Un viaje con coincidencias, un amor prohibido entre una fan y su ídolo. Dani no se enamora fácilmente pero cuando llega la persona indicada, es capaz de dejar todo por ella. Lo sorprendente y misterioso, engancha.
"Lo nuestro es un poco a poco sin...
Mi cuerpo se arqueó ante las caricias que el rubio me proporcionaba, en estos momentos habían cosas más importantes que esto. Separé al chico de mi cuerpo y él me miró confuso.
-Para joder, han podido matar a nuestros amigos y tu sólo piensas en sexo.
-Perdona, la que me ha calentado con este vestido eres tú -dijo desabrochándose la camisa.
-¿Puedes hablar más bajo? -susurré- y no, no pretendía calentarte a ti hijo.
-¿Entonces? -se acercó peligrosamente a mí y me acorraló en la pared- ¿querías calentar a David?
-Eso no es asunto tuyo -ataqué furiosa. Si estaba celosa que se fuera con su hermana por ahí.
-¿Te gusta David? ¿Más que yo? -su aliento estaba a centímetros, su boca rozó la mía.
-Daniel eso no es cosa tuya, ni quien me gusta o no, cuando, donde o con quien salgo. Has quedado en el pasado. Se acabó.
-Mírame a los ojos y dime que quieres estar con David,o que me has olvidado, y no volveré a mirarte a la cara más.
-¿Por qué quieres saberlo? Dani no hemos estado bien durante todo el tiempo que estuvimos juntos, ¿qué crees que va a cambiar ahora? ¿crees que según mi contestación algo cambiará? No te equivoques rubio, las cosas entre tu y yo jamás irán bien, intenta comprenderlo de una vez.
-¿Segura? Creo que si podrían cambiar Andrea, ¿Qué tiene de malo volver a intentarlo?
-Que no hay confianza ya Daniel joder, si no desconfías tú, lo hago yo, esto no puede ser. Jamás seremos felices, cuando las cosas se rompen no hay marcha atrás.
Se escucharon unos aplausos y nos asomamos un poco, encendieron las luces y entraron los chicos de Auryn.
-¿Sientes algo por él o no? -preguntó David seco.
-No os interesa a ninguno de los dos lo que yo sienta.
Abrí la puerta y me marché de aquel camerino, bajé donde estaba Carlos y lo aparté un momento.
-Me voy a casa, no me hace bien estar aquí, ya nos veremos.
-¿Qué pasó Andrea? -me preguntó Alba.
-Simplemente las cosas con los chicos de Auryn deben terminar, debo empezar lejos de aquí.
-¿Te vas de España? -dijo asombrada.
-Andrea reacciona, son chicos, no te has jodido la vida con nada ni con nadie. ¿Por qué deberías irte y permitir que ellos tengan un camino más fácil?
-Porque puedo luchar contra Dani, contra Álvaro, pero ¿David también? Imposible Alba -dije y la miré a los ojos.
-Ven aquí anda -dijo abrazándome, luego me eché a llorar. Me acarició la mejilla suavemente. Tenía unas llaves de la casa de David a mano así que llamé a un taxi y me fui hacia allí para coger mis cosas. Dejé la llave en su buzón una vez hube recogido mis cosas. Otra etapa que se cierra, toca abrir una nueva.
·Una Semana más tarde·
8:05am. Caminé por las frías calles de Maçon y me dirigí al Starbucks que había al final de la calle en paralelo con mi piso. Las calles francesas estaban semi vacías y tan sólo unos cuantos valientes salimos con -5 grados en pleno Diciembre. Sin mirar me choqué con un chico.
-Perdóname, no miré por dónde iba -dijo en un perfecto francés. Alcé la cabeza y pude ver a un chico de ojos azules y rubio. Sonreí de inmediato. ¿Qué posibilidad había de mudarme a Francia y conocer a Antoine?
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-Puedes hablarme en castellano Antonio -dije y él rió mientras sonreía.
-¿Colchonera? -preguntó y asentí. Abrió sus brazos y me refugié en ellos mientras besaba mi cabeza. -¿a dónde vas?
-A Starbucks a desayunar y a continuar un proyecto
-Te acompaño anda. Por cierto, ¿Cómo te llamas? -el pollito, como a mí me gustaba llamarlo me acompañó hasta dentro, una vez sentados lo más lejos de la puerta pedimos el desayuno.
-Andrea. Oye, ¿No deberías estar en Madrid entrenando? -pregunté curiosa.
-La curiosidad mató al gato -citó y rió- debería, pero Erika y yo estamos en proceso de separación y bueno, me gusta venir aquí y relajarme -dijo sorbiendo su café.
-Lo siento mucho -agaché la cabeza.
-Tranquila -sonrió- ¿me enseñas ese proyecto?
-Sólo un poquito, por ser tú eh -dije y le enseñé la reseña del libro que había empezado hace relativamente poco.
-Vaya...es intrigante, ¿vas a dedicarte a esto no?
-Eso intentaré, quiero relajarme haciéndolo aquí y publicarlo en España.
-¿Y por qué te mudaste aquí? ¿sólo por el libro?
-No, es obvio que no, digamos que salí con personas con las que no debía -suspiré.
-¿Personas con las que no debías? -dijo interrogante.
-Sí, con un famoso de allí, un cantante -dije y él asintió. - decidí que lo mejor sería irme de allí un tiempo, desaparecer ante todas sus fans. Dejé aparcada la carrera de modelo, no soy feliz haciendo lo que me gusta, directamente no se que hacer ya con mi vida -expresé sincera.
Antoine sonrió enternecido. El iPhone retumbó en la mesa y un número desconocido apareció en la pantalla. Sabía a quién pertenecía ese número y no entiendo porqué me llama. Colgué.
-¿No lo coges?
-Es mi ex, no se porqué me llama -miré el portátil. Antoine me abrazó. -Gracias -susurré.
-No las des tonta, ¿por qué dejaste de ser modelo? ¡Eres preciosa! -me sonrojé y besé su mejilla.
-Puedes comprobarlo tu mismo -le di mi teléfono libremente.
-Abre Instagram, tengo cinco fotos, lee los comentarios.
Leyó casi todos los comentarios positivos, negativos, insultos, amenazas y demás.
-Es increíble -susurró- Andrea, ¿por qué no denuncias?
-Porque son simples crías que insultan por la envidia, por no estar en mi lugar, por miles de tonterías más.
-Tienes derecho a ser feliz -sonrió- ¿te apetece ir al cine esta tarde?
-¿Es una cita señor Griezmann? -pregunté riendo.
-Si vas a sonreírme así, y a reír sin parar, sí, es una cita. -dijo con sus bonitos ojos azules mirándome a los ojos. ¿No iba esto muy rápido para conocernos desde hace apenas una hora?
