Guerra

371 34 6
                                    

Corrí a la casa, no sin antes decirles a Cameron y Shawn que vigilarán la entrada, cuando abrí la puerta, me encontré con la peor imagen de mi vida, Miguel se estaba poniendo la ropa y Joey parecía muerto.

-honestamente pensé que no lo podría disfrutar pero llegaste tarde padre, ¿hace cuando no tenía sexo?, estaba tan deliciosamente apretado, no te preocupes está bien, solo está cansando por tantos orgamos- mi bebé, me acerqué a él, y vi el desastre de la cama, como olía a sexo toda la habitación, me daba asco a mi mismo, por no llegar a tiempo, tome su pulso y estaba bien, tenía razón solo estaba agitado.

-¡eres un hijo de puta!- con una mano lo aventé y este rompió la pared de la habitación, para caer fuera de esta.

-hey tranquilo, hice un trato con el pequeño, todo esta olvidado, solo vámonos de aquí y a olvidar todo- maldito hijo de perra, si piensa que esto se va a quedar así esta muy equivocado.

-¡nadie le dice pequeño más que yo!- le lance una bola de fuego que le atrapo, y luego me la regreso, intente detenerla pero era demasiado fuerte.

-está me cuerda a algo, solo que con un diferente escenario, ¿acaso de acuerdas de Sophia?, ¡acaso te cuerdas te el por que comenzó esta pelea!- hace tanto tiempo que no oía de ella, mi moría de ella era casi nula, de hecho ene el viaje que hice con Joey solo pareció unos segundos.

-¡eso es muy distinto!, ¡ella quiso hacerlo conmigo!, ¡te mintió diciendo que la viole!, ¡solo lo hizo porque yo no quería una relación seria!, ¡aparte de mi hijo!, ¡era mi mejor amigo!, ¡nunca te haría algo así!, ¡yo no había que la amabas!- el pareció pensarlo un momento, pero luego sentí como alguien encajaba una espada en mi corazón.

-no te creo padre pero yo no volveré, ahora estamos a mano quieras o no, agradécele a tu pequeño, por qué si no ahora estuvieras muerto- en un chasquido el desapareció, saqué la daga de mi espalda, para que mi curación sucediera.

-¿lo mataste?- yo negué, volví a donde estaba Joey y lo cargué, como me perdonaría esto, le fallé.

Chasquee los dedos y todos aparecimos en la casa, deje a mi bebé en la cama, y me quede ahí esperando a que despertara.

Pasaron horas hasta que hizo un movimiento, me acoste a su lado inmediatamente, el me miro y empezó a llorar.

-lo siento Tayler, era la única forma de que no te matara, si no me quieres ver lo entenderé, te fui infiel otra vez- maldito Niño, yo cargue y bese toda su cara.

-tu no hiciste nada malo, eres un héroe, me salvaste hermoso- este siguió llorando por un tiempo, si algún día veo a Miguel lo mataré, y esta vez no fallare.

-Tayler, haz me el amor ahorita, quiero que quites sus caricias de mi cuerpo- queria negarme, el no estaba listo para esto pero a verlo llorando, no pude evitar asentir, lo bese lento, cambiando de posición ahora el estaba bajo de mi.

-está será la primera de muchas veces que hagamos el amor bebé- y lo bese.

-9 meses después-

Todo a sido un desastre Joey está muriendo, su estómago está inflado, pues resulta ser que quedó embarazado, el problema es que no sabemos quien es el padre, aunque sabemos que son dos bebes, uno más grande que otro, y ellos se alimentan de la energía de mi bebé, como de su sangre, el doctor a dicho que si el embarazo de extiende más es probable que no sobreviva al parto.

-¡Tayler!- escuche el grito de Joey, salí de mi oficina corriendo, para subir rápidamente las escaleras, cuando entre este tenía una cara de miedo.

-los bebes quieren salir ahora- Chasquee los dedos y el doctor estaba aquí, el sabía que hacer hace mucho venía a ver a Joey, no dijo nada solo saco un bisturí de su maleta, no podría hacerlo así, le dolería a mi pequeño.

-anestesia- dije antes de que cortara la piel de mi bebé.

-no sabemos cómo tomarán, eso el gemelo más grande puede ser que lo tome como amenaza, solo agárrele la mano, esto será difícil- me acerqué rápidamente y lo abracé por lo hombros.

Vi como el doctor aceraba el bisturí a estómago de Joey y lo abría Joey pego un grito que hizo que mi corazón se rompiera, este tomo mi mano apretando tan fuerte que casi rompe mis dedos, como odiaba a esos niños por hacerlo sufrir, en unos pocos segundo el doctor había sacado al bebé más grande, era un bebé de pelo cafe igual que yo pero piel blanca salpicada con lunares como
mi bebé, se veía tan inocente, sonreí esos eran mis bebes, eran idénticos a mi el doctor, lo paso a mis brazos y yo le sonreí a Joey.

-deja al bebé ahí, aquí viene el segundo- como dijo deje al bebé un momento en la cuna, para ir corriendo y agarrar la mano de mi otro bebé, este segundo niño, estabas flaquito, casi no se oía su llanto, el doctor me lo pasó y este apenas y abrió los ojos, lo puse a lado del otro gemelo y eran exactamente iguales, los mismos lunares, la misma piel y el mismo cabello, solo que uno estaba mucho más grande que el otro.

-vine por lo que es mío- Miguel apareció de la nada, estaba enfrente de nosotros solamente con un tapa rabos, maldito, como le gustaba presumir su cuerpo.

-no se cual es mi hijo- este se acercó y ambos bebés accionaron a su presencia levantando las manos.

-ambos lo son pero ambos no lo son- tomo al más grande de los dos y este le pego a el cachete, ese si era mi hijo.

-parece ser que si es mi hijo- me empece a reír y este solo me miro serio, voltee
y Joey estaba sin entender nada, la herida de si estómago había desaparecido al igual que el doctor.

-papa dijo que lo único que lo diferencia es si alma, uno tiene más potencial para el mal o otro para el bien, me dijo que aunque te fuera a dejar al malo, con un poco de cuidado su destino podía ser muy diferente- asentí y tomé al segundo bebé, el cual me sonrió.

-me encargaré de que tú no seas, malvado-

-5 años después-

-papi- quite de mi vista el periódico que estaba leyendo y mire a Leo, maldito Niño.

-Dios cuantas veces te he dicho que no juegues en el lodo- este hizo un puchero, y aunque no quería el enojo se me pasó.

-amor El Niño jugó en el lodo de nuevo- Joey bajo las escaleras y yo le sonreí había cambiado, mucho ya no era mi pequeño, había crecido mucho solo habían 5 cm de diferencia entre los dos, lo
único bueno es que acababa de cumplir los 20, así que ya ni crecería.

-¡leo!, ¡¿cuantas veces te hemos dicho que no juegues en el lodo?!- si, Joey era el que regañaba a Leo, yo simplemente no podía era muy parecidos a Joey, la única cosa que lo diferenciaba eran sus ojos, uno era azul como Miguel y el otro era gris, como el mío antes de dejar de ser un ángel.

-lo siento papa- este lo cargo y empezó a regañarlo todo el el camino hacia el baño, solo sonreí como lo amaba.

-2 horas después-

-Leo el es Luciel tu hermano- Joey estaba sonriendo Miguel había bajado, solo para que Luciel conociera a Leo y al revés, los chicos seguía siendo iguales Leo había ganado peso y también altura, no había diferencias, ambos eran del mismo tamaño, cabello café, ojo azul y el toro gris, lunares todos en el mismo lugar, eran la viva imagen de Joey.

-Luciel, soy papá- se acercó lentamente Joey, este sonrío y lo abrazo, me acerqué a el y también lo abrace no lo habíamos visto en tanto tiempo, era la primera vez que bajaba Miguel en 5 años.

-ven acá Leo- dijo Joey este corrió y nos abrazo, por fin tenía a mi familia completa, aunque no estoy seguro de cuanto vaya a durar.

-los queremos- dije, Miguel se acerco a nosotros sonriendo.

-¿quien eres abrazar a Miguel?- dijo ambos gemelos se separaron de nosotros y fueron a abrazarlo, este dio vueltas y escuché la risa de ambos niños, sonreí, hasta que terminó de dar vueltas, por que me di cuenta que ambos niños lo miraban con amor, esto debe de ser una jodida broma.

¿Fin? No lo sé puede ser que haya segunda parte de los gemelos ¿quieren?

El Rey del Infierno (Jayler)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora