Capítulo 4: Remordimientos

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Llego la hora del desayuno y los chicos tenían que disimular estar frescos a pesar de tener resaca, Nevra bebía un líquido rojo en una copa y no era precisamente vino, mientras que Ezarel comía unas suculentas tostadas con miel mientras que sostenía una bolsa con hielo sobre su mejilla, según él porque se cayó de cara al suelo.

-¿Seguro que no quieres ver a alguien? Ese golpe parece bastante serio - Nevra le señaló a la fea marca de una mano en la mejilla del elfo.

-No deseo agregar golpe a la colección - contestó Ezarel quejándose del dolor de aquel golpe que Eweleïn le dio.

-¿Y Erika? - Se percató de que desde hace varios días la guardiana no había dado señales de vida por la guardia.

-Creó que murió - bromeó como de costumbre.

-No es gracioso, además yo que tú no andaría tan tranquilo paseando por la guardia hoy, escuche por allí que cierta elfa quería darle la paliza de su vida a cierto elfo que estoy viendo - dijo de forma burlona.

-Me da igual, no le temo ni a los perros negros, menos miedo le tendré a esa mujer - contestó Ezarel con fastidio.

-Que bueno que lo dices, porque está entrando justo ahora - Dijo mientras oía los pasos acercándose y los murmullos de una mujer.

-Te dejo Nevra - se levantó un poco rápido de la silla y aunque intentará disimularlo, su lenguaje corporal indicaba que estaba entrando en pánico.

-¿Qué? ¿Ya te dio miedo? - Nevra miró a su compañero con gracia.

-¿miedo, yo? No, es sólo que recordé que Miiko me pidió que fuera a verla - miró con ansiedad a todas partes buscando otra salida.

-Si no tienes miedo, explicame porque estás en posición de defensa y llevas esa silla de escudo - señaló el muy obvio pánico que sentía.

-¿Qué no es obvio? Esta silla es una verdadera obra de arte y... Me gusta, ¡deja de meterte en mis asuntos!- Y sé fue rápidamente de allí antes de que Eweleïn notará su presencia.

Después del desayuno Nevra no volvió a saber nada de Ezarel, no estaba en el laboratorio y su habitación estaba cerrada bajo llave, lo que parecía indicar que finalmente él elfo decidió no dar la cara por ahora.

-Y él pervertido soy yo, aunque ellos no lo saben yo fui verdadera víctima aquí, sus malditos gemidos a mitad de la noche eran una verdadera tortura para mis sensibles oídos - recordó aquellas noches en que a esos dos les ganaba la calentura, y no lo dejaban dormir por la cantidad de ruido que hacían.

Pero pasado a cosas más importantes, tenía que averiguar quien era el bastardo que se atrevió a tocarlo.

En otro lugar

Leiftan paseaba por la guardia con la esperanza de poder olvidar por un momento lo de aquella vez, pero sin éxito, no podía sacar la imagen de Nevra completamente a su merced tan fácilmente.
Admitía que en el fondo fue increíble pero su moral lo estaba torturando, lo que hizo estuvo muy mal y se sentía terrible por eso, debía decírselo a alguien o enloqueceria muy pronto.

-Erika... - Por suerte la guardiana paso frente a él, ella parecía un poco agotada y pudo deducir fácilmente porque.

-Leiftan... ¿Sucede algo? Te ves terrible - la chica se detuvo al ver a su amigo bastante decaído y no podía dejarlo pasar por alto.

-Necesito hablar con alguien sobre algo muy... Delicado - dijo el rubio un poco incómodo.

-Por supuesto, tú siempre me has apoyado y ayudado desde que llegué a Eldarya, supongo que ya es momento de devolverte el favor - con estas palabras tranquilizó un poco al chico.

-Gracias... - Contestó.

Tuvieron que ir al lugar más privado que encontraron en ese momento, en la fuente de música, una vez allí Leiftan confesó todo lo que pasó la noche anterior, su momento de debilidad y lo mal que se sentía al respecto.

-Éso fue lo que pasó - terminó de contar y bajo la mirada expresando tristeza.

-Esto es... Jamás lo hubiera imaginado de ti, es decir, lo hubiera comprendido si los papeles se hubieran invertido ya que conozco muy bien a Nevra, pero me sorprende viniendo de ti - sin encontrar palabras de consuelo para Leiftan, se limitó a darle un abrazo para calmar un poco su tristeza.

-No sé que debería hacer - correspondió tímidamente al abrazo de la guardiana.

-Ve y díselo, dile lo mal que te sientes por eso y quizás, bueno, hay una posibilidad de que no te perdone pero te sentirás mejor - se separó un poco del chico para ver su rostro.

-No lo sé, no suena muy brillante ese plan - dijo un poco preocupado.

-Más tonto sería cargar con la culpa eternamente, piensa en lo que dije y haz lo que creas correcto - contestó la guardiana dedicándole una amable sonrisa.

Después de un rato mas de charla y algunas bromas para bajar la tensión, Erika tuvo que despedirse y finalmente Leiftan se quedó solo con sus pensamientos, debatiendo internamente sobre lo sería correcto.

-Debería...

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Hasta aquí el capítulo de hoy n.n

Actualizaré cada que pueda 😰

Realmente me resulta bastante difícil manejar a Leiftan, normalmente siempre lo uso en mis fics como personaje secundario de apoyo moral, me es bastante complicado ponerlo como protagonista en una situación así sin modificar su personalidad, pero intentaré que sea un poco fiel a su personalidad normal en el juego.

(Eldarya) Inesperado [Nevra x Leiftan] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora