Un viaje de verano, cuyo objetivo es cambiar de ambiente para conocer lo que hay en otro lugar desconocido, y en el que predominará la diversión. Sin embargo, toda diversión trae consigo un resultado. Este puede ser positivo como negativo, que afect...
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🇧🇷 °Sooyun°
Me desperté a las 6:15am, y me preparé rápido para a las 7:00am ya estar lista esperando por Jinyoung abajo. Anoche me dijo que el turno inicia a las 7:30, y que en menos de media hora llegamos al restaurant.
Me puse una camisa blanca y pantalón jean oscuro y unos zapaticos negros. Peiné mi pelo un poco recogido, y me eché un poco de perfume suave.
Faltando 10 minutos para que dieran las 7:00 escuché mi teléfono sonar. Era un número desconocido.
—¿Si?—Contesté.
—Buen día. Es Jinyoung.
—¿Que tal? Ya estoy lista. —Contesté mientras me miraba por ultima vez al espejo y sonreí.
Estaba algo emocionada. No por el hecho de que tal vez tendré trabajo, sino por que tendré mas dinero para gastar.
—Ya salgo. Así nos da tiempo desayunar algo antes de entrar al turno.
—Perfecto. Muero de hambre.
—Ahora nos vemos.—Dijo, y colgó.
Al colgar guardé su número en mi celular.
Salí del cuarto, y fui al dormitorio de Soomin a ver si estaba despierta. Abrí la puerta lentamente para no despertarla en caso de que no lo estuviera. Dormía. Cerré lentamente la puerta, y caminé hasta la puerta de salida.
Bajé las escaleras, y me dirigí hasta la puerta principal del edificio para allí esperar a Jinyoung.
La temperatura estaba muy agradable ya que hacía un poco de brisa; todo estaba muy callado. Muy agradable la mañana. Nunca me había despertado tan temprano aquí, así que desconocía como era el lugar tan temprano.
Mientras miraba alrededor pude ver que Jinyoung se apareció en la estrecha calle en la que "resido". Noté que sonrió desde que me vio, no pude evitar sonreírle. Sí que Jaebum tiene suerte, este chico es muy apuesto.
Para que no tuviera que caminar por todo el callejón, fui acercándome lentamente a él hasta que nos encontramos.
Al hacerlo le di un corto abrazo y un beso en la mejilla como saludo. —¿Que tal estás?
—Muy bien, ¿y tu?—Aún sonreía.
—Igual.
—¿Nos vamos?—Asentí sonriendo.
Caminamos a la par. Yo caminaba por dónde él lo hacía.
