Capítulo 1: Ansiosa

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¿Sabéis lo que es tener los nervios a flor de piel? Pues así estaba yo hoy, ni con una tila pude tranquilizarme ésta mañana, así que, llegué al instituto entre temblores, nervios, y un sinfín de sensaciones inexplicables.

El frío calaba mis huesos y la lluvia no ayudaba mucho, digamos que era un día bastante triste. Caminé junto a mi mejor amiga, Carmen, por los pasillos descubiertos del viejo instituto hasta llegar a inglés, nuestra siguiente y última clase antes del recreo. Una vez en nuestros sitios y con el profesor en el aula intenté concentrarme en la explicación, pero desde hacía semanas, sólo un nombre rondaba en mi cabeza.

El timbre sonó y recogimos las cosas pero dejamos en la clase las mochilas y demás materiales. Cogí mi chaqueta vaquera azul y me la puse, mientras Carmen se ataba sus botas marrones y fucsias estilo Panama Jack. Para hoy decidí ponerme cómoda, vaqueros largos azules (y algo rotos) un jersey azul marino de lana y unas adidas blancas superstar, además de una bufanda beige. Tenia el pelo liso y suelto. Bajamos hasta la puerta del instituto para salir al recreo.

-Andrea- me llamó Carmen. La miré interrogante - ¿Tienes mi móvil?

Tanteé mis bolsillos y no encontraba, ni el suyo, ni el mío.

-Me los he dejado en el aula, vamos a por ellos

-¿Qué dices? Ni loca subo ahora, ¿y si nos pillan por los pasillos? ¿Sabes la bronca que nos van a echar? -espetó.

-Tranquila, voy yo anda miedica -reí mientras me daba la vuelta para subir al aula.

Una vez subidas la escalera a mano derecha, seguí por los pasillos cuando escuché unas voces.

-"Si pillas a alguien por los pasillos bájalo a jefatura, dimos el aviso de que hoy no podrían estar por aquí a ésta hora, podría haber un accidente"

¿Accidente? Vi una sombra dar la vuelta a la esquina, mierda, ¿Dónde me meto yo ahora? Unas manos tiraron de mí y me metieron en un aula, al darme la vuelta solo observé como sus ojos miraban fijamente los míos y su mano derecha se posaba en mi boca para acallar el pequeño grito que había soltado por el susto. El dedo índice de su mano izquierda fue a sus labios como señal de silencio. Me quedé embobada con su mirada, poco a poco me guió y apoyó en la puerta, su mano izquierda se deslizó de sus labios a mi cintura.

Me sorprendí bastante puesto que apenas crucé palabras con él a lo largo de mi vida.

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C O N T I N U A R Á....

Asumiendo riesgos {Dani Fernández}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora