de champagne, la sirvió en 2 copas y me ofresió una.
-POR NOSOTROS, dijo.
Y las copas chocaron entre sí.
Los minutos pasaban y la conversación entre los dos se hacía eterna, y luego Joel me tomó de la mano y me llevó a la cubierta, donde habían dos sillones reclinables, me senté en uno y él en el otro.
Hubiera querido detener la vida en aquel instante, todo era tan perfecto, el chico que quería se había convertido en el hombre que amaba, en aquel hermoso yate, en una noche solo alumbrada por la luna llena que se paseaba por el cielo vanidosa y el mar a nuestro al rededor, separándonos por completo del mundo exterior.
Ninguno decía nada solo veíamos el horizonte en silencio, hasta que sentí su mano sobre la mía, lo miré y sentía que podía ver su alma tras aquel par de ojos que tanto me gustaban, no sabía si era por el efecto del alcohol en mis venas pero quería que el espacio que en ése momento nos separaba, desapareciera.










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No sé uds cómo lo leen...
Pero yo me emociono mucho al escribirlo ❤😍💕
Espero les guste...

LA PROFESORA - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora