Capítulo 2

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Michael volvió a suspirar, aún no podía dejar de sentir nostalgia cuando veía ese libro, ese diario. No sabía por qué, le daba un sentimiento extraño al verlo.

Ya había repasado las últimas semanas con Arthur minuciosamente. Desde la primera vez que lo vio hasta que dejó que se metiera en su mente y le mostrara cosas. Había pasado más después de eso, se había hecho casi una costumbre intercambiar recuerdos, porque ahora Michael dejaba que Arthur viera los suyos.

No pudo evitar preguntar algo como si Arthur era homosexual, a lo que él dijo que sí. Dijo, también, que al ver la televisión había notado que todo era diferente ahora, en ese año. Cuando él estaba vivo lo mantenía como un gran secreto. Nunca fue algo de lo que se sintió avergonzado.

Michael se preguntó una y otra vez por qué Arthur le había dado ese recuerdo. Cuando preguntó Arthur respondió con otra pregunta: "¿eres tú homosexual?" a lo que Michael se sonrojó.

Si no era suficiente que sus mejillas estuviera rojas todo el tiempo por la palidez de su piel, lo había hecho enrojecer más.

Se sintió más extraño, no solamente veía un fantasma, sino que era un fantasma gay.

Y Michael no podía evitar sentirse así sobre el diario porque quería leerlo, Arthur había dicho que podía hacerlo, que debería hacerlo, pero él siempre se negó. No sabía qué podía encontrar ahí y sentía un irracional miedo.

También suspiraba porque Chris lo había llamado, le había pedido que salieran y él aún no sabía si debía decirle todo lo que estaba pasando.

—¿Vas a leerlo? Porque realmente no dice gran cosa. Podría simplemente darte más recuerdos.

Arthur apareció, entró atravesando la puerta y se sentó en la cama. Su ojos estaban más azules ese día, eran irreales contrastando la transparencia de la piel del mayor.

Michael nunca sabía cómo referirse a él, usualmente sólo lo llamaba por su nombre pero luego no sabía si pensar en el como un fantasma o ignorar ese hecho. Le parecía grosero referirse a él simple y llanamente como un fantasma.

Michael se encogió de hombros, realmente le gustaba compartir recuerdos con Arthur. Le parecía maravilloso todo lo sobrenatural.

Arthur se paró justamente junto a Michael.

—Léelo, te explicaré.

Michael bufó y abrió la tapa del libro por primera vez. Las páginas estaban amarillas y gastadas, la caligrafía era muy fina y bonita, él pensó que jamás podría escribir así.

Empezó a leer la primera página y así sucesivamente. Los pasajes eran cortos y simples, decían cosas como que había paseado con alguien, o conocido a alguien. Algunas veces decía cosas lindas o atrevidas sobre personas y en otras contaba que había tenido una pelea o algo lo hizo enojar. Estaba lleno de trivialidades, pero no supo qué más esperar, era un diario después de todo.

Le pareció gracioso imaginar a Arthur pensando cosas así sobre alguien. Para su época fue alguien liberar, o libertino, esa palabra se repetía algunas veces entre los pasajes.

Él parecía alguien muy... intenso. Tal vez era muy pasional. Michael sabía de primera mano cuan intenso podía ser Arthur, que insistía en que le hiciera compañía todo el tiempo o que llevara el diario consigo a todos lados y, por ende, a Arthur. Él iba donde el diario iba. Michael no quería culparlo, no sabía cuánto tiempo había pasado solo en el bosque, pero no podía evitar pensar que, a veces, se volvía incluso irritante.

Al fin y al cabo Arthur era una excelente compañía, era educado y culto. Michael pensó lo bien que se llevarían Chris y él, que compartían afinidad por los libros y la historia. Lo más importante sobre Arthur era que respetaba a Michael, siempre pedía permiso para entrar en su cabeza o ver sus recuerdos o pensamientos.

Michael no pudo evitar sonreír ante un párrafo específico.

—Tu novio te dejó e ibas a matarlo —habló riendo había Arthur, quien estaba a su lado.

—Ah, sí —dijo receloso, trató de restarle importancia pero se vio nervioso.

—Estabas enojado, "voy a matarlo" —citó riendo—. ¿Por qué te dejó?

