No corras

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Las relaciones amorosas entre estudiantes estaban prohibidas, todos lo sabíamos.

Pero ¿y qué?

Cuando Kirishima me besaba a fuera de la academia, no podían decirnos nada, porque no les tendría que importar lo que hacíamos fuera del centro.

Y así era.

Pero la cosa cambiaba mucho cuando a Kirishima se le olvidaba en donde estábamos y quienes estaban cerca. Una vez me besó en medio de la ruidosa cafetería y durante esos tres pequeños segundos, todos se callaron.

Y el presidente estudiantil lo dejó pasar porque todos comenzaron a abuchearlo  cuando nos pidió que lo acompañaramos a dirección. Pura suerte.

Misma suerte cuando entró un alumno de otra clase al vestidor y vio como Kirishima acariciaba mi cintura mientras nos besábamos, no dijo nada a nadie porque "quería olvidar eso y seguir con su tranquila vida".

Todo es culpa de mi novio, porque suele  hacer todo lo que quiere sin importarle nada.

Cada vez que terminábamos el entrenamiento práctico y todos nos íbamos a cambiar en los vestidores, Kirishima comenzó a tardar más que el resto, haciendo que me quedara a esperalo...
Haciendo que nos quedáramos solos.

Él no puede esperar a salir, y yo tampoco. Y  lo que pasa cuando ninguno se resiste a hacer las cosas mal, pues que todo se cae.

- El castigo por exposición amorosa durante el cambio de clases es leve, así que no se preocupen -. Nos dijo un calmado Iida. - Los viernes tendrán clases extra en la biblioteca -.

Y me dieron ganas de llorar, porque las clases extra consistía en leer libros mientras la señora que supuestamente nos vigilaba, dormía como ogro en invierno.

- Roncaba como un oso -. Dijo Kirishima susurrando -. Me recuerda a ti -. Sonríe.

- ¿Eso fue una indirecta, Kiri? -. Suspiré aguantado la risa -. Porque déjame decirte que tu babeas mientras duermes -.

- Imposible, yo solo babeo cuando te miro -. Mis mejillas se tiñeron de rojo y golpee levemente su brazo.

- Babeas siempre, no mientas -. Le dije intentado susurrar, aunque era casi imposible porque los pequeñas palabras del pelirrojo siempre me alteraban.

- No miento -. Bajó el libro que fingía leer -. No lo puedo evitar -.

Me incliné un poco sobre la mesa para dejar un pequeño beso en sus labios. - Si no fueras mi novio, pensaría que eres un acosador -. Y Kirishima se rio muy fuerte.

Pero la señora seguía roncando como oso.

- Te invito a mi casa después de esto -. Dijo el pelirrojo. - Mi familia irá de viaje el fin de semana y pensé en que te gustaría estar conmigo desde hoy hasta el domingo -. Lo miré dudoso, había ido a sus casa muchas veces, había entrado en su habitación y habíamos dormido juntos alguna siesta, pero los padres de Kisrishima siempre estaban por la casa.

- No lo sé, tu madre podría sospechar -. Él me sujetó la mano, como siempre hacía cuando miraba que estaba inseguro. - Una cosa es dormir una hora en tu habitación y otra muy diferente es tener la casa totalmente para nosotros -.

- Denki... -. Susurró mientras dejaba un pequeño beso en mi frente. - La verdad es que sabía que dirías eso, solo te pregunté porque te quiero -. Me sentí mal porque yo solo estaba intentando no correr, ir lento. - No tenía pensado preguntarte -.

- Bien, entonces iré directamente a casa -. Su sonrisa no me estaba gustando, ¿qué le hacía gracia?, no me gustaba la idea de que supiera lo que pasaba por mi cabeza. - Si sabías mi respuesta, entonces no tiene sentido que me mencionaras lo del viaje, ahora siento que siempre te rechazo y no es así -.

- Kaminari, no estás entendiendo cariño -. Suspiró ondo para luego soltar el aire -. Te estoy secuestrando -. Me besó y siguió fingiendo leer. - está todo planeado, vendrás conmigo -.

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