VIII

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"Te has dado cuenta, las leyendas de chicos que mantienen en tranquilidad sus facciones son ciertas,

Observas a ese chico mirando su reflejo en el lago congelado,

Con su cabello desordenado por el viento se ve bien,

Lo inexpresivo en su rostro, refleja silencio. "

CAPÍTULO VIII

Quisiera no sentir, quisiera no tener este sentimiento de dolor, quisiera que la tristeza no fuera creciente.

Mis manos ahora son puños que ejercen tal fuerza, cierro los ojos y trato de resistir esto que siento.

El sonido de la alarma de mi teléfono interrumpe este momento de confusión. Falta una hora para entrar al instituto.

No sería bueno ir a la casa de los abuelos, aunque es una suerte que no estén, dado que si lo estuvieran ya me habrían marcado bastantes veces preguntándome en dónde estoy.

Tampoco me sentiría bien al usar el baño de la casa de Rubí, de hecho cada vez me siento peor al estar aquí, y al no saber adónde fue.

Adiós. Esa última palabra de la carta que dejó fue el detonante de esto que trato de apaciguar. Sin embargo, me lastima, me causa dolor.

Ahora entiendo la razón por la que Tyler me pidió mi libreta de poemas y del porqué me pidió que le hiciera más poemas... Quería impresionar a Rubí... Ella pensó que Tyler era un poeta, pero al final se dió cuenta de lo que ocurría y se sintió mal consigo misma.

Quisiera pedirle una disculpa a Rubí, quisiera hacerle sentir bien, pero no sé en dónde se encuentra y eso solo me hace sentir alguien miserable.

Por primera vez en mucho tiempo, he demostrado cariño, me permití expresarlo ante ella, y sólo ocasioné que se alejara.

No causo más que dolor al tratar de expresar amor.

Recojo mi mochila del suelo y me acomodo la sudadera de color azul oscuro... Me quedo quieto al ver mi libreta en la pequeña mesa.

Rubí leyó mis poemas, conoció una parte de mí y se marchó.

Esto es lo que sucede cuando comparto un poco de mi, nada más que decepción y alejamiento.

Tomo la libreta, la sujeto bien con mi mano izquierda mientras abro la puerta de entrada.

Así que esto es lo que se siente cuando es amor no correspondido.

Así que esto es lo que se siente cuando hay una decepción amorosa.

Duele sentir esto, duele que haya dolor en mi corazón, acompañándome en cada paso que doy por el bosque.

Cierro los ojos fuertemente al sentir la hoja de papel de la carta de Rubí, por alguna razón decidí traerla. Tal vez por el claro recordatorio de lo que sucede cuando expreso mis sentimientos, cuando expreso mi cariño defectuoso; nada más que decepción y confusión, perdición y dolor.

Esta vez miro el nublado cielo de una manera distinta; las tonalidades grises nunca fueron más sombrías. Las estrellas nunca fueron más ausentes y el viento nunca fue más intenso... Vaya representación de lo que estoy sintiendo.

Evan Woods.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora