Jelouuuu😂.
Volví, lo siento, no ando demasiada imaginación y ando de viaje😂. Así que ahí les va, esperó sus opiniones.No pude mas y me lancé a sus brazos ¡Por Dios! ¡Lo hice! Y claro, me moría de ganas así como también me muero de miedo, pero lo quiero, como lo quiero, mas de lo que puedan imaginar. Se siente tan bien estar entre sus brazos. Abro mis labios para darle entrada a su curiosa lengua que recorre cada rincón de mi boca ¡Dios! Se siente tan bien. Cuelgo mis brazos de su cuello y despeino su cabello. Si, tengo miedo de lo que puedan pueda pasar pero ¿Ya que? No me voy a negar esta nueva oportunidad que la vida me esta dando.
Héctor se separa dando cortos besos a Cristina y con la respiración agitada de ambos.
- ¿Eso es un si? Acariciando su labio inferior con el pulgar. Cristina se deja llevar por la caricia cerrando sus ojos y entre abriendo sus labios.
- Dime, por favor, dime que si. Casi en un susurro.
- Ah. Héctor, no.. No lo sé.
- Lo deseas tanto como yo pequeña. Sabes que no solo te amo, sino que también me vuelves loco.
- Por favor, Héctor.
- Por favor ¿Qué pequeña? Dijo posando sus labios en su cuello mientras echaba su cabello a un lado para tener mejor acceso.
- Hec... Héctor.
- Dime que quieres amor.Cristina no podía ni siquiera coordinar una oración, se encontraba en una especie de nebulosa que solo él podía provocar. Sentía como un fuego liquido corría entre sus piernas, se sujetó fuerte de sus hombros ya que no podía sostenerse, todo era demasiado.
Héctor tiro del chaleco de Cristina y lo tiro al suelo, fue bajando por su cuello, quitando del ojal cada botón de su camisa, dejándola en un sostén negro de encaje. Llegó al valle de sus pechos y se alejó solo para poder admirar a la maravillosa mujer que tenía en frente y que en pocos momentos sería solo suya, completamente suya.- Eres demasiado perfecta pequeña. Dijo besando uno de sus senos por encima del sostén.
- Ahh.. Dios, Héctor.
- Dime que quieres que te haga pequeña. Dímelo.
- Lo que tú quieras..
- ¿Estas segura? Dijo quitando con rapidez su sostén y metiendo uno de sus senos a la boca, succionándolo cual bebé hambriento. Dios, sabes tan bien mi amor, mejor de lo que imagine.
- Héctor, por favor. Dijo apretándolo fuertemente para que siguiera su deliciosa labor.Héctor tomo a Cristina de las caderas haciéndola sentir su poderosa erección. Cristina gimió por el sorpresivo movimiento, acerco sus manos a la camisa de Héctor y se la quito con desesperación arrancando algunos botones a su paso.
Héctor le tomo las piernas haciendo que las enroscara en su cadera y la pegó a la pared mas cercana al tiempo que su mano bajaba a desabrochar su pantalón.- Héctor.
- Dime amor ¿Te gusta? Dijo contra su boca, posando una de sus manos en su feminidad moviendo frenéticamente sus dedos en ese su ya hinchado botón.
- Ahh, Dios, no pares, por favor no lo hagas. Dijo desesperada moviendo sus caderas contra su mano, buscando el final de esa montaña rusa.
- No Pequeña, jamás lo haría. Cristina dio un gritito de excitación al sentir un dedo entrando en su cueva húmeda y estrecha. Estas tan mojada amor, tan deliciosa.
- ¡Héctor! Dijo sintiendo los primeros espasmos del orgasmo y dando pequeños saltos contra esa mano que la estaba volviendo loca, hace tantos años que no sentía tal placer.
- Vamos amor, correte, vente para mi.
- ¡Ah! ¡Dios, si! Dijo ella corriéndose solo para y por él. Aun no se recuperaba pero quería mas, necesitaba mas de él. Te necesito Héctor, no sabes cuanto. Dijo desabrochando su cinturón y bajando su cremallera para luego liberar su miembro que estaba a punto de explotar. Cristina, lo tomo y empezó a darle placer, quería resarcirle lo que anteriormente él había hecho.
- Pequeña, no voy a poder aguantar por mucho tiempo si sigues así. Dijo retirándole la mano y sacándose completamente los pantalones para luego seguir con los de ella.Cristina seguía parada aun contra la pared, ahora desnuda y siendo admirada por él, que excitada, que deseada se sentía. Héctor se acerco a ella, también desnudo para tomarla en un beso arrasador, de esos que te dejan sin aliento pero también te dejan con ganas de más. Alzo una de sus piernas para colgarla en su cintura y la penetró lentamente. Para Cristina que exquisito era sentir cada centímetro de él, entrando en ella, duro y palpitante.
- ¡Ah! Mejor de lo que imagine. Dijo él cuando toco fondo.
- Muevete. Le ordenó ella. No lo tuvo que pedir dos veces, él empezó con embestidas suaves, una dulce tortura. Pasaron minutos, horas, no supo cuanto pero ella quería mas. Mas rápido, por favor, mas.
- ¿Así? Dijo él acelerando sus embestidas en busca de la cima del placer.
- Si.. Ah, así, sigue. Dos, tres, siete, veinte embestidas mas y llegaron juntos a un orgasmo como pocos en la vida.
- Dios, Dios ¡si! Fue lo único que pudo decir ella, seguida por un gruñido desde el fondo de la garganta por parte de él. Esa habitación olía a sexo, lujuria y ¿Amor? No fue en una habitación rodeada por velas, no fue premeditado. Fue algo natural, en un living ¡Un living, por Dios! Pero nada importaba, solo ellos dos y ese momento. Sudados, todavía unidos íntimamente, sus frentes pegadas y mirándose profundamente a los ojos como queriendo descifrar su alma y no queriendo romper la magia de ese momento. Habían estado juntos por primera vez y había sido maravilloso, único y sensual. No había tiempo para arrepentimientos, eran ellos dos en su universo. Pero como dice el dicho, no todo es color de rosa, un insistente sonido que provenía de la puerta los saco de su ensimismamiento.- No abras amor.
- Puede ser importante, Héctor, por favor, dejame abrir.
- Esta bien pero me las pagaras. Dijo sonriendo, cuidadosamente salió de ella. Cristina le dedico una mirada sensual y fue en busca de unas batas que cubrieran su desnudez mientras el recogía la ropa de ambos. Ya con las batas puestas, el se quedo en el living y ella fue a abrir. Al ver quien estaba en la puerta, se le heló la sangre.- Que ¿Que haces tu aquí?
- Puedo pasar. Dijo sin esperar respuesta y viendo con odio a Héctor.
- Ale.. Alessandra ¿ Que demonios haces tu aquí?
- A ver como te revuelcas con esta zorra en una habitación y me tienes a mi esperando en otra.¡Oh Jesucristo redentor😂! ¿Qué pasará ahora? ¿Les gusto la primera noche? Vuelvo pronto, las amo. Gracias por todo!
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Una oportunidad para el Amor♥.
FanficTe has preguntado ¿Que habría pasado si Cristina aún a pesar de los años hubiera aceptado aquel boleto que Héctor le ofreció? ¿Si? ¿Te gustaría descubrirlo?