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James dejó atrás el resentimiento de culpa, y por un lado, ya no sentía tanto peso sobre sus hombros. Había sido honesto, y ahora todos sabían que la verdadera razón de la muerte de Jim, semanas atrás, se debió al disparo que él efectuó para detener a Ben. Una jugada muy sucia por parte de él, por cierto. Sin embargo, ahora cargaba con la tristeza de haber escuchado a Luna decir esas palabras. ¿Volvería a verla? No lo sabía. Ni siquiera sabía si lograrían sobrevivir al asalto final.

—Aquí estamos —dijo Aurora.

Habían llegado a la playa. Por un momento, James se distrajo ante la situación, e ignoró el hecho de que estaban en la misma playa donde, semanas atrás, habían escuchado la voz de Ben entre los arbustos, y Dylan tuvo que salvarle el cuello al Pasajero por las grandes olas que embestían sus arenas. El submarino debería estar cerca.

—¡Qué gusto que se hayan tenido la molestia de pasar a visitarnos! —Dylan salía entre la maleza, seguido por Bill.

—¿Cuál es el plan? —mientras más distraído estuviese, mejor resultarían las cosas y James no pensaría en su hermana.

—Thiago debe seguir enfadado con nosotros, por haberle partido la nariz aquél día. Supongo que entraremos a la fuerza —explicó Dylan—. Su submarino sigue debajo del agua, lo que quisiera saber es...

Un disparo quebró el aire, y todos se tumbaron al suelo, buscando el lugar de donde provenía. No pareció muy lejano. Quizás cien metros.

—Los hombres de Patrick —soltó Dianne.

—Hablando de él —se bufó Bill—. Está con nosotros.

—¿QUÉ? —soltó Allori, mirándolo—. ¿Mi hermano está con...?

—En realidad está con Liam y Selina —intervino Dylan, levantándose con sumo cuidado y mirando hacia la jungla con atención—. Hemos estado hablando con él. Está de nuestro bando ahora.

—No sé porque no lo creo —murmuró Max—. ¿Podemos... ya saben, hacer lo que tenemos que hacer?

—¡AHÍ ESTÁN!

Una gran ráfaga de balas golpeó parte de la playa, levantando grandes capas de polvo, y obligando de nueva cuenta al grupo a tirarse al suelo.

—¡Tenemos que apresurarnos!

—Vayan ustedes —Bill se levantó y comenzó a correr hacia la jungla.

Era entendible aquél movimiento. Bill no formaba parte de ninguna línea dimensional. El Triángulo los había sacado a Owen y a él, por ende, podrían no sufrir daños físicos por armas comunes.

—Suban al submarino —terció Aurora, mientras Bill comenzaba a enfrentarse a los hombres de Ben—. ¡RÁPIDO!

Dylan y Max asintieron, y mientras se movían a toda velocidad, junto con Han, a las aguas, James miró a Dianne.

—Ve con ellos, los apoyaré desde aquí —dijo.

James se quitó la mochila de la espalda, y se la tendió. En su interior tenía algunas pistolas, que le había dado Chase, así como granadas de portal y algunos cartuchos llenos.

—No vayas a fallar.

Se levantó, le dio un beso en la frente, y se dio la vuelta con rapidez. Al momento de correr, sintió las olas de agua helada golpeando su cuerpo, y segundos después, se sumergió justo por donde había visto por última vez a Han.

Al momento de abrir los ojos bajo el agua, pudo visualizar el submarino, y los cuerpos moviéndose de sus amigos, que no le llevaban tanta ventaja como había creído. En cuanto llegaron al caso, Han y él se encargaron de abrir una de sus compuertas para entrar en el interior. Se trataba de una cámara donde el agua se filtraría una vez que cerraran la trampilla y presionaran el botón correspondiente. Todo ello les llevó quince segundos más, y Max soltó un quejido al momento de inhalar de nuevo.

Paralelo [Pasajeros #4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora