Asumiendo riesgos {Dani Fernández}

Capítulo 14: ¿Te apetece subir a la habitación?

-Que de momento nos estábamos conociendo, pero que me planteo un futuro a tu lado -dijo ante la expectante mirada de mis amigas. Abrí la boca ligeramente y me sonrojé.

Pasamos la tarde entre fotos y risas. Salieron algunas preciosas. Sobre las 20:30 habíamos terminado y estábamos en el hall del hotel. Solamente Dani y yo. Las chicas se fueron con el grupo y la habitación estaba libre.

-¿Te apetece subir a la habitación? -él asintió.

Abrí la puerta con la tarjeta y puse algo de música mientras nos tumbábamos en mi cama, sonreí al sentir el calor de su cuerpo. Dani se giró hacia mí y nos pusimos frente a frente, acarició mi mejilla y empezó ha acercar su cara a mí. Los nervios que se formaron en mi estómago me carcomían, el dolor de estómago, llamado también, mariposas, se pronunciaba rápidamente por mi cuerpo. Sentí su aliento a centímetros de mí boca y sentí sus calientes labios rozar los míos. De repente abrieron la puerta de sopetón y del susto Dani se cayó de la cama. Empecé a descojonarme al verle en el suelo y él se rascó la nuca.

-¡Perdón! -exclamó Vicky- cojo una chaqueta y me voy, la cena se retrasa a las 22:00 porque los profesores están organizando la excursión de mañana.

No me dio tiempo a responderle cuando ya había salido por la puerta dejándonos de nuevo a solas. Ofrecí mi mano a Dani y éste tiró de ella para tirarme al suelo, encima suya. Mi boca quedó a la altura de la suya, clavé mi mirada en sus azulados ojos y la bajé a sus ojos, pasó su lengua por sus labios y yo por inercia mordí mi labio, acto seguido llevó su mano a mi nuca y me atrajo hasta su boca, la cual besé con fervor. Su lengua encontró la mía y seguimos besándonos veinte segundos más, me separé por falta de aire. Mis piernas estaban a ambos lados de su cadera, lo volví a besar y lo tumbé sobre la moqueta de color beige. Dani giró sobre mí dejándome debajo suya y bajó su boca a mi cuello, repartió besos aleatoriamente y me mordió. Emití un pequeño grito que le hizo reír.

-¿Qué pasaría si te hago un chupetón? -susurró.

-No eres nadie para hacérmelo, aún no somos nada-contesté con la voz entrecortada.

-Me apetece mucho -susurró en mi oído mientras acariciaba mi cuello lentamente. La vista se me nubló solamente de imaginarlo. Asentí indecisa mientras giraba mi cuello y le daba un completo acceso a aquel trozo de piel. Sentí su boca en mi cuello de nuevo.

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Siento que sea tan corto pero mañana os subiré maaass

Dedicado a todas mis niñas del grupo de WhatsApp ¡¡SONREIR SIEMPRE!!

¿8-9 VOTOS?

-Rocío.