La hora del almuerzo paso más rápido de lo que me habría gustado, la conversación que mantuvimos Kirishima y yo fue muy casual, lo tipico: películas favoritas, genero de música preferido, héroes increibles, los mejores ayudantes, los nuevos videojuegos... En la mayoría nuestros gustos eran similares, cosa que me alegraba de cierto modo.
Después de eso toco recibir aburridas clases otra vez, nunca fui muy bueno en la escuela, lo de estudiar no era lo mío. Pero si quería ser un héroe tenía que esforzarme en todos los sentidos.
Teniendo ese pensamiento decidí prestar atención; Pero... no entendía nada de lo que lo que Aizawa-sensei decía, no me sentía del todo mal, estaba más que seguro que había alguien más en mi condición.
Lo bueno de estar en una escuela de héroes es: que a parte de la teoría estaba la parte práctica lo cual era mucho más sencillo y divertido... o eso era lo que pensaba.
Los poderes de los chicos de la clase 1-A resultaron ser impresionantes, cada uno tenía su propia manera de hacer las cosas, aprovechando sus habilidades y tratando de hacer bien el ejercicio. Unos eran mucho más llamativos y otros como Midoriya con su apariencia tan sencilla, y resulta que fue uno de los mejores.
Cunado termino la parte practica todos estaban de acuerdo en que resulto ser más complicada de lo que esperábamos. Muchos de mis compañeros y yo quedamos totalmente derrotados ante el fuerte entrenamiento y ese chico con apariencia tan normal fue a parar a la enfermería.
La verdad que por una parte estaba feliz porque mis compañeros hablaban sobre lo ocurrido en esos primeros días y me incluían en esas conversaciones, estábamos más unidos ahora.
Otra parte buena era que los horarios estaban bien pensados: después de cada practica había un largo periodo de descanso para que pudieromos recuperarnos y tratar las heridas o lo dejaban para ultima hora y así poder ir a descansar a casa.
En esta ocasión tocaba ir a casa a tratar las pequeñas heridas.
Cuando salí de los vestidore la mayoría de los alumnos ya estaban de camino hacia la salida.
Yo también iba a ir a casa directamente hasta que recordé que había dejado el libro que debía terminar de leer para mañana.
Estaba oscureciendo así que corrí para poder llegar a casa pronto, cuando llegue a el aula estaba totalmente vacía, saque el libro de debajo de mi escritorio y cuando lo estaba metiendo en la mochila miré que un trozo de papel sobresalía de él:
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"Estuviste genial en el entrenamiento"
Mi corazón dejo de latir y el pecho me dolió...
Sabía perfectamente de quien era esa letra.
En el entrenamiento él fue uno de los mejores y me había dicho que si hacíamos un ejercicio en parejas trabajariamos junto y sé que mi cara se puso roja.
Al terminar la hora, recuerdo -a parte de estar cansado- sentir tristeza por no haber hecho equipo con él.
Y ahora las manos me temblaban y lo bueno era que mi corazón decidió funcionar otra vez, volvió a latir... pero con un ritmo más rápido que el normal, me preocupe, sabía que el corazón era autónomo pero el mío se estaba volviendo loco...
Releí la nota y pensé: Hay muchos mejores que yo.
Volví a leer y me di cuenta que esas palabras -a parte de casi matarme de un paro - me producían alegría.
{ Kirishima has escrito lo que necesitaba }
¿Estaba bien sentirse así por la nota de un...? ¿Amigo? ¿Kirishima ya me consideraba un amigo? Ni siquiera nos habíamos despedimos.
—¿Kaminari-Kun? —. Miré hacia la pueta y ahí estaba Midoriya con un brazo venado. —¿Estas bien? Te noto preocupado —.
—¿Pr-preocupado? —. Tartamudeé, y en una fracción de segundo reaccione y sonreí. —¡Aah! Bueno... es que no entiendo muy bien las partes teóricas y... bueno... estaba pensando en eso —.
— Ya veo... —. No parecía convencido. — Yo podría ayudarte con eso si quieres —.
La verdad es que Midoriya me impresionó mucho en el entrenamiento y una ayuda extra me vendría más que bien así que no me lo pensé dos veces.
— ¿De verdad? ¡perfecto!, entonces ya hablaremos para poder acordar una hora ¿si?
— Bien... Entonces nos vemos —.
Me despedí de él y salió del aula, yo también me dirigí a mi casa.
La cabeza no paraba de darme vueltas por la observación de Midoriya.
¿Estaba preocupado... por no ser amigo de Kirishima?