—Celos y posesividad, todos mis novios me dejaron por eso, ¿puedes creerlo? —continuó receloso—. Idiotas... Igual ya deja de leer eso, no sé qué tonterías estaba pensando.

—¿Todos? ¿Acaso no los dejabas respirar en otra dirección? —siguió burlándose.

—Ya déjalo —pidió Arthur de nuevo, trató de tocar la mano de Michael que estaba sobre el libro sin atravesarla, apenas era un roce y ninguno de los dos lo sentía físicamente.

Michael cerró el libro. Desde ese momento Arthur estuvo extraño y receloso sobre su diario, pidió a Michael no leerlo más y él obedeció. No era suyo así que debía respetarlo, se dijo.

Arthur dejó de comportarse extraño cuando Michael le pidió que le mostrara algo. Ese comportamiento era realmente inquietante, lo hizo sentir intimidado, tal vez esa faceta era la que hacía que los novios de Arthur lo dejaran. ¿Pero por qué se había comportado así con él de repente?

Arthur también podía crear cosas a partir de recuerdos. Podía crear sueños reales y cosas asombrosas.

Michael había bromeado sobre que si alguien lo molestaba o no le agradaba podría mandar a Arthur a que se metiera en su mente, a lo que él sonrió malvadamente.

Las cosas que ponía en la mente de Michael lo hacían sentir maravillado. Siempre le encantaron las cosas hermosas, y esas ilusiones lo eran, eran irreales, ilógicas pero verdaderas al final. Cuando le daba recuerdos era aún más irreal —lo que no lo hacía menos increíble—, sabía que no era él quien estaba realmente ahí, pero también era como si fuera un nuevo recuedo suyo. Lo era, indirectamente, nunca podría olvidarse de todas las cosas que Arthur le permitía descubrir.

Arthur le dio un recuedo, se veían como películas viejas en su mente, como las películas caseras que su madre guardaba en en ático. Era borroso y mudo. Parecía una feria o algo así, había puestos de comida y luces por todas partes, las personas vestían formalmente aunque estaban al aire libre y habían fuegos artificiales. Delante de él veía a Arthur, que siempre vestía y se peinaba bien. Eso lo hacía preguntarse qué lo había llevado a morir con la ropa gastada y sucia. Arthur no respondió cuando preguntó así que nunca preguntó de nuevo, estaba realmente receloso sobre los últimos meses de su vida.

A veces Arthur sí parecía el mismo de los recuerdos, sonriente y vivaz, otras veces se quedaba viendo seriamente a la nada. Cada vez que Michael y él hablaban parecía la persona encantadora y carismática que su diario mostraba.

Hablaba sobre esa feria en un pasaje de su diario. Era una especie de baile local ahí en la ciudad y él había ido con una de sus conquistas. Hablaba especialmente de ese muchacho en el libro. Había algunos otros, pero en verdad parecía obsesionado con eso, era quien lo había dejado. En el diario decía que fueron a un lugar alejado de todos, detrás de una valla de madera y se besaron ahí. No podían bailar juntos, obviamente.

Arthur tampoco mostraba muchas cosas en los recuerdos que le daba a Michael, solía sólo darle los paisajes, los colores y ciertas imágenes de él mismo, de Arthur viviendo su vida diaria. Debía ser libertador para Arthur darle esos recuerdos, no lo imaginaba compartiéndolos con alguien más. Tal vez era uno de esos espíritus que vagaban en la tierra porque aún tenían asuntos por resolver, tal vez sólo debía liberarse.

Era fácil para Michael considerar a Arthur uno más de sus amigos, uno más en su círculo social, en el cual solamente podía visualizar a Chris. Aún no sabía a ciencia cierta cómo debería sentirse con todo eso, era abrumador, así que solamente se acostumbró a Arthur, a tenerlo ahí y estar con él.

Cuando tenía un mal día o se sentía mal pedía a Arthur que le diera un recuerdo, muchas veces lo hacía sentir mejor. Él solía darle fuegos artificiales y diversión.

SE ACABÓ LO ABURRIDO MI GENTE A PARTIR DEL PRÓXIMO CAPÍTULO SE VIENE LO BUENO.

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Pétalos [gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora