Rock Meets World.

Venganza.

Pov Narrador:

Era el décimo día de clases tras las vacaciones de navidad en el John Quincy Adams que, para desdicha de los profesores, ya había recuperado su molesto ajetreo habitual, y que, como en las peores pesadillas de medio alumnado, los estudiantes ya habían tenido que abrir los libros de texto y que entregar sus deberes pendientes.

Las animadoras habían ocupado, encantadas, su parte del polideportivo y, como de costumbre, invadido los vestuarios femeninos. Sus retomados y frecuentes ensayos se enfocaban en el próximo partido y en sus reuniones extraescolares la conversación giraba en torno a la eterna disputa de quién sería la nueva capitana y quiénes serían las favoritas en las pruebas que hacían en febrero.

Los miembros del equipo de baloncesto habían retomado los entrenamientos, a excepción de Lucas que seguía estando excluido, algunos se encontraban bastante enfadados y divididos ante las decisiones que tomaba el nuevo entrenador y otros se dedicaban a hacerle la pelota buscando que fuese más suave con ellos o, simplemente, tener más protagonismo en los partidos.

La mayoría de alumnos habían vuelto a su rutina usual y repetitiva, sin sobresaltos ni movimientos inesperados, sin embargo, la normalidad no era un factor muy común para todos en el instituto.

Algo en la vida de Riley había cambiado, y no era el hecho de que se estuviese viendo a escondidas con Farkle, se trataba de algo aún más profundo, de sus ambiciones ocultas, de sus sueños secretos y reprimidos, de las que ella pensaba que siempre serían sus prioridades, y ese algo la había impulsado a pintar como lo hacía anteriormente.

A Farkle le parecía estar viviendo tres vidas en una sola, una de ellas era cuando pasaba tiempo con Riley y se sentía el chico más feliz y afortunado de todo el planeta, otra era cuando le tocaba lidiar con los problemas que estaba afrontando Rock Meets World y con la constante ausencia de Maya, y la última era de la única que no lograba deshacerse y se llamaba Esther.

Lucas estaba volviendo a ser ese chico que todos querían y Maya odiaba, a penas salía de su casa y cuando lo hacía era para asistir a fiestas, su relación con Lindsay se balanceaba en la cuerda floja y sus amistades más cercanas comenzaban a tildarle de amargado por haber dejado de sonreír, solía espiar a Luke y Maya y maldecirlos con toda su rabia.

Maya estaba más ocupada que nunca y había decidido tomarse un tiempo apartada de Rock Meets World, Farkle no entendió ni aceptó su decisión pero no le quedó otra que dejarla marchar. Gracias a Luke, había empezado a trabajar de camarera en el mismo local donde antes tocaba y a menudo hacía tareas extra como montar y desmontar el equipo de música o afinar y limpiar los instrumentos, aprovechando levemente su enorme talento.

Pov Maya:

Los días posteriores a las vacaciones habían sido una completa locura por dos motivos; el primero que mi amistad con Lucas había caducado, y el segundo, que algún tonto había subido un vídeo, donde aparecíamos Lucas y yo besándonos en la fiesta de año nuevo, a sus redes sociales y ya tenía más de veinte mil reproducciones.

Incluso en el instituto, en el tablón de anuncios, colgaron una fotografía impresa del beso y debajo un breve mensaje: ¿Quién será la pareja misteriosa? Y lo peor no era el mensaje en sí, si no quién lo había escrito, la bruja de Makeena.

¿Desde cuándo a esa cerebro fundido le interesaba redactar artículos o el periódico del instituto?

Hablando de otras tragedias, mi madre tuvo una pequeña recaída y la ingresaron en el hospital durante unos días, Luke insistió en quedarse conmigo en casa pero le dije que estaría mejor sola y era verdad, necesitaba intimidad para compadecerme de mi misma. Me preocupaba que adelantasen el asunto de la rehabilitación, ya que el trabajo de Lizzie parecía no estar teniendo efecto sobre Kate.