Capítulo 14.

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A unos metros de distancia.

Esto de estar sentado todo el tiempo y con el portátil entre las piernas sí que de verdad cansa, eso es lo que Luca piensa al momento que deja de escribir.

Teclea un par de palabras más y el poema "¿Para qué decir adiós?" está terminado. Pensaba que jamás terminaría. La noche tiene algo que vuelve más sensibles a las personas y eso también ha ayudado para que se inspire y pueda acabarlo.

Relee una vez más lo que ha escrito para verificar que no se ha equivocado en nada "Ya no te diré adiós más bien un hasta luego porque de una u otra forma nos volveremos a ver. Ya no hay rencores ni tampoco tristezas y mucho menos culpables de lo que ocurrió entre nosotros". 

El cielo nublado prometía una ligera llovizna, pero con el paso de las horas ha ido despejándose y los nubarrones han desaparecido casi todas.

Comprueba la hora, ha pasado mucho tiempo desde que ha llegado al parque. Deberá regresar pronto a casa para no preocupar a sus abuelos.

Toma su ordenador portátil, se levanta de la banca y cambia de locación ya que un grupo que libaban desde hace rato están más cerca de él.

Hay un par de tipos que apenas conoce y del resto ni se entera de quiénes puedan ser, no parecen ser del sector donde él reside.

De aquellas dos personas casi conocidas sabe ciertas cosas que don Paco y su esposa le contó la primera vez que llegó y la verdad es que no es nada bueno de lo que hablan de ellos.

No le toma tanta importancia ya que él no suele juntarse con ese tipo de personas, mejor dicho no se junta con nadie. Apenas tiene un par de amigos que conoció en sus pocos días de estadía en Francia por vacaciones y con quienes trata solo por redes sociales, del resto que conoció en España ya poco o nada sabe de ellos y de sus vidas. Desde que se fue a vivir a Ecuador perdió el contacto con casi todos sus amigos.

El lugar que entre semana suele estar desolado ahora hay una gran aglomeración de gente rondando por ahí.

Un grupo conformado por chicos y chicas pasan por delante de Luca. Una de ellas lo mira extrañada. Es Sara Villalba.

Deja que el grupo avance y se aparta de ellos.

-¡Niño nuevo!- grita y se acerca la recién llegada.

Este ni siquiera se inmuta de su presencia, tiene los auriculares puestos, la música en alto volumen y con la mirada fija en su ordenador.

Sara se acerca aún más a él y de un jalón le arrebata los auriculares que lleva puesto. Luca levanta la mirada y la observa.

-Hola, ¿nos conocemos?-pregunta con la mirada fija y el ceño fruncido.

-La verdad es que yo a ti te he visto un par de veces y te conozco por un amigo tuyo, Julián.-comenta.

-Sí, es mi mejor amigo. Así que usted también lo conoce.-dice con asombro y se levanta.

-Apenas vamos conociéndonos, así como Julián tú también eres un chico de nuevo ingreso y no ha tratado con muchas personas a parte de mí.

-Él lleva asistiendo a clases desde esta semana y yo voy desde que empezó hace dos semanas.- aclara Luca.

-Perdona por cambiar de tema pero, ¿qué hace un chico como tú fuera de casa a estas horas de la noche?-pregunta Sara mirándolo de pies a cabeza.

-¿Alguien como yo? ¿A qué se refiere?- cuestiona.

-Un chico como tú debería de estar en casa estudiando, jugando ajedrez o sudoku, llenando crucigramas o resolviendo problemas de matemáticas y esas cosas que hacen ustedes los nerds.-sugiere burlona.

-¿Me considera un nerd solo por pasar horas en el ordenador? ¿Qué cree que hago tan enganchado al portátil que cuando usted se puso en mi frente ni siquiera me di cuenta?-interroga bufando el chico nuevo.

-Para, para cerebrito que con tantas preguntas me hago un embrollo y me pierdo.-exclama aturdida, Sara.

-Si usted me considera un nerd, cerebrito o como quiera llamarme pues dejémoslo ahí. No hay necesidad de discutir con personas así de ignorantes.-Contesta enfadado.

Esta sin saber cómo defenderse opta por callarse, le entrega los auriculares y se aleja corriendo de ahí hasta el lugar en donde su grupo la espera.

-¿Por qué te has quedado hablando con ese tipo? ¿No decías que cae mal? Contigo ya nada se sabe, dices una cosa y haces otra.-gesticula aquel larguirucho a la recién llegada.

¿Tú también me vienes con interrogantes? No eres nadie para decirme qué es lo que tengo o no que hacer, es mi vida.-responde efusiva.

Una tercera persona intercede en la gresca.

-¡Basta ya, chicos! No se peleen que tenemos cosas por hacer y ustedes aquí perdiendo el tiempo discutiendo de algo que no tiene importancia.-exclama el joven.

-Tienes mucha razón Aarón, nada de esto tiene importancia alguna así que vayamos a donde hemos quedado antes que se nos haga más tarde.-comenta-Vamos antes de que me arrepienta y termine por irme a casa.

-Solo preguntaba el por qué ya que muchas veces cuando lo vemos en el instituto dices que te cae fatal. Si te ha molestado mi pregunta pues pido disculpas, eso no era mi intención.-dice Mateo.

-Déjalo así, ya pasó. No te preocupes y anda que no llegaremos a tiempo.

-¡Sí, vamos o nos quedaros sin pizza y coca cola!-gritan al unísonos sus amigos.

Aquel grupo emprende nuevamente la marcha. Sara deja que ellos continúen y echa la mirada hacia atrás. Sigue ahí en ese mismo lugar en donde suele sentarse muy a menudo desde que él vino a vivir a ese sector.

Ha comenzado a teclear en su ordenador. ¿Qué es lo que hace tan enganchado a ese aparato?

Se ha colocado los auriculares y tararea una canción, lo sabe por la forma en que mueve los labios.

Luca no es un chico muy atractivo tampoco es de su tipo, pero hay algo en él que a Sara le gusta y la vuelve loca cada vez que lo ve.


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⏰ Última actualización: Oct 02, 2017 ⏰

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